Capítulo 28

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Había perdido el juicio.

Kevin hizo lo imposible para que ella no pudiese obtener la tenencia.

Y lo había logrado.

La niña había pasado a cargo de sus abuelos.

Daniela estaba abatida.

Había puesto todo de si para lograrlo, pero nuevamente había fallado.

Simplemente porque era soltera.

Quizá, si tuviese una familia, quizá si no fuese lesbiana, y un hogar, hubiesen contribuido a su favor.

Pero no.

Fue