Forzada a Comprar un Esclavo Vampiro

Extra 2

14 de Febrero
3:02 pm

— Esta es una celebración inexistente. No existe — dijo Corey, tomando un trago del café en sus manos.

La taza blanca estaba llena hasta el borde con café negro humeante. Nos acabábamos de despertar hace unos minutos. Me incliné sobre la barra, vestida con una camiseta negra suelta y jeans a cuadros.

— Estás amargado por el último día de San Valentín — bromeé y él me miró.

— Eh, no. Simplemente odio esta celebración. Ni siquiera debería considerarse una celebración. Es más que idiota.

— Celebra el amor.

— Celebra gastar dinero en regalos sin sentido para demostrar tu amor.

Su cabello castaño estaba desordenado. Caminó por la cocina con unos jeans negros bien ajustados, sin camisa, mostrando todos sus tatuajes, y con zapatos de mocasín de ante gris. El collar con cadena de oro que le habían dado para Navidad colgaba contra su pecho desnudo.

Su nuevo tatuaje estaba en su brazo izquierdo, era una botella de veneno con una calavera y huesos cruzados, tenía una vela derritiéndose en la parte superior de la botella y enredaderas envueltas en todo el objeto. Era mayormente negro, pero las rosas que entrelazaban las enredaderas estaban teñidas de rojo, rodeando mi nombre.

Me encogí de hombros, quizás él tenía razón, pero simplemente me gustaba discutir con él.

— Entonces, vamos a pretender que no existe, ¿verdad? — inquirió, sosteniendo la taza cerca de sus labios.

— Si hacemos eso, no recibirás tu regalo.

Sonreí tímidamente, girando para recargarme en la barra y sus ojos se estrecharon ligeramente.

— ¿Qué regalo? — cuestionó.

Me señalé a mí misma.

— Oh, ¿finalmente lo harás? — preguntó, sonriendo.

— Iba a hacerlo, pero no quieres reconocer la celebración, así que... — repliqué y me encogí de hombros.

— Eso no es justo. No puedes hacer eso.

— Sí puedo — declaré.

Él hizo un ruido de descontento y contuve mi risa. Drake entró en la habitación, vestido con su pijama.

— ¡Estoy enamorado! — exclamó, sonriendo.

— ¿De quién? — pregunté, perpleja.

Él comenzó a bailar a mi alrededor, tarareando.

— Drake — lo agarré y lo detuve — ¿De qué estás hablando?

— Esta chica a la que he estado viendo. Ella es única, Bells. Encontré a mi alma gemela. Finalmente entiendo lo que tú y Corey han estado parloteando.

— Bien, eso es genial. ¿Cómo se llama?

— Adeline — respondió y apreté mis labios con los brazos cruzados — Tienes que conocerla. Hay que hacer una cita doble, esta noche.

— Oh, demonios no — murmuró Corey, tomando su café.

— No lo sé... — dije.

— ¿Por favor? — suplicó Drake.

Suspiré, incapaz de resistirme.

— Bien — repliqué y él sonrió.

— Iré a hacer los planes. ¡Yay!