Capítulo 9

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- María José ¿Serias tan amable de traerme el contrato con la franquicia en Alemania? Y si puedes enviarme las planillas de Excel para revisarlas te lo agradecería. – le pide la castaña a su secretaria por intercomunicador. No obtuvo respuesta. Pero sonrió cuando unos 10 minutos después la puerta se abrió sin siquiera anunciarse y vio de reojo como unos papeles volaban a su escritorio.

Hacía tres días que ella y Poché hablaban lo justo y necesario.

La peliazul se cruzo de brazos esperando su próximo pedido mientras la miraba desafiante. Sabía que no la iba a dejar ir tan rápido.

Unos minutos más tarde Daniela levanta la vista de su ordenador y la fija en ella.

- Oh, Poché lo siento, no te oí golpear. Siéntate, necesito discutir algunos temas contigo.

María José dio por hecho que estaba siendo irónica. No había golpeado la puerta apropósito porque sabía que le molestaba. Además, si estaba con alguien, sobre todo con una mujer, hubiese estado gustosa de interrumpirle el asunto.

- Necesito charlar contigo el tema del viaje – le comenta entrelazando sus manos sobre la mesa.

- Un viaje que no pienso hacer.

- Me temo que no tienes opción, creí que eso había quedado claro.

- Mire señorita Calle, tengo otras obligaciones en la ciudad, me temo que no voy a poder ausentarme los días que usted requiere. Pero si es tan amable, hay una persona que estaría encantada de tomar mi lugar.

- ¿En serio? – pregunta sonriendo por la postura de la peliazul.

- Así es, y usted estará encantada. Digo, entre nosotras – se acerca un poco más para compartir su secreto – dice que está loca por usted. Pero no voy a meterme en eso – se vuelve a acomodar en su lugar – no son mis asuntos.

- María José ¿puedes hablar de una vez?

- Abisambra acepto tomar mi lugar.

Oh no, eso no podía suceder. Llevar a Abi con ella seria un gran problema.

Daniela no viajaría a menos que sea con María José.

- Ya te explique qué...

- Si lo sé – interrumpe – Pero, mira lo voy a decir solo para que entiendas..

Ahora vuelve a tutearme, pensó Calle.

- Ya sabes que fui convocada para el campeonato. Ausentarme durante tantos entrenamientos no puede ser bueno. Y detesto decirlo, pero tú sabes que es importante para mí.

- Poché... - la pequeña la advierte con su mirada – María José. Enviare una carta o iré personalmente a explicar el motivo de tu ausencia durante algunos días si es necesario. Pero vas a tener que viajar quieras o no. Ya hablaste con mi padre y sabes que pidió estrictamente que seas tu quien vaya conmigo, conoces estas planillas mejor que nadie, no te puedes negar. Es un negocio muy importante para nuestra empresa.

Poché sabía que tenía razón. Además, cuando adoptaba esa actitud de empresaria calculadora era imposible que no la comprara.

- No confío en ti. – se sincera.

- Lo sé. Pero yo si en ti. Y te lo estoy pidiendo no solo por mí, sino por mi padre. Quiero llevar adelante esta empresa como él alguna vez lo hizo. Necesito que se sienta orgulloso de mí. Si consigo un puesto nuestro en Alemania estoy segura que podría darle la tranquilidad que el necesita para poder jubilarse de una vez por todas.

Calle realmente se estaba sincerando. Quería más que nada en el mundo que su padre deje la empresa a cargo de ella, no solo por el poder, sino porque su padre había hecho mucho esfuerzo para poder llevarla a cabo, y ella quería continuar con su legado.

- Me ganare tu confianza. No sé si alguna vez la tuve, pero lo intentare. Te demostrare que no soy la persona que crees conocer o bueno, quizá sí, pero no soy mala. Solo una idiota que a veces no sabe cómo comportarse. Pero aprenderé por ti, y lo demostrare.

El celular de Daniela suena con un mensaje y ella lo lee inmediatamente.

- Mi padre necesita verme. ¿Podrías esperarme así terminamos de hablar el tema del viaje? Por favor, prometo que no tardare – pide mientras se pone de pie.

- Cl...Claro - María José responde un poco sorprendida.

Daniela jamás le había hablado de esa forma. Al escucharla le habían dado muchas ganas de darle esa oportunidad, pero a su vez, quería tomarse un tiempo. Aquella castaña debía aclararle varias cosas antes de obtener alguna respuesta de su parte.

Aunque era obvio que iba a ir, no se perdería ese viaje. De alguna forma lo arreglaría con el club.

Pasaron varios minutos y Calle aun no regresaba. Poché estaba considerando irse y volver cuando la castaña vuelva a llamarla. Pero cuando se paro para retirarse el celular de su jefa comenzó a sonar.

Era un número privado. Pensó en dejarlo sonar, pero al ser su secretaria analizo que quizá debería tomarlo y dejar el recado. En milésimas de segundos dio vuelta el escritorio y tomo el caro aparato en sus manos.

Lo atendió luego de largos titubeo.

- ¿Hola?

- ¿Hola? ¿Daniela?

Era una mujer. Al momento María José se arrepintió de haber tomado ese mensaje.

- Lo siento, habla su secretaria. Me temo que ella no puede atender en este momento. ¿Quiere dejarle algún mensaje?

Estúpido Amor (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora