21- Olvidos y ruidos extraños

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21. Olvidos y ruidos extraños.

katnis.

Izan no contestó a mi pregunta porque se libró gracias a que mi móvil sonó, tenía varias llamadas perdidas.

Aún así le dije que no se libraría de mi pregunta tan fácilmente. Él asintió y le dije que me esperase un segundo que iba a atender la llamada.

—¿Diga?—respondí la llamada, sin ver quién era la persona que me llamaba.

—Katnis. ¿Dónde estás?—pregunta Lizzy desde el otro lado de la línea. -Se suponía que hoy teníamos examen de cálculo, y no has aparecido. Estoy muy preocupada. Tú no sueles saltarte las clases.—me regaña histérica.

¿Había examen de cálculo? ¿A cuántos más exámenes de cálculo me voy a tener que someter? Y lo más importante y si he perdido la oportunidad de tener nota ahí. Seria horrible para mi media, ya que me quedan dos años y entraré a la universidad.

—Lizzy, lo siento estaba ocupada. No me sonó el despertador —mentí.

—Ya claro, y ¿por qué se escucha tanto viento?

—No sé. Será el ventilador de mi cuarto, que lo tengo en la máxima potencia.

—Estamos en invierno. ¿Te has vuelto loca?—pregunta casi gritando.

—No. Ya sabes que soy muy calurosa —sonrio nerviosa y miro a Izan quién se lleva una mano a la frente y se ríe bajo.

—Kat, si quieres puedo decirle que estabas enferma. Y así haces el examen otro día, porque sino, dudo que te deje hacerlo.

—Lo veo bien. Gracias Lizzy, siempre estás salvandome.

—No hay de que. Pero, luego me vas a decir la verdad, porque te conozco Kat.

—No se de que me estás hablando.

—Kat, nos prometimos ser sinceras la una con la otra, ¿lo recuerdas? —asiento a su pregunta, y cierro los ojos sintiendome culpable.

—Si, lo recuerdo. Es solo que he tenido un contratiempo, ya te contaré algún día. Simplemente, no hagas más preguntas.

—De acuerdo—dice dando un suspiro, rendida. —Por cierto, Andrew Walker también ha faltado a clases hoy. Al parecer los listos de la clase, sois los únicos que no os habéis presentado.—dice con una risita, y yo niego con la cabeza.

—Muy raro. La verdad ese chico no es de faltar a clases... —me llevo una mano a mi barbilla, con preocupación.

—Le habra surgido un contratiempo, como a ti, ¿no, señorita?—pregunta divertida.

—Te juro que no tengo ni idea de donde está. Además no me importa lo que esté haciendo—digo y resoplo.

A quien voy a engañar ni yo me creí eso último. Me importaba más de lo que me podía permitir.

—Ajá, si eso es cierto, yo soy la novia de Harry Styles.—dice burlándose. Ruedo los ojos y me río.

—Lo siento, Harry ya tiene a Louis, para la próxima será —dije siguiendole el juego.

Ambas nos reímos. Después de eso me despido y le digo que mi madre me está llamando para luego colgar.

No me gusta mentirle a mi amiga. Pero, esto es un tema complicado, y no me va a creer, porque son cosas que no son típicas de la vida real.

Aunque, esto está pasando en este momento. Y es súper raro, ni siquiera recordaba lo del examen de cálculo. Pero, supongo que lo habré olvidado.

—Tu amiga es insistente ¿no?—pregunta Izan a mi lado. Yo alzo una ceja y asiento con la cabeza.

—Si. Pero, eso lo debes de saber tu y bastante bien. También sois amigos. ¿No?

Él asiente como respuesta. Y se pasa la mano por la nuca.

—Ella me gusta. Tienes razón, desde que era niño me encantaba estar con ella y siempre la vi como más que una amiga—dijo soltando un leve suspiro y mirandome con los ojos brillantes al hablar de ella. —Ella siempre me hizo ver el mundo de colores, incluso en mis días más grises. Y supongo que siempre quise ser la razón de su felicidad.

—Aw, eso es tan bonito. ¡Se nota que estas más que enamorado!—digo entusiasmada por la idea de Izan y Lizzy juntos. Él se sonroja y se tapa la cara con su mano. Aunque, se la quita enseguida.

—Si, bueno. Lizzy, me gusta mucho. Pero, no se si siente lo mismo.

—Creeme, he visto cómo te mira, y se nota que le gustas—digo recordando las veces que pille a Lizzy observando a Izan de una forma descarada, como si de una comida se tratase.

—¿Y cómo me mira?—pregunta apoyando la mano en el árbol.

—Cómo si fueras el único chico en la faz de la Tierra.

—¿De verdad lo crees?—pregunta poco convencido. Y yo que pensaba que era un chico seguro de si mismo.

-Claro que sí, soy su mejor amiga. Yo lo sé todo-digo orgullosa. -Pienso que deberías confesarle lo que sientes por ella.

-Ojalá que tengas razón. -dice Izan. De pronto se acerca a mi y me da un abrazo. Sorprendida abro los ojos, y no tardo en devolverle el gesto. Entre sus brazos me siento protegida, y siento que nada malo podría ocurrirme.

Siento que esté puede ser el comienzo de una gran amistad. Porque jamás podría olvidar a Izan, la persona que me salvó de la locura.

-Gracias por tu ayuda Izan, espero que todo funcione.

-Estoy seguro de que funcionará.

**

Izan me llevó a casa en su moto, durante el camino me quedé pensando en todo lo ocurrido, en lo que habiamos hablado. Llegamos pasados 15 minutos, me bajé de la moto en cuánto aparcó delante de mi casa.

Le dediqué una sonrisa y lo miré durante unos segundos, agradecida porque me hubiera dicho todo lo que sabía, y por la gran ayuda que me había ofrecido durante el día de hoy.


-Izan, gracias por todo-dije parada en la acera de mi casa.

Él asintió y me miró durante unos segundos.

-No hay de que, Kat. Recuerda lo que te dije, disfruta el presente y olvídate de tenerlo todo bajo control-me guiña un ojo, y se despide con la mano. Me río y asiento con la cabeza. Me vuelve a mirar una última vez, haciendo que nuestros ojos marrones se encuentren y me sonríe, después aparta la vista y arranca la moto yéndose lejos, cada vez más y más lejos.

Doy un suspiro una vez veo que desaparece de mi vista y voy a abrir la puerta de mi casa, cuándo de pronto escucho un ruido que viene del patio de mis vecinos.

Se escucha como si un jarrón se hubiera roto. Pero, ¿qué diablos? Me da por investigar, ya que la curiosidad se apodera de mí en ese momento.

Voy a la puerta de la casa de Andrew para escuchar con más certeza lo que esta pasando. Cuándo de pronto, la puerta se abre y choco con un chico alto, que lleva una sudadera azulina, y un pantalón de chándal, junto a unas zapatillas de deporte de la marca Nike.

Nuestros ojos se encuentran, me pierdo en los suyos azules como el agua del mar. Y muerdo mi labio nerviosa.

-Perdón. Yo no quería...-me disculpo.

-¿Qué hacías en la puerta de mi casa, Kat?-pregunta Andrew haciéndome sentir acorralada, y sin escapatoria.

Trago saliva y sonrio nerviosa.

Malditos Dieciséis ©✔ [COMPLETA] (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora