Capítulo N°29

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POV Malú.

Volví a la habitación y me encontré con Olivia enredada entre las sábanas, estaba ligeramente alumbrada por la luz de luna que se colaba por el gran ventanal en la recámara. Me encantaba verla a escondidas cuando ella hacia cualquier cosa dejándome fuera de su campo de visión y me gustaba verla también con las gafas de lectura puestas, de cualquier modo se veía terriblemente guapa. Entre sus manos sostenía el móvil y sonreía viendo algo en el. No sé cuánto tiempo transcurrió exactamente pero cuando advirtió mi presencia bajo el umbral de la puerta, mí cuerpo se tensó en señal de alarma.

-¿Por qué me miras así?- me preguntó quitándose las gafas.

Ésta jodida mujer me volvía débil en todos los aspectos posibles, inclusive sobre los escenarios que se suponía y eran mi fuerte.

-Me encanta verte con las gafas.- la ví sonreír y tomar mí móvil de la mesa de noche.

-Te han estado llamando.- apreció estirando su mano.

-¿Podéis ver quién es?- la observé colocarse de nuevo las gafas, inmóvil bajo el umbral de la puerta y me preocupé un poco ante su gesto de asombro.

-Tú madre, José, tú cuñada, Anna. Tu padre inclusive.- me habló sin desviar su mirada de la pantalla.

Yo desvíe mi atención y me sitúe frente al gran espejo de la habitación. Aseguré la toalla alrededor de mí cuerpo y comencé a cepillar mí cabello húmedo. Podía ver su reflejo y volví al ataque con mí mirada acosadora.

-Deberías llamar para avisar.- me sugirió con la vista clavada en mí espalda parcialmente desnuda.

Yo asentí y caminé con el cabello a medio hacer. Sonreí cuando la ví moverse en la cama, tiró de mí y me obligó con amor a tomar asiento en el borde.

-¿Que haces, tia?- bromee cuando la ví tomar el cepillo para terminar lo que yo había comenzado.

-Llama a tus padres.- ordenó deslizando sus dedos en mí cabello.

Yo obedecí y tomé el móvil para llamar. Mientras esperaba a que alguien contestara al otro lado de la línea, sentí su cuerpo detrás de mí, sus manos moviéndose con cuidado sobre mí cabello y sentí que fué lo más hermoso y genuino que nunca antes había vivido. Cuando mi hermano contestó mí llamada, guardé silencio los primeros 10min de la conversación y soporté su sermón de hermano mayor una vez más. ¡Joder! ¿Cuando te vas a callar? era todo lo que retumbaba en mí cabeza y cuando por fin tuve el tan anhelado derecho de palabra, expliqué todo a José, por lo menos lo más esencial obviando por supuesto el hecho de que estaba teniendo una relación amorosa con la Capitán de la UVE. Tal vez era cierto o no, pero lo sentí bajar la guardia un poco con mis palabras y una vez más se las recordé. Prometí volver el lunes temprano para seguir trabajando, no sin antes asegurar que llamaría para avisar que me encontraba bien y que no cometería una locura nueva, yo sonreí con incredulidad ante mis propias palabras, ¿que estaba diciendo, joder? si me había enamorado de otra mujer, ya eso era una reverenda locura de nuestra parte. Culminé la conversación y para ese entonces Liv permanecía adherida totalmente a mí cuerpo, la sentí abrir las piernas lo suficiente para encajarme en ellas y poder sentir en mí espalda el roce de la tela de su pijama. Mi cuerpo se tensó y no pude hacer otra cosa más que cerrar los ojos con fuerza para reprimir un gemido que estába a punto de colarse entre mis labios. Recorrió con su boca la curva de mi hombro, desde la base de mí cuello hasta el final del hombro, repitiendo el movimiento en ambos lados para dar el máximo de atención a mí cuerpo. Tiré de la cabeza hacía atrás y la acomodé en su hombro para darle acceso directo a mí cuello, mis vellos se erizaron cuando sentí el calor de sus labios en mí nuca y mi sexo automáticamente se avivó.

Pasión en peligro.Where stories live. Discover now