Estúpido Amor (Terminada)

Capítulo 11

A la mañana siguiente se levantaron enredadas entre piernas y sabanas.

María José estaba aferrada a Daniela sobre su pecho, se desperezo y le beso un hombro antes de acomodarse para desperezarse. Al escuchar una risa proveniente de su lado, abrió los ojos y entendió la situación.

No solo había dormido abrazada a Calle sino que melosamente la había besado antes de separarse.

Movió su cabeza para ver que Daniela estaba bien despierta y sintió que un calor invadía su rostro.

- ¡Buenos días! – exclamo la castaña – ¿Sabes? Podría dejarte dormir conmigo las veces que quieras si vas a amanecer tan mimosa.

- Idiota, te aprovechas de mis debilidades.

- ¿Debilidades? ¿Entonces soy una de ellas? Me siento muy halagada.

- Estoy hablando de la tormenta – le espeta golpeándole un brazo.

- Bueno entonces no deberías moverte de la cama, por que va a seguir nevando todo el día.

- ¿Lo dices en serio?

- Así es, así que vamos a tener que buscar una forma de entretenernos – finge pensar- ¡ya se! ¿Qué te parece retomar desde donde dejamos ayer? – le pregunta acercándose lentamente hasta que el sonido de su celular interrumpe.

Daniela lo toma a regañadientes viendo que en la pantalla aparece "Abisambra"

- Ahí tienes lo que debes retomar.- le reprocha Poché intentando salir de la cama.

Una vez mas el destino le estaba dando pistas: No debía arriesgarse a nada con Daniela.

La castaña la toma desde atrás de la remera cubriendo su cabeza con ella, dejándola inmovilizada.

- ¡Daniela, suelta!

- Shh, tengo que atender. ¿Hola?

- ¿Que carajo? ¡Sueltamente!

- ¿Ho..Hola? Lo siento, ¿quien es?.... Bueno, creo que eres Abisambra, lo siento pero no escucho bien aquí. ¿Hola? Oh... se corto. – dice mientras tira su teléfono sobre la cama y baja un pie hacia el piso antes de soltar a María José.

Tenia que estar preparada para correr en el caso de que la peliazul salga disparada hacia ella.

- ¡Daniela Calle eres una maldita mentirosa! – dice roja de la fuerza que hacia para liberarse y a la vez por el enojo.

- ¿Yo? – pregunta riendo.

- ¿Te das cuenta? ¿No te cansas de ser así? ¿Usando a la gente, dándole la atención que piden solo cuando a ti te conviene?

- Poché... no es así.

- Esa persona a la que acabas de colgar está loca por ti y daría todo por estar contigo. Y tú sin embargo estas aquí... intentando coger con su mejor amiga. No sé cómo será tu vida, pero yo no quiero eso para mí. Ya no más Daniela – termina de hablar y se va dando un portazo.

- ¡No, Poché! ¡Malinterpretaste todo! – dice frustrada.

María José no salió de su habitación en todo el día. Lo único que se había escucho era la canción" Stupid Girl" reproducirse una y otra vez.

A pesar de haber entendido el mensaje, la castaña no se rindió. Intento hablar con ella por todos los menos, pero no hubo caso.

De todas formas, al otro día debía salir porque tenían que ir a la empresa.

Los días de descanso se habían terminado. Tenían que volver a la empresa para por fin saber si se cerraba el trato o no.

Daniela quería estar contenta pero no de esa forma, no con Poché enojada.

A eso de las 7 de la mañana sonó su despertador. Se había quedado profundamente dormida. Se levanto rápidamente para tomar una ducha y preparar su ropa más formal.

Alrededor de las 8 salió de su habitación y se encontró con una María José ya vestida tomando café en la isla de la cocina.

- Buenos días – le dijo tímidamente. No sabía que reacción iba a recibir.

- Buen día – contesto la peliazul con gesto neutro – Prepare café – dijo después de unos segundos.

- ¡Gracias! Me quede dormida. Voy a tomar el termo para llevar, ¿quieres un poco?

- Con esto estoy bien, Gracias. Creo que ya deberíamos ir saliendo...

- Claro, como digas – respondió algo ausente.

Cuando termino de servirse su café, le puso su tapa y fue hasta el recibidor por su abrigo. Poché tenía la puerta abierta y ya estaba tiritando.

Daniela al verla, tomo dos sacos gruesos y se acerco para taparla por la espalda.

- No quiero que te enfermes.

- Gracias – dice tomando el abrigo para acomodarse en el.

- Poché, ¿Vamos a hablar sobre lo que sucedió?

La más pequeña se da vuelta para enfrentarla.

- Yo siento mi reacción. Tu historia con Abi es un problema que tienen que resolver ustedes, solo me molesto ver como juegas con ella.

- No hay historia con Abisambra, no existe nada. No voy a disculparme por algo que no prometí nunca – aclara serenamente.

- Bueno, ella no lo ve así.

- Poché ¿podemos tan solo dejarlo pasar? Si le colgué fue porque quería despertar contigo. La pasamos tan bien estando así que no me importa que nadie mas se meta entre nosotras.

La peliazul no entendió bien a qué se refería, pero no quería complicar las cosas.

- Está bien, Calle. ¿Nos vamos? Tienes un contrato por ganar y no te sumara llegar tarde.

- ¡Oye, Poché! ¡Buenos días!

- Amm... ¡Mario! ¡Hola! – saluda y él le da un afectuoso beso en la mejilla.

- Te ves hermosa hoy.

- ¡Gracias! – responde algo incomoda.

- ¿Ya sabes cuando te vas? Digo, me gustaría invitare a comer, uno no puede hablar demasiado entre estar cuatro paredes...

- Ehh...

- ¡María José! – Irrumpe Daniela que había escuchado parte de la conversación- La sala de juntas es por aquí, no están esperando – exige con severidad sin apartar los ojos de Mario.

- Claro, por supuesto. Gracias por la invitación Mario, ¡Lo tendré en cuenta! – contesta mientras Calle pone una mano en su espalda baja como gesto de posesión, arrastrándola hacia el ascensor.

- Gracias – le dice una vez que están dentro del ascensor – No sabia como salir de esa situación.

La castaña no responde, solo le guiña el ojo sonriendo. Aunque ambas sabían que no lo había hecho para salvarla sino para no dejarla cerca de ese hombre. Pero le daba igual, la peliazul disfrutaba de esa faceta de su jefa.

La junta duro mucho mas tiempo del que tenían pensado. Las cosas se habían puesto difíciles, habían estado a punto de no firmar. Pero Daniela había sacado la leona que llevaba dentro y hizo todo lo que estaba a su alcance para convencer de que su compañía era la mejor.

Y lo logro.