Capítulo 6

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- Buenos días Poché, Daniela dijo que pases por su oficina cuando llegues.

- Buenos días, Mary – dice la morena suspirando.

El domingo se había despertado sola en la cama de Abisambra. No era tonta, recordaba partes de su noche, pero sobre todo un detalle: Se había entregado a Daniela.

Espero el encuentro durante el día pero la castaña no apareció, ni siquiera escribió un mensaje. Probablemente haya estado con otra mujer descargando lo que no había querido hacer con ella la otra noche.

Aunque ese día le había servido para pensar y tomar una decisión respecto a aquella mujer.

Golpeo la puerta de su jefa con nerviosismo luego de dejar su cartera y abrigo en el locker.

Soltó la respiración que no se había dado cuenta que estaba reteniendo en el momento que escucho su voz accediéndola a entrar.

- Permiso, Mariana me dijo que me buscabas – dijo con algo de timidez desde la puerta. No quería siquiera ingresar a la oficina.

- Hola Poché – anticipa Daniela mirándola por arriba de las gafas – ven, siéntate.

La peliazul larga un suspiro silencioso y se sienta delante de su jefa.

- ¿Pasa algo malo?

- No, no – contesta Calle dejando de lado los papeles que estaba completando – quería verte. Siento irme de esa forma, pero.... Bueno los domingos son algo especiales.. Mi familia – confiesa ladeando la cabeza.

- No tienes por qué explicarme. Siento lo de esa noche.

- Si, si tengo. Y no lo sientas, yo no lo hago.

- Daniela, agradezco tu gesto, pero me gustaría no mezclar los temas personales con el trabajo. Lo de la otra noche fue... solo paso.

Calle no pudo esconder su asombro ante la respuesta de Poché.

- Está bien, seré completamente profesional estando aquí, pero esta noche hablare contigo.

- ¿Esta noche? ¿No se supone que Abi llega por la mañana?

- Abisambra no volverá al menos en una semana más, se complico el tema del contrato.

- No lo sabía.

- Tampoco yo, me lo comento papá esta mañana. De todas formas, eso no era lo que quería decirte.

- Te escucho...

- Tomamos la decisión de que Mariana y tú no pueden seguir haciendo el mismo trabajo.

- ¿M...me van a despedir? – pregunta abriendo los ojos.

- No, a partir de hoy vas a pasar a ser mi secretaria personal.

- ¿Tu secretaria?

- Eso dije

- ¿Y que pasara con Juan?

- Mariana será la suya... Antes que saques conclusiones quiero decirte que fue decisión de papá no mía.

Por suerte María José ni siquiera había tenido tiempo de pensar en eso.

Prácticamente no cambiaría nada, después de todo, Daniela era la que siempre la mantenía ocupada.

- ¿Tienes algún problema con ello?

- Oh... No no, me gustaba trabajar con Juan, pero de todas formas siempre hacia tus tramites..

- Poché puedes seguir viendo a Juancho, nada cambiara. No pensé que iba a molestarte, pero podría hablar con mi padre y pedirle que cambie tu posición con Mariana.

- No, no quise decir eso. Está bien por mí, no me molesta trabajar contigo, Daniela.

- Bien, prometo no torturarte. Y estoy segura que lo vas a hacer mucho mejor que Mariana. Ahora – dice volviendo a sus papeles- ¿Podrías tan solo mandarme un café? No creo poder terminar con esto sin algo de cafeína en mi organismo.

- Por supuesto – contesta parándose – Quieres que te pida algo más?

- Sorpréndeme – le dice guiñando el ojo.

María José sale algo ruborizada de la oficina. Le pide su café y sale a hacer sus recados. Cuando mira su celular, tiene un mensaje de Calle.

El café estaba delicioso. Voy a compensarte con la cena de esta noche. Y quiero que sepas que mi propuesta sigue en pie, hoy más que nunca.


PD: Estas Hermosa.


Cuando lo termina de leer se da cuenta que tiene una estúpida sonrisa en su rostro.

Suspira y guarda el celular sin contestar. Tenía que frenar este coqueteo con Daniela antes de que sea muy tarde. La pregunta es... ¿Realmente podría hacerlo?

Esa misma noche, María José llega de entrenar completamente sudada.

- ¡Aquí estas! Te estaba esperando para cenar – se inclina para darle un beso en la mejilla pero la peliazul la frena.

- Estoy sudada, puedes empezar sin mí, prefiero bañarme antes.

- Te esperare entonces. ¿Estas bien?

- Solo un mal día – contesta pasando de ella pero Daniela la detiene tomándola de la mano.

- No parecías mal esta mañana. ¿Paso algo con tu partido?

- No fue partido, Daniela, no va a haber partido. No me convocaron, evidentemente no soy lo suficientemente buena como para jugar en el torneo.

Finalmente la castaña entendió porque su humor.

