Capítulo 14

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Lunes por la mañana, María José ingresa a la empresa con una sonrisa. Había dormido muy bien luego de que el taxi la dejara en su departamento.

Se sentía renovada.

Abisambra había vuelto tarde de una cena con sus padres  así que por suerte no había tenido la oportunidad de hablar mucho. No sabía que iba a decirle, así que prefirió posponer esa charla.

Se había escrito con la tal "Pitaya" hasta segundos antes de cerrar los ojos.

Les había costado mucho la despedida en el aeropuerto, sobre todo porque se habían tenido que dar el último beso dentro del avión, así que solo había sido un afectuoso abrazo cargado de emoción y un beso en la comisura de sus labios el último contacto físico que habían tenido.

Saludo como todas las mañanas a Mariana, y acomodo sus cosas en el locker.

Se preparo un café, hasta que su compañera le informo que Daniela la esperaba en su oficina.

Soltó un bufido, el que siempre hacia cada vez que su jefa la llamaba en reiteradas ocasiones, cuando realidad se moría de ganas de verla pero no quería levantar sospechas.

- ¿A dónde va la amiga más preciosa de la tierra? – la interrumpe Abisambra desde su escritorio.

- ¡Buenos días! – responde algo incomoda- Como siempre, mi querida jefa no puede vivir sin mi – intenta bromear.

- Acaba de salir de la oficina de Juancho. ¿Tienes idea a qué hora es su última reunión? Me gustaría ir a tomar un café o algo con ella. Ya sabes... ha sido una larga semana... – le susurro.

María José quería correr lejos del lugar y la situación. La buena mañana se había esfumado con ese comentario de Abisambra.

¿Que se supone que debía hacer ahora? Tan solo hacer de Cupido entre su mejor amiga y su... ¿Amante? ¿Eso es lo que realmente Daniela era?

- Amm... no se sus horarios, pero intentare averiguar algo – contesta caminando hacia atrás – Te veré luego. – se gira para dirigirse hacia la oficina de su jefa. Golpeando con sus famosos tres golpes lentos y dos rápidos.

Segundos después obtiene el permiso para entrar.

Calle estaba atendiendo una llamada, pero no se quitaron los ojos de encima ni bien hicieron el primer contacto.

Poché se deleito con la faceta de Daniela como empresaria. Siempre lo hacia, pero ahora la veía de una forma más particular.

La llamada no le tomo más de 5 minutos.

- ¡Por dios! ¡Lunes por la mañana y ya me vuelven loca! – exclama parándose para recibirla

- ¿Mucho trabajo?

- Nada que no se pueda controlar – se acerca pasando arriba y abajo sus manos por los brazos cruzados de la peliazul.

- Me alegro entonces.

- Te extrañaba.

- ¿Lo hacías? ¿Aun cuando hace menos de 12 horas que no nos vemos?

- ¿Después de una semana de tu completa compañía? Si. ¿Pudiste descansar?

- Lo hice. Cuando una tal "pitaya" me dejo de mandar esos mensajes subidos de tono, pude dormir.

- Supongo que me tendré que acostumbrar a escuchar ese nombre, ¿verdad?

- Puedes apostar que sí.

Daniela nunca se lo iba a decir, pero cada vez le molestaba menos que la llame de esa forma. Después de todo, era una especie de código entre ellas. Solo entre ellas, le metería un puño a quien se atreva a llamarla así.

- ¿Es aquí donde me besas o tendré que escucharte hablar mucho más?

- Suena muy tentador, pero le recuerdo, señorita jefa, que estamos en su oficina. Prometimos guardar distancia.

La castaña camina unos pasos hacia adelante, haciendo retroceder a su secretaria.

- ¿Que tan tentador es esto?

- Daniela...

- ¿En serio pretendes que mantenga mis manos alejadas de ti durante todo el día?

- En eso habíamos quedado.

- No podre.

- Te aguantas.

- Hagamos un trato.

- ¿Otro más?

- Funciono la última vez.

Calle era especialista en los tratos, después de todo, en eso se basaba su trabajo.

- ¿Que quieres? – pregunta la peliazul suspirando.

- Mantendremos las apariencias. Pero a cambio, obtendré 5 besos por jornada.

- 2.

- 4.

- 3.

- Bien –acepta - Genial, los tomare cuando yo quiera y donde quiera.

- ¿Así que yo no tengo ninguna palabra en esto?

- ¡Hey! ¡Tu obtienes beneficios!

- No estoy segura que eso funcione así.

En realidad a María José no le importaba, pero adoraba llevarle la contra.

- Bien, tomare el primer vale, y lo quiero ahora.

Estúpido Amor (Terminada)Where stories live. Discover now