Capítulo 24

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Unas horas más tarde, se encontraban en el hospital.

Kevin no se había presentado para firmar el alta de Elena, así que Daniela se había responsabilizado de todos los papeles necesarios.

Por supuesto que sus abuelos estaban ahí.

Para sorpresa de Calle, le pidieron que se lleve a la niña con ella.

Prometieron llamarla por la mañana para pasarla a buscarla luego de su domingo juntas.

Daniela sospechaba que tenían algo en mente, pero no pregunto.

La pequeña seria suya durante casi dos días y eso la llenaba de felicidad.

Aunque sabía que María José no se encontraba bien.

Una de cal y una de arena, pensó.

- Cuida a mi niña – pidió Sandra.

- Por supuesto que lo hare, esa pequeña es mi vida. – contesto Daniela.

- Lo se, no te la estaría confiando sino. Por cierto, ella hablo de tú y tú.. amiga.

Calle se tenso, no había tenido tiempo de consultar eso con Lucca.

De hecho, el tampoco sabia sobre su relación con Poché.

- Sandra...

- No tienes nada que explicarme. Daniela puedo ver la mujer que eres, y sé también la clase de persona que es mi hijo. Quiero lo mejor para mi nieta y ella te adora, por algo su madre te eligió para que la cuidaras en su lugar. Y tienes derecho a hacer tu vida como cualquier otra persona, además, Elena es una niña muy despierta, entenderá cuando se le explique la situación.

- Gracias – dijo Calle en un suspiro de alivio – Estaba muy preocupada por todo eso. Simplemente sucedió San, no pude manejarlo. Te diré que estoy enamorada de Poché, de no ser así no le habría confiado sobre Elena, pero puedes estar tranquila, mantenemos las formas delante de ella, le explicare cuando llegue el momento.

- Ella lo sabe, como te dije es muy despierta. Dice que su "Ina nani" sonríe mucho cuando esta con "Barbie poté" – contó haciendo reír a ambas – mi hijo me preocupa un poco – confeso – no sé que se trae entre manos, pero puedes estar tranquila que haremos lo que esté a nuestro alcance...

Calle instintivamente le dio un caluroso abrazo.

El alivio que sintió gracias a esta charla era lo que necesitaba para saber que estaba haciendo las cosas bien.

Por una vez en su vida, sentía que estaba haciendo lo correcto.

- Ahora vayan y disfruten. Tienes en una mochila todo lo que necesita, más los remedios nuevos. Su teléfono está ahí y por favor mantenme al tanto de cualquier cosa que suceda.

- Lo prometo.

Daniela entro a la habitación y se deleito con la postal que encontró.

Elena en brazos de Poché mientras ambas miraban atentamente por la ventana.

- ¡Ese! – exclamo la niña señalando con su pequeño dedo.

- ¡No tiene techo blanco y tampoco es un auto! – la reto Poché riendo.

- ¡Entonces yo gano! – festejó. Por lo que Calle sonrío ante esa escena.

- Ya veo de donde sacas las reglas sobre los juegos – dijo Poché mirando a Calle.

- ¡Nani! – grito Elena girándose.

- ¿Están listas para irnos, mis princesas? – pregunto viendo la cara de sorpresa de la María José – Si, ella es mía hasta mañana por la tarde – le dijo adivinando su pensamiento.

La peliazul dejo a la niña en el banco de la ventana para acercarse a Calle.

- No creo que deba ir con ustedes, Abi...

- Abisambra está con Juliana. Hoy no vas a poder hacer mucho, gorda. El lunes la veras en la oficina, podrás hablar con ella entonces y llamaremos a Juli en cuanto estés más tranquila. Ahora quiero que vengas conmigo, con nosotras – corrigió señalando a la niña con su cabeza – Quiero cuidarte, y que no dejes de sonreír. Me haría muy feliz pasar este fin de semana con ustedes y estoy segura que a esta enana chusma también – sonrió agachándose mientras Elena, quien estaba intentando escuchar la conversación, se tiraba en sus brazos – Vamos, dile a Poché que venga a pasear con nosotras.

- Por favor poté – pidió juntando sus manitos y agregando un puchero cuando Calle se lo marco.

