*1 mes después*
La fiesta ha quedado lista. Todo está preparado. Salgo del trabajo sin antes recordarle al señor Joon Junwoo que la fiesta comienza a las nueve en punto de la noche. Cuando vuelvo a recordarle no hace más que asentir y mirarme como si fuera yo una estúpida.
- ¿Llevarás a Yoongi? - pregunta en cuanto me doy la vuelta. Ágilmente me doy vuelta de nuevo y asiento inocentemente. - Bueno, dile que te cuide porque no habrá hombre que no quiera 'bailar' contigo.
Enmarca un acento completamente diferente en cada palabra y eso me da escalofríos. Mi piel se eriza y me llevo un gran estremecimiento. Me doy vuelta y doy marcha hacia la salida para empezar a prepararme para la 'Gran Fiesta'.
No juzgo nada, pero, ¿por qué ir a una fiesta pretenciosa? Sé que ir me dará muchas oportunidades de conocer a gente muy importante y poder encajar finalmente en el mundo de Suga y todos esos millonarios a los cuales siempre he envidiado.
Mis pensamientos son interrumpidos por el sonido del tono de llamada de mi celular, y sin más, contesto inmediatamente. Es Jisoo. No ha dejado de decirme lo bueno que está Yoongi y las ganas que tiene de volver a verme junto a mi novio en otra reunión en la cual estaría también Taehyung. Oh Diablos.
- ¿Taehyung te llevará?
- Bueno, ¿con quién más si soy su prometida? - dice al otro lado del auricular.
- ¿Prometida? ¿Qué jodidos estás diciendo? - digo ahora un poco exaltada.
- ¡Me ha pedido que me case con él! - grita eufórica.
- ¡Joder! ¿Estás hablando enserio? - pregunto ahora más que emocionada. Su felicidad es la mía, no puedo mentir.
- Sí. - chilla.
- Vale, entonces ve y me cuentas todos los detalles en la fiesta. No quiero que te ahorres nada, Jisoo. Te veo en un rato.
- Vale, tía. Nos vemos luego.
Nos despedimos y colgamos. Camino en dirección a mi auto y en cuanto lo encuentro manejo hasta casa, donde probablemente está Rosé junto a Minsung disfrutando de un par de películas acompañadas con palomitas. Me aparcó frente a la bonita casa que tengo y bajo del auto apresurada. Extraño demasiado a Minsung y quiero abrazarlo, cogerlo entre mis brazos y llenarlo de besos. La simple idea me causa satisfacción. Corro en dirección a la puerta y entro de un portazo haciendo que las campanas que colgué en la entrada suenen bruscamente y se enreden entre sí.
- ¡Mamá! - grita la voz de Minsung.
- ¡Mi amor! - respondo a su llamado. Dejo caer mi bolso y veo como corre hacia mí. Mientras él lo hace, yo lo invito a mis brazos y él sin más se acobija entre ellos. Lo abrazo fuertemente y beso su cabeza repetidas veces.
Lo amo más que a nada. Me hace olvidarme de todo mi asqueroso pasado, de mis estupideces como adolescente y de mi ignorancia total. Su pequeño cuerpo es mío y de nadie más. Me pertenece.
- ¿Cómo te ha ido en el colegio? - le pregunto. Entró hace unos días al jardín de niños.
- Bien. La tía Rosé me llevó a natación. - dice emocionado.
- Me alegra, bebé. ¿Te apetece que mire la peli con ustedes?
- Sí. - asiente emocionado.
Camino hacia la sala principal y me siento en el sofá con Minsung sobre mis piernas.
Veo la película junto a Minsung y Rosé pero a escondidas veo el celular y los mensajes tan misteriosos que me manda Suga. No puedo evitar sonreír así que Rosé me mira mal y aprieta los labios con enojo.
- Parece que alguien está muy feliz. - dice con tono frío.
- No es de tu incumbencia, Rosé.
- ______, no quiero pelear más, de verdad. Esto me parece algo tonto e iluso. Solíamos contarnos todo y ahora ni siquiera nos hablamos.
- Tú lo quisiste así. Pero no quiero discutirlo ahora, Rosé. - digo mirando de soslayo a Minsung. - Si no te molesta, puedo ir a tu apartamento mañana y podemos platicarlo.
Ella asiente y dirige su mirada a la televisión junto con toda su atención. El televisor muestra la escena entre Nemo y su papá reencontrándose.
- Mami, ¿yo podré ver a mi papi así? - dice Minsung de repente. Me toma por sorpresa su pregunta. No puedo evitar derramar una lágrima y solo lo miro con tristeza mientras él me mira con esperanzas.
