Capítulo 20

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- ¡Llegas tarde!

- ¿En serio? Lo siento, una tal Pitaya me entretuvo esta mañana y ¡en la entrada también!

- ¡Te extrañaba!

Si, esa era una frase recurrente en ella.

- ¿Aun así cuando nos vimos hace 30 minutos, Calle?

- Pasaría todo el día contigo de ser posible.

- Debemos hablar de eso. Gracias a ti estoy descuidando mis entrenamientos, ni siquiera salgo a correr por las mañanas. Si continuo así ni siquiera me convocaran para el próximo partido.

- ¿Así que mi chica me está cambiando por una pelota llamada bachibeibi?

- ¡Batybaby!

- Eso.

- No te cambio, idiota. Puedes correr conmigo, pero sabemos que es imposible.

- ¿Por qué? ¡En algún momento de mi vida lo hice!

- Lo creo, pero ¿tú en sudadera y cortos short? No podría correr, me chocaría con todo por estar concentrada admirando tu esbelto cuerpo.

Sonríe luego de escuchar la carcajada de la castaña.

- Preciosa. Ahora ven y dame un beso de buenos días.

- ¿Otro más?

- Muchos más – dice tomándola de la cintura para besarla.

- ¿Debo recordarle que estamos en su oficina, señorita Calle? – reta mientras su jefa le deja varios besos en su cuello.

- Mmm, entonces aléjate antes de que haga mucho mas que besarte – la suelta no sin antes dejar un casto beso en sus labios.

- Bien. Te enviare el Excel por mail en unos minutos – informa acomodando su ropa.

- ¿En serio ya está listo?

- Por supuesto ¿quien se supone que soy? ¿Mariana?

- ¡Gracias a dios que no! Sigue así y te lo recompensare con creces.

- Es bueno saberlo – responde guiñando su ojo para luego salir de la oficina.

Hacia aproximadamente un mes que estaban juntas.

Todavía no habían puesto un titulo a su relación, pero eran algo así como novias.

En cuanto a Abisambra, Poché estaba tan ensimismada con Calle que ni siquiera le molestaba tener que ocultarle su relación con ella. Aunque su amiga seguía dándole vueltas a Daniela quien, por supuesto, se negaba rotundamente.

No había mentido cuando dijo que desde que estuvo con la peliazul no sintió la necesidad de estar con otra mujer.


- Grandulón, me pidieron que deje estas carpetas por aquí.

- ¡Gracias, Poché! Iba a pedírtelas hace un tiempo, pero estabas en el despacho de tu jefa. Por cierto, te tiene trabajando mucho, estuviste mas de 40 minutos ahí dentro – bromea.

- ¡Es mi trabajo, Muñoz! – contesta de la misma forma.

- Si, tu sonrisa no dice lo mismo.

- ¿Necesitas algo más? – pregunta desviando el tema.

Juancho sabia de su relación al igual que Juliana pero, aun así, le incomodaba quedar en evidencia.

- Tranquila. ¡Puedes ir!


*******************************


- ¿Donde está Daniela?

- No lo sé. Salió hace rato y aviso que no regresaría.

Era extraño.

Se había ido poco después del almuerzo y no se había despedido.

Esa tarde-noche luego del entrenamiento, Poché se vistió en el club y se dispuso a pasar por la casa de su... algo.

Aun era temprano, pero le llamaba la atención que Calle no responda ni siquiera el teléfono.

No era la primera vez que se presentaba en su casa luego de un entrenamiento.

Incluso, si todo estaba bien, podían repetir su rutina de ducharse juntas.

Pero, cuando aquella castaña abrió se puerta, se encontró con algo muy extraño.

- ¡Poché! ¿Que haces aquí? – pregunto sorprendida.

Daniela estaba con los pelos revueltos, la boca pintada de rojo y una ropa muy poco común en ella.

- Hola, solo quería saber como estabas. No contestabas tu teléfono desde temprano.

- No lo debo haber escuchado.

- Lo siento, ¿llego en mal momento? – pregunto incomoda.

- Bueno... no.

- Ella no puede irse aun – exclamo una niña a su lado – no termino de jugar todavía – dijo con dificultad.

De repente Poché comprendió todo.

Deeso se trababa la desaparición repentina de Calle.

Debió imaginarlo.

- Lo.. lo siento. ¡No sabía que estaban jugando!Puedes estar tranquila, no la robare. Estoy segura que Dani quiere acabar sujuego.

- Pero me hace falta otra barbie, puedes jugartu también si quieres – sugirió ofreciendo su manita para ayudarla a pasar.

