Capítulo 10

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- A ver, ¿que clase de persona olvida su pasaporte el día que debe viajar en A V I O N?

- Lo siento, ¿ok? ¡No quería demorarnos! Mi casa es un desastre, tome lo que tenía a mano y salí. ¡Perdón por pecar!!

Llegaron con el tiempo justo al aeropuerto, pero gracias al inconveniente de Daniela debieron esperar a que habiliten nuevamente al Jet privado de la empresa para poder despegar.

Como era de esperar María José no estaba a gusto con la espera, de hecho odiaba esperar.

- ¡Mas te vale no haberte olvidado ningún formulario o contrato porque voy a encargarme de recordártelo de por vida!

- Tranquila, no me llaman Daniela Calle. Por cierto, ¿por qué DCS? ¿De qué es la S?

- S de Sssssuficiente.

- ¿Cuáles son tus nombres?

- Daniela – sonríe.

- Mierda, creí que era un nombre. ¿Porque la S? – repite.

- Porque Sssssssi.

- ¿Tendré que llamar a Juancho para que me lo informe?

- ¿Que pasa con Juan? ¿Ahora resulta que son mejores amigos?

- Tal vez.

- Le cortare las pelotas si te lo dice.

- ¿Por qué la S?

- Vamos de despegar – calla abrochando su cinturón.

- Vimis i dispigir – se burla mientras asegura su cinturón.

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- ¡Jesussss! ¡Que frio! ¿Quien dejo la puerta abierta? – Bromea Poché mientras esperaba a que Daniela abra la casa.

Estaba tiritando de Frio, no tenía en su poder demasiada ropa para el clima tan frio que hacia en aquella ciudad.

- Dios, ¡El picaporte está congelado! – suelta Daniela exasperada.

- Tranquila, la estoy pasando de maravillas aquí – contestó con ironía.

- ¿Podrías dejar de jugar y simplemente ayudarme?

- ¿Yo?

- ¿Ves a alguien más aquí?

Poché sabía que si se movía probablemente se caería. No tenía el calzado para utilizar en la nieve.

Pero no podía quedar como una idiota frente a Calle, así que se armo de valor y camino como pisando huevos bajo la mirada de la castaña hasta que se acerco lo suficiente. Sonriendo por haberlo logrado sin hacer el ridículo.

- ¿Qué? – pregunta cuando levanta su vista hacia Daniela y la ve con una estúpida sonrisa en su rostro.

- ¿Qué clase de caminata es esa?

- ¿Pretendías que mi pequeño culito aterrice en la nieve?

- ¿Pequeño?

- ¿¡Lo estuviste mirando!?

- Bueno, no es que pase desapercibido. Además, no es para traer a colación, pero te recuerdo que compartimos algo más que unas cuantas palabras – dice con un movimiento de cejas.

- Puerta – la calla Poché apuntando con el dedo detrás de ella. No sabía que responderle a su comentario anterior.

- Si, puerta mejor. Escucha, solo el hielo congelo la cerradura. Necesito que empujes conmigo cuando pueda girar bien la llave, ¿Si? Rodéame con tus brazos y tira de mí desde las muñecas, de otra forma podrás caerte o hacerte mal.

La pequeña obedece hasta quedar abrazada a su jefa.

- ¿Tendré que hacer esto cada vez que tenga que ingresar al hogar? – pregunta detrás de ella.

- No te preocupes, solo será por esta vez. Aunque puedes abrazarme siempre que quieras – habla sobre su hombro sin perder la sonrisa.

- Enterrare tu cabeza en la nieve si vuelves a sugerirlo.

Luego de unos cuantos intentos no tuvieron éxito.

- ¡Es imposible!

- ¡Lo estás haciendo mal!

- ¿No será que tu no me estas ayudando demasiado?

- Ya sospechaba yo que tus manos de Barbie no iban a poder.

- ¿Y las tuyas de futbolera si? Por cierto – le dice acercándose – mis manos no te molestaban hace un par de semanas...

- ¡Intentare yo! – grita la peliazul para alejarse y tomar la llave.

- ¿Quien pide abrazos ahora?

- ¡Daniela basta ya! Me estoy helando aquí afuera.

Calle desliza sus manos suavemente por el abrigo de María José hasta quedar abrazada a su cintura.

- ¿Que no había que tomarse de la muñeca? – suelta sin aliento.

- Te tomaría aquí mismo o en donde sea – dice enterrando la nariz en su cabello y pegándose más a ella.

Poché reacciona y pone su mano congelada en la cara de Daniela empujándola un poco.

Aunque se moría con ese contacto, no quería ceder ante ella. No otra vez.

Forcejearon con la cerradura sin éxito, hasta que Poché se apoyo sobre Calle mientras ponía un pie sobre la puerta para hacer mas fuerza.

En cuanto la puerta se abrió, la peliazul no llego a bajar el pie y se tambaleo hacia atrás, empujando a castaña. Terminaron cayendo de espaldas sobre la nieve. Daniela se llevo lo peor, ya que el impacto de todo el peso de María José había caído sobre su pecho.

- ¡Que original bienvenida! – exclamo Poché mientras intentaba pararse.

- Recuérdame nunca más pedirte ayuda con algo que involucre la fuerza bruta. ¿Que comes, Poché? – intenta respirar bien una vez que libera su cuerpo.

- Bueno... no recuerdo que te moleste el peso de mi cuerpo cuando...... - deja la frase sin terminar.

Al final siempre terminaba cayendo en el jueguito del coqueteo con Daniela y eso le molestaba.

- Ven, te vas a helar ahí – le ofrece su mano y Calle la toma parándose con su ayuda intentando no caerse pero antes que María José la suelte tira de ella para quedar pegadas.

- Nunca podría molestarme nada que tenga que ver contigo, sobre, dentro o junto a mi – le besa la nariz y la suelta para entrar las maletas.

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Estúpido Amor (Terminada)Where stories live. Discover now