(Narra ______)
– Rosé... – dije nerviosa.
La rubia cruzó sus brazos encima de su pecho como si estuviera realmente enojada, pero no era correcto que lo estuviera, no porque yo estaba reconstruyendo mi vida y era feliz junto a Lei.
– Explícame, ______. – dijo la rubia insistente.
La miré mal y Yoongi solo ladeó la cabeza y frunció los labios con algo de culpa en su gesto. Me carcomía el hecho de que él había ofrecido quedarse en el auto para no causar problemas, y aquí estaba, viendo cómo mi amiga y yo nos peleábamos frente a él.
– No tengo nada que explicarte, Rosé. – espeté algo molesta.
Mi respuesta la tomó sin cuidado porque abrió sus ojos como platos y me miró mal.
– Te presento a Min Yoomgi, mi novio. – le dije mientras me aferraba al brazo del rubio, quien a su vez extendió su mano libre hacia Rosé para saludarla cortésmente.
– Min Yoongi, un gusto. – se presentó amable.
Rosé se mantuvo seria e inmóvil frente a nosotros. Observó la mano de Yoongi y rodeó los ojos. Esto comenzaba a cabrearme mucho. Yoongi retiró su mano y me miró con algo de miedo en sus ojos.
– Rosé... – dije casi suplicándole con la voz.
– No dejo que desconocidos vean a Minsung.
– Pero tienes que saber que es mi hijo. – la confronté con la mirada.
Rosé apretó sus labios y tensó la mandíbula, me di cuenta porque su gesto ahora se fruncía y sus ojos me lanzaban balas imaginarias. Ella también se estaba cabreando.
– ¿Quién es, Rosé? – preguntó una voz angelical detrás de ella. Era Lisa. Esa Lisa que me recordaba mis últimos días con Jungkook en el puerto, que accedió a ayudarme de cualquier manera posible junto a su esposo y su hijo , que era dos años mayor que el mío y les encantaba jugar. – ______. – musitó sorprendida mientras se desviaba para ver a Yoongi.
– Solo vengo por Minsung. – anuncié.
– Oh, ______, pasa por favor, es tu casa. – me invitó tan amable como siempre.
– Preferiría que no, Lis. Mi... - busqué una palabra que no fuese 'novio' pero no la pude encontrar. – Mi novio y yo tenemos el día planeado.
– ¿Tu novio?
– Em, sí. Él es Yoongi.
Yoongi se inclinó hacia adelante a la posición de Lis para entrelazar su mano con la de él en un saludo cordial. Tragué saliva esperando que Lis lo aceptara y no lo rechazara. Lis sonrió abiertamente y tomó su mano indicando que todo iba bien con Yoongi.
– Min Yoongi, para servirle.
– Lisa, un gusto. – se sonrieron mutuamente y Suga regresó a mi posición para pasar una de sus manos por mi cintura encajando sus dedos en mi oblicuo derecho. – Iré por Minsung, por favor pasen. – nos invitó amable.
Sonreí interiormente.
– No, Lis. Solo vinieron por el niño. – intervino Rosé.
– ¿Puedes dejar de joder, Rosé? – dije con tono molesto. – Preferiría hablar contigo de esto cuando estés más tranquila, por lo tanto, hasta que ese momento llegue, no te molestes en ir por Minsung, le pediré ese favor a Jisoo. – dije con tono seco. Estaba cansada de que se creyera la mamá de Minsung. Era mi mejor amiga, pero se extralimitaba cuando se trataba de mi vida.
Escuché la vocecita de Minsung en el corredor. Su cuerpo enternecedor se posicionó súbitamente entre la puerta y mi cuerpo, llevaba una capucha puesta y un abrigo azul que probablemente le regaló Lis.
– ¡Mamá! – gritó entusiasmado al tiempo que corría a mis brazos.
Lo levanté en éstos y lo inundé de besos húmedos en sus mejillas, su cabello y su frente. El olor a coco en su cabello me recordó mi viaje con Jungkook al puerto en Corea, pero como siempre, eliminé el recuerdo tan rápido como llegó a mi mente.
– Minsung, quiero presentarte a Yoongi. – le dije mientras lo depositaba en el suelo y Yoongi se posicionaba en cuclillas frente al pequeño cuerpo de mi hijo.
– Hola, Minsung. – lo saludó chocando su diminuta mano con la de él. – ¿Cómo estás?