La peliazul tomo su mano sin despegar la miradade Daniela que ni siquiera se inmutaba por la situación.

La castaña tenía razón, la niña tenía los ojosmás preciosos que hubiese visto.

- ¿Otra barbie más? ¡Creí que teniassuficientes! – bromeo Dani cerrando la puerta detrás de ella.

- Pero son pequeñas – dijo algo intimidada.

- Bien pero antes de volver a tocarme ve alavarte las manos, ¡las tienes llenas de labial! – ordeno por lo que la niñasalió corriendo al lavado – Elena, ¡no corras! – grito, pero era tarde.

- Lo siento – susurro Poché apenada – si hubiesesabido que estabas con ella no hubiera venido. Lo siento mucho, en serio.

- Mierda, Poché. No sabía cómo lo iba a tomarella y tampoco me dio tiempo a pensar que decir.

- No te preocupes, me iré si lo deseas.

- ¡Por supuesto que no! Quiero que te quedes. Nosé cómo le explicare, pero me encanta que estés aquí y si no supiera que estaespiándonos desde el baño, te daría un beso en este momento.

- ¡Listo! – apareció la niña mostrando sus manoslimpias – ¿Vamos a jugar?

- Emm... ¿si?

Aun no sabía cómo comportarse. Lo cierto es quela situación la tomo por sorpresa a ambas.

- ¡Momento! – exclamo levantando su pequeñodedito – ¿de donde conoces tu a Nani?

María José levanto la cabeza sin entender dequien hablaba.

"Dani" modulo la castaña en modo de respuesta.

- Ella es... una amiga, muy amiga – respondió sinquitarle los ojos.

- ¡Genial! Entonces te presentare a Alanna,hasta ahora ella era nuestra única amiga, ¡pero ahora estas tu! – exclamo aplaudiendo.

La peliazul le entendió la mitad de su frase,pero por su énfasis supuso que era algo bueno.

Era cierto, la niña no modulaba demasiado bienaun.

Pasaron la tarde jugando con las muñecas quehabían elegido en Alemania.

Elena era una niña muy tierna.

A Poché le daba ternura ver como de a ratos setiraba sobre los brazos de ambas para abrazarlas. Daniela constantemente estabaacariciando su pelo o dejando suaves besos en su cabeza.

No se equivoco cuando dijo que se moriría deamor al ver interactuar a Calle con esa niña. Tenían una conexión muy especialy se notaba todo lo que se querían.

Al cabo de unas horas, la pequeña cayó dormidaen los brazos de su madrina.

Quien aun estaba vestida como una "princesa" consus labios y cejas mal maquillados.

- La amo, pero es agotadora – susurro Danientrando en la cocina luego de dejar a la niña durmiendo en su habitación.

- Es encantadora – le contesto Poché dándole unataza de café – te ves excesivamente hermosa con ella.

- Ella es hermosa. Gracias por jugar connosotras hoy, nunca habíamos compartido una tarde con nadie más – dijoacercándole a dejar un pequeño beso en sus labios.

- Soy muy afortunada entonces, porque me encantoestar con ustedes. Pero hay algo que necesito preguntar.

- Dime.

- Sé que esto fue una sorpresa. Pero, ¿no teperjudicara s alguien se entera que pase un tiempo con ustedes? Lo que quierodecir es, ¿como lo explicas?

- De la misma forma que a ella, eres una amiga, gordi.Como dije, no la compartí nunca con nadie, más que Juancho unas pocas veces. Supropio padre la cambia por mujeres todo el tiempo, no puede poner excusasconmigo, puedes estar tranquila por eso.

- ¿Porque está contigo un día de semana?

- Sus abuelos tenían una cena y ya que su padretiene mejores cosas que hacer, me pidieron que me quede con ella.

- ¿Entonces te llevas bien con ellos?

- ¡Por supuesto! Ocupo el lugar mucho mejor quesu hijo. Por eso no te preocupes, se manejarme con ellos. Además, siempresupieron sobre mi condición sexual. El único que tiene problemas con ello es Kevin.

- Está bien – respondió algo insegura.

- Cuando entienda un poco más, le explicare queen realidad no solo eres una amiga sino que eres la mujer que vuelve loca a sumadrina, y la pone al 100% al verla vestida como una barbie – bromeaacariciando sus brazos.

- ¿En serio piensas contarle eso?

- Puedo omitir algunas partes, pero sabrá queestás conmigo, eso no cambiara. – dijo antes de besarla para dar énfasis a suconfesión.





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Estúpido Amor (Terminada)Where stories live. Discover now