45. Desesperación

920 115 8
                                    

Narra Shadow

Bloqueo con esfuerzo el ataque del erizo resplandeciente y me lanzo hacia él, atacándolo con mi energía caos; junto con el albino, somos capaces de derribarlo pero en lugar de atacar, éste se queda quieto y gira hacia un costado.

En ese momento escucho el quejido de Rose y volteo alarmado en su dirección. Corro cuanto puedo al ver la escena, Mephiles golpeándola ferozmente en una dirección en concreto. Le da otro golpe veloz que logra su cometido: Rose sale lanzada por los aires con fuerza sin dejar más espacio de tierra para caer. Dejo de ver su cuerpo cuando cae por el acantilado que hay frente a nosotros y corro tras ella con más intensidad. Apenas soy consciente del ataque que recibe Mephiles a mis espaldas. Me lanzo sin pensarlo por el acantilado.

Siento el impacto del agua fría y la busco con exasperación, logro divisarla más lejos siento azotada por las olas contra las rocas. Nado hasta ella lo más rápido que puedo y la tomo en mis brazos, dirigiéndome hacia la superficie; puedo percibir el rastro de sangre que deja en el agua.

Salgo lo más rápido que puedo escalando e impulsándome con mis piernas hacia la tierra y al llegar ahí la dejo en el suelo. Su cuerpo mojado no responde y entonces soy consciente de que no está respirando.

Puedo sentir el caos a mi alrededor, todos están luchando y protegiéndonos. No me importa, sólo me concentro en la eriza que tengo enfrente. Me apresuro hacia su boca para darle respiración, después aplasto su pecho con movimientos constantes y repito lo mismo una y otra vez. Vamos. Vamos tu puedes. Amy no. Por favor no. ¡Despierta!

————————————————

Narra Sonic

Siento ira y rabia, un poder inmenso en mi ser y quiero dejarlo salir por completo.

No la escucho, ya no la escucho. ¿Dónde está?

Puedo sentirla cerca de mí.

¿Por qué no puedo escucharla? ¿Se ha ido? No, aquí está.

No escucho su respiración. Sólo siento su presencia fría e inmóvil.

No, no, no.

¡No!

———————————————

Narra Shadow

Siento una explosión y veo una llamarada de fuego alzarse hasta el cielo. Mephiles ríe sin cesar a la distancia.

No tengo tiempo para eso. Rose, por favor respira. Continuo sin parar de darle respiración; siento desesperación y terror ante la idea de que no despierte. ¿Cuánto tiempo llevo haciendo esto?

En ese momento veo su cuerpo sacudirse al toser con fuerza y expulsar el agua de sus pulmones; tose incesantemente unos instantes hacia su costado mientras levanta su torso para sentarse.

-¿Shadow? - dice con voz muy ronca y con dificultad.

La abrazo con fuerza al escucharla y ella se queda inmóvil unos instantes. -¿Qué pasó?- dice ronca poniendo sus manos en mis espalda.

-Creí que te perdería.- musito con voz apenas audible hundiéndome en su hombro. No puedo creer lo que estuvo a punto de pasar, siento un gran alivio dentro de mí y no quiero soltarla.

-¡Cuidado! - escucho gritar con fuerza al albino cerca de nosotros.

Giro para verlo, agarro con más fuerza a Rose y salto con ella en mis brazos cuando esquivo la enorme bola de fuego que se dirigía a nosotros.

Entonces soy consciente de lo que está pasando. Una criatura gigante compuesta de magma y una armadura de roca con cuatro brazos y cuernos, se alza imponente frente a nosotros.

-¡Las llamas del desastre han sido liberadas! ¡Iblis es invencible!- exclama Mephiles con satisfacción a lo lejos transformando su forma a una más siniestra.- No podrán detenernos ahora. ¡Esta vez están perdidos!

¿A qué se refiere con eso? Siento una sacudida y el suelo temblar bajo nuestros pies.

-¡Shadow!- grita Rose con pánico en mis brazos y se aferra más a mí.

-¡La isla se está destruyendo! - grita el zorro desde su avión volando hacia nosotros.

Veo correr en nuestra dirección al guardián a gran velocidad, con el cuerpo del erizo azul en sus manos; parece que ha vuelto a su forma normal, aunque maltratado por todo lo que le ha pasado. Noto que también lleva dos esmeraldas con el otro brazo.

-¡Rápido! ¡Salten al avión! - indica Rouge volando sobre nosotros, así lo hago; el equidna hace lo mismo llevando al erizo consigo. El erizo albino vuela a nuestro lado con la gata morada en sus brazos.

Rose me sostiene con fuerza y sigue temblando cuando la dejo en el asiento.

-Es mucho peso, tenemos que apresurarnos.- musita entre dientes el zorro mientras se concentra en el camino. Nos alejamos cada vez más de la isla.

Giro para ver la isla, ésta se destruye en pedazos dejando salir fuego y lava desde el suelo. La criatura llamada Iblis lanza bolas de fuego hacia su alrededor y expande cada vez más el fuego y la destrucción.

Learn to love again - A Shadamy StoryWhere stories live. Discover now