Capítulo N°25

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-Olivia cariño, ¿ocurre algo?- Malú preguntó cuando se encontró situada frente al volante. Liv la miró y sonrió sin mucho ánimo.

-No es nada, es solo un dolor de cabeza.

-Tengo píldoras para el dolor, ¿quieres una?- preguntó buscando en la parte trasera del auto.

-Cariño.- Liv la detuvo y acarició su mano.- Ya he tomado una antes de salir de casa.

-¿Entonces? ¿Que pasa contigo?- preguntó con la mirada fija en su rostro.- ¿No te da gusto el hecho de que ya no tenéis que llevar el cabestrillo?

-Son problemas.- murmuró Liv rehuyendo su mirada.

-¿Dinero? ¿Es eso? Liv, que te puedo prestar dinero...

-María Lucía cariño, no es eso. No tiene que ver contigo, ¿está claro? Además, si se tratara de dinero no te lo diría, ya hiciste demasiado por nosotros.

-No deberías agradecerme, lo hago con todo el cariño del mundo para tí. ¿Es por qué últimamente no nos vemos? Por que si es así, lo siento mucho Olivia, no he tenido el suficiente para compartir con vosotros, aunque en el fondo me esté muriendo por hacerlo.- murmuró tras encender el coche.

-¡Oye! ¿Que dices? No tienes que disculparte, es tú carrera y no quiero ser yo quién te distraiga de ella.- Liv entrelazó su mano con la de Malú, quién giró casi de inmediato su rostro para ver sus manos unidas, en un gesto de asombro. Se apresuró a desviar la mirada mientras una sonrisa infantil y cargada de emoción se dibujaba sobre sus labios.

Malú guardó silencio y, echó a andar en el coche. Liv sonrió cuando vió a Malú soltar un instante el volante y mover su mano izquierda sobre la palanca de cambios.

-La dejo libre.- susurró Olivia.

-¡No! ¿Por qué? No quiero que la dejes libre.- protestó.

-Gracias por todo, María Lucía.- agregó tomando de nuevo la mano de Malú para besar sus nudillos.- Gracias por tus atenciones, por cuidarme y, cuidar de Noah.

-Olivia, no quiero que me agradezcas.- murmuró apretando su mano en la de Liv.- Contigo me siento excepcionalmente bien, me agrada mucho tú compañía y, no la cambiaría por nada, así que ya, no me sigas agradeciendo, ¿vale tía?- Liv asintió y beso de nuevo la mano de Malú.

-¿Me puedes dejar en la Unidad?- preguntó en voz baja.- Malú asintió sin mirarla.

-¿Puedo visitarte en la noche?- preguntó de vuelta, con la mirada fija en la carretera.- Quiero enseñarte algo y, además aprovechó para subirte el ánimo.

-Que nervios.- bromeó Liv sonriendo.-Te espero está noche.

-Vale, llevaré algo para cenar.

-¿Qué tal si yo preparo la cena para ti? Tú siempre cocinas para mí, déjame hacerlo ésta vez. Y no quiero que digas que estoy convaleciente, porque me acaban de retirar el cabestrillo.

-Vale, vale tía.- sonrió. Pero no te enojes. Además, seguro que cocinas delicioso.

Todos en la Unidad, inclusive Fin que se había reincorporado de forma parcial, sonrieron al ver salir a Liv de entre las puertas del ascensor sin cabestrillo cubriendo su brazo.

-Me alegra mucho que estés totalmente recuperada.- confirió Amanda entrando en la oficina de Liv tras ella.

-Y a mí me alegra que Fin esté de vuelta, aunque no pueda salir de la Unidad.- dijo Liv mirando a su compañero.

Pasión en peligro.Место, где живут истории. Откройте их для себя