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━¿QUÉ HAGO?━
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No sabia que decir o siquiera pensar.
Al ver como Meliodas acabo con la vida de Fraudrin aún después de que se rindió solo por el amor que comenzó a sentir por el hijo de ese humano, solo por eso decidió no autodestruirse y entregarse a Meliodas con el fin de que lo matará.
Eso es algo que no me importa despues de todo él fue quien ha hecho tantas cosas malas en estos últimos años solo para revivir a la raza demoniaca, si no fuera por él Zeldris seguiría estando en aquel sello, aunque no lo admita me alegra que él haya hecho todo eso y es por eso que en la formar en la cual Meliodas acabo con él fue muy brutal incluso para alguien como lo era él.
Nadie se acercaba a él, los pocos humanos que estaban aquí se fueron lejos de todo esto. Ban solo le dijo unas palabras que no escuche y se fue, incluso yo se que le dolió eso, ya que era una forma muy distinta a la que siempre hacían cada vez que se veían.
Mire los rayos del sol esconderse para dejar ver de poco a poco la grande luna. Cerré mis ojos con una pesadez en cuanto sentí los rayos de la luna chocar contra mi piel, el ligero dolor en mi cuerpo se esfumó al estar ya en mi verdadera forma de noche. No sé en que momento deje de volar sintiendo el viento golpear mi espalda al estar cayendo del cielo.
No tenía fuerzas para volar, sabia que era por haber salido por el dia cuando no debía. Antes de que mi cuerpo cayera al duro suelo unos fuertes brazos me tomaron cargandome al estilo nupcial, antes de que mis ojos se cerraban por completo mire a un hombre grande estar encogiéndose.
Era como si fuera yo, de día uno mientras de noche es otro, así era como lo sentía después de eso mire todo oscuro.
━「• • •」━
Abrí levemente mis labios dejando salir aquel humo que sale cuando hace frio, se le conoce como vaho. En estas épocas de invierno es muy usual que las personas lo expulsen de su boca.
A pesar de que sea invierno, el frio no me afecta en lo más mínimo al tener el poder de Moonshine me adapte a su frio el cual era -387° y eso es mucho.
──¿Sabes algo? ─cerré mis ojos al escuchar su voz. ──Entiendo mejor que nadie que no tengas frio, Amaris. Pero siquiera ponte algo más abrigado. No sabes cuanto odio ver a todos mirarte embobadoslas piernas y... más que eso. ─sonreí mirando de reojo a el azabache cruzar sus brazos mirando a otro lado con un poco de enfado.