- Mira Poché, a ser sincera nunca había visto ese deporte, mucho menos imagine que había mujeres que lo hacían. Pero no soy idiota y pude ver que eres muy buena, y sobretodo que disfrutas hacerlo.

- Si bueno, pero con solo disfrutar no me sirve de nada. Daniela tengo solo un año para encontrar un club si no lo hago debo volver a Colombia. No puedo quedarme aquí, y al paso que voy, creo que voy a tener que hacer las maletas antes de lo que pensaba.

La castaña no dijo nada, para sorpresa de Poché la atrapo entre sus brazos abrazándola. No le importaba que este sudada y sucia.

Calle la dejo libre para que pueda ducharse, no sin antes decirle que la esperaba para cenar juntas.

Cuando terminaron de comer, se tiraron en el sillón para ver algo de tele. Daniela tomo los pies de María José y los puso sobre su regazo para poder masajearlos.

- ¿Estas mejor?

- Increíble, mi jefa me masajea nada más y nada menos que mis pies. ¡Y no olvidemos el abrazo con mi ropa sudada! – bromea -

- Cállate – acusa riendo – No me gusta mezclar los temas del trabajo con mis asuntos personales.

A Poché se le borra la sonrisa y baja su cabeza algo avergonzada.

- No tienes que avergonzarte – le dice Daniela tomando su mentón para posar sus ojos en ella – Entiendo lo que quisiste decir. Pero sabes que tenemos que hablar sobre esa noche, ¿verdad?

- Mira, lo hare mas fácil para ti. Siento eso, estaba borracha y no pensaba lo que hacia.

- Poché, si lo hiciste es porque realmente lo deseabas.

- ¡No! No lo hago y aunque así sea tampoco debería. Eres muy mayor para mí.

- ¿Disculpa? ¿Desde cuando te preocupa la edad?

- ¿Qué edad tienes?

- ¿No se supone que los sabias?

- Tú debes de saber la mía.

- 30.

- Qué pena, tengo 24 años, nunca podría estar contigo. Eres muy mayor.

Mierda, realmente es muy joven - pensó Daniela.

Cuando termina de hablar el teléfono de Daniela suena y en la pantalla se dibuja el nombre de "Elena".

- Lo siento, ya regreso – dice la castaña para levantarse y apartarse un poco de su lado.

Los ojos de Poché pasean entre el teléfono y la naturalidad de Daniela al atender.

- Hola hermosa...¿Estas bien? También te extraño. Si. No te preocupes, te llevare todo cuando te vea. Ahora descansa tranquila. Yo también, mucho. Adiós.

Corta y vuelve si atención a Poché, pero cuando se sienta a su lado, María José se para de un salto.

- Es mejor que ya me vaya a la cama.

- Todavía no son las 10 y estábamos tratando un tema aquí.

- Mira Calle, es mejor que las cosas queden como están. Además, los jóvenes debemos irnos a dormir temprano.

- ¿Te pusiste así por la llamada? – pregunta levantando una ceja.

- ¡Por supuesto que no! – dice riendo forzadamente – ¡Tú y tus chicas me tienen sin cuidado! Solo, sigamos como antes, pretendiendo que nada sucedió esa noche.

- Te diré que no voy a pretender que no paso, porque de hecho si sucedió. – le contesta parándose frente a ella- Y te repetiré que si no lo hice fue porque el día que suceda entre nosotras, ambas estaremos consientes de nuestros actos, que te espere no quiere decir que no te desee. Y aunque lo quieras negar –se acerca un poco más para susurrarle al oído – mi propuesta sigue en pie, solo pon tus reglas y entrégate al placer.

Lentamente le besa el lóbulo de la oreja y se va a su habitación dejando a una María José completamente confundida.

¿Como podía actuar así? ¿Una de sus chicas la había llamado delante de ella y sin embargo seguía insistiendo en llevarla a la cama? ¿Por quien la tomaba?

Aun sin sueño fue hacia el reproductor y puso lo primero que encontró.

Casualmente era una lista de reproducción de Pink. ¡Amaba a esa cantante! Incluso hasta había considerado usar un corte de pelo como ella.

Se tiro en el sillón pensando en todo lo que había pasado en su día mientras Pink cantaba de fondo. Hasta que comenzó a prestarle atención a la letra de la canción

Where, oh where, have the smart people gone?
Oh where, oh where could they be?
Parecía que el tema le hablaba a ella
Disease's growing, it's epidemic
I'm scared that there ain't a cure
The world believes it and I'm going crazy
I cannot take any more


Sonrió al escuchar esa parte, así que sin dudarlo, le subió el volumen si se fue a su habitación dejando sonar la canción de fondo. Quería que la castaña entienda su mensaje.

I'm so glad that I'll never fit in
That will never be me
Outcasts and girls with ambition
That's what I wanna see


Estúpido Amor (Terminada)Where stories live. Discover now