Estúpido Amor (Terminada)

Capítulo 13

- ¿Y que se supone que van a hacer ahora?

- Ammm... bueno, aquí demasiada tormenta, no podemos regresar hasta mañana a la noche – mintió.

- Ya las extraño – dijo Abi – ¿Como están las cosas entre ustedes?

- Igual... - contesto la peliazul mientras veía salir del baño a una Daniela envuelta en tan solo una toalla blanca.

- Deberías conocerla, Pochas. ¡No seas tan terca! Después de todo, ¿quien dice? Tal vez termine siendo mi esposa algún día.

María José se atraganto al oír los delirios de su amiga.

- Seguro. Emm.. Abi, tengo que colgar, mi celular está agotando la batería, te llamare mañana para contarte los detalles del vuelo. ¡Adiós!

Colgó y tiro su celular como si le quemara en las manos.

- ¿Así que yo no tengo permitido mi celular y tu si? – pregunta sentándose con las rodillas a ambos lados quedando a horcajadas de la más pequeña.

- Creo que... iré a bañarme - intenta pararse pero Dani no la deja.

- ¿Que sucede?

- Nada.

- ¿Que dijo Abisambra para que cambie repentinamente tu humor? – pregunta luego de suspirar.

- Ella pidió que me de la oportunidad de conocerte, ¡Quiere que nos llevemos bien porque supone que el día de mañana tu serás su esposa!

Daniela se tensa al escuchar su confesión.

- Y yo aquí contigo de esta forma, Calle. No, no puedo soportar engañar de esta forma, no a Abisambra.

- A ver, Poché. No te angusties, gorda – pide tranquilizándola – Nadie puede manejar sus sentimientos – dice abrazándola mientras le acaricia la espalda.

- Pero pude evitarlo y no lo hice – comenta angustiada.

- Poché – la suelta para tomarle la cara y poder mirarla a los ojos – Aunque no te hubiese conocido, jamás terminaría ni casada ni absolutamente nada con Abisambra – asegura - Es bonita, pero aunque odie tener que decírtelo, solo fue una situación que se me fue de las manos. Al principio me gustaba poder tenerla cuando quería, pero confundió las cosas. Se lo aclare y su respuesta fue que me iba a dar el tiempo que necesite y que tarde o temprano me quedaría con ella, por eso permitió que este con otras mujeres. Hasta que me termine acostumbrando a ella.

- ¿Ella lo sabía?

- ¡Por supuesto! Nunca miento, ni mucho menos engaño. Deberías saberlo.

- ¿Como se supone que lo sabría si nunca estuviste de novia?

- Tú podrías ser la primera – canta sonriente.

- ¿Hablas en serio? – pregunta incrédula.

- Eres lo más cercano a una que tengo.

- No podemos tener nada todavía, aun tenemos mucho que solucionar. Abisambra sobre todo...

- La dejare, terminare lo que nunca existió con ella. Hare lo que haga falta, gorda. Realmente quiero intentarlo.

- ¿Estás segura de lo que estás diciendo? Esto no concuerda con aquella Daniela Calle que me presentaron alguna vez.

- No, porque esto sucedió luego de conocerte. ¿Alguna vez me escuchas cuando hablo? Creí que eso había quedado claro. Te quiero a ti María José. Te deseo, todo el tiempo. Nunca voy a tener suficiente de ti – dicho esto, planta su boca en la de su secretaria, besándola con devoción. Intentando demostrar su punto.

- A la cama – exigió Calle sobre sus labios.

- ¡Tu vas a terminar lo que iniciaste aquí! – la peliazul la retiene tomándola de su cadera.

- ¿Vamos a tener esta discusión otra vez? – pregunta dejando de besarla.

- Bueno – aclara acurrucándose contra ella abrazando su cintura – podemos tener sexo aquí y luego hacer el amor en tu cama – le susurra sensualmente.

Automáticamente la toalla de Daniela se pierde, la ropa de Poché vuela por los aires y en cuestión de minutos ambas se entregan al placer.

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- ¿En qué momento pasamos de "solo una muñeca" a todo esto? – pregunta viendo varios paquetes de juguetería desparramados en el sillón.

- Hay solo una muñeca.

- ¿Y el resto?

- ¡No me pude resistir!

- Comienzo a sospechar que la consientes demasiado.

- Ese es mi deber ¿no es así?

- Recuérdame no elegirte como madrina si alguna vez considero tener un hijo.

- No. No lo harás por que el día que tengas un hijo no seré la madrina, sino la otra mama – le da un beso en la mejilla- iré a preparar algo de té.

Daniela toma rumbo hacia la cocina dejando a una María José perpleja ante su comentario.