- Bien, pero las reglas de los juegos las pongo yo – aceptó resignada.

Elena y Calle chocaron sus manos, sabiendo que de todas formas se saldrían con la suya.


**********************

- ¡Esa es mía!

- No, no lo es. ¡Las tuyas están por allí!

- Mentirosa, ¡me las estas robando!

María José apreciaba la discusión desde su lugar.

Le divertía mucho como ahijada y madrina se peleaban por las galletas de chocolate.

Habían pasado la tarde mirando películas infantiles y básicamente comiendo.

Elena estaba de muy bien ánimo.

Y Daniela se sentía feliz.

- ¿Puedo tener de estas para el desayuno? – pregunta la niña a Poché.

- Puedo hacer unas mucho más ricas para ti en la mañana.

- ¡Oye! – exclama Calle.

- Siii – festeja Elena – ¿Viste Nani?, ¡Poté me quiere más a mí! – exclamo tirándose sobre los brazos de la peliazul.

La castaña no podía dejar de sonreír.

Las dos personas mas importantes que la vida le había regalado, estaban frente suyo.

Y así quería que sea por el resto de su vida.

- Eso lo vamos a averiguar – dijo dejando sus galletas a un lado para tirarse sobre ellas.

- ¡Me estas aplastando! – grito la niña riendo.

- ¡Oye, son pesadas! – se quejó Poché abrazándolas contra sí.

Y así siguieron riendo por el resto de la tarde.


******************


- ¿Segura que esta respirando bien? Iré a verla.

- ¡Daniela! – la llama tomando su brazo – ¡está bien! Duerme plácidamente, déjala descansar.

- Yo... solo..

- Esta segura, la tienes contigo ahora, nada malo va a pasarle.

- Te amo – dice llevando su intensa mirada a sus ojos – Realmente lo siento Poché, me basto con verte con Elena hoy para confirmarlo. Esto es lo que quiero para mí, las quiero conmigo siempre.

- Calle...

- Una vez me dijiste que cuando Abisambra supiera la verdad podría volver a proponerte que estemos juntas. Y es lo que estoy haciendo, es lo que más deseo Poché...

- Dani, aun no están las cosas claras con Abi, ni siquiera me contesta el teléfono. Quiero hablar con ella, no puedo dejar todo como esta.. – intento utilizar su tono de voz más suave para que la castaña lograra comprenderla.

- Solo dime que si, amor. Una charla no cambiara lo que siento, lo que sentimos. Por que se que tú también lo sientes, lo puedo ver en tus ojos.

- Si, lo siento lo hago pero...

- ¡No hay peros en esto! Por favor...

- Está bien – acepta suspirando.

- ¿Eso es un sí? – pregunto con una sonrisa.

- No he escuchado la pregunta aun...

- ¿Somos novias?

- Si – dijo reboleando sus ojos.

- ¡Gracias, gracias, gracias! – exclamó dejando besos en su boca – Voy a hacerlo lo mejor que pueda, lo prometo.

Daniela de la emoción se abalanzo sobre la peliazul abrazándola como si su vida dependiera de ello.

- Sé que lo harás, aprenderemos juntas – susurro aferrándose a ella.

- Te amo, te lo diré siempre que pueda. Y no me importa si tú no lo haces, me basta con tenerte a mi lado.

Sabía que iba a hacerlo.

Poché le creía.

Y se prometió a si misma intentar lo mismo.

Había tenido novio cuando adolescente, pero ahora era distinto.

No solo por que sea otra mujer, sino porque ahora era más madura.

También estaba Abisambra, tenía que aclarar las cosas con ella.

Se había equivocado en mentirle, pero a pesar de eso, la quería y mucho.

- Iré a revisar si está todo bien – dijo luego de separarse del beso.

Uno de tantos.

- ¿El día que la niña tenga un novio vas a ser igual?

- ¿Novio? ¡Elena no va a tener novio!

- ¿Ah, no?

- ¡Por supuesto que no! Luego de los 35 años quizá, pero solo si doy el visto bueno.

- Lo que tú digas Dani. Lo que tú digas...







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Estúpido Amor (Terminada)Where stories live. Discover now