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━ME REIRÉ━

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ME REIRÉ

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──Lo siento por llamarte tonto. ─el primero en hablar y reponerse era el platinado. ──Sin duda, eres ese Meliodas. El hermano a quien admiro en el campo, será el próximo rey demonio, que es temido incluso por los cinco arcángeles. ─su mirada quedó en mi sumido en sus pensamientos acompañado de una sonrisa maliciosa.

──En realidad, aunque Estarossa te admita, ¡no te voy admitir! ¡Nunca lo voy hacer! ─lo ayude a ponerse de pie, él enojo y odio que desprendía de sus ojos iban directo a su hermano. ──¡¡Meliodas!! La razón por la que quieres ser el poder del rey demonio... es por querer soltar la maldición que se te pegó a ti a tu mujer, ¡¿verdad?!

──Zeldris. ─intenté tranquilizarlo pero eso era imposible estaba al borde de explotar por tanto coraje que tenía al saber la razón por la cual su hermano quiere ese poder.

Y esa es la misma que él.

──Exacto. ─cerré mis ojos a la palabras de Meliodas. ──Es por eso que estoy aquí para tomar el poder de la magia que recibiste de nuestro padre. Pero, sinceramente, me decepciono. Después de pelear contigo y al ver Amaris entendí... que a pesar de obtener el poder prestado, todavía no podre romper la maldición.

──Todavía... todavía. ─balbuceo alejándose de mi. ──¡Yo seré el rey de los demonios!

Fue directo atacar a Meliodas pero este lo tomo de los brazos colocandolos a su espalda.

──Zeldris. ─intenté acercarme pero unos fuertes brazos me sostuvieron fuertemente de mi cintura.

──Oh, mi hermosa diosa. Tú te quedas ahora conmigo. ─escuche su voz en mi oído susurrando. ──Si no puedo tener a una me quedaré con la más linda. 

──Tsk. ─chasqué mi lengua al sentir un beso en mi mejilla. ──Bastardo. ─lo mire de reojo, su sonrisa arrogante solo intensificaba mis ganas de golpearlo. ──Vas a lamentar haber dicho eso.

──Zeldris... ─mi vista cayó en Meliodas. ──Sé la razón por la que estas obsesionado por ser el rey demonio.

──¡¡Cállate!! ─le gritó forcejeando por liberarse.

Meliodas le susurró algo en su oido que solo él escucho. El rubio lo soltó y este dejo de intentar atacarlo.

──Que... ¿qué pasa, Lord Zeldris? ─preguntó Cusack al verlo pensativo mirando el suelo.

"Liberaré a Amaris de su maldición si me ayudas" ─aquellas palabras invadían la cabeza del azabache.

──Muy bien, cooperaré contigo. ─me sorprendí de escuchar esas palabras salir de sus labios. ──Sin embargo, para ser honesto, soy un poco reacio.

𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐌𝐀𝐋𝐃𝐈𝐓𝐎; 𝘻𝘦𝘭𝘥𝘳𝘪𝘴 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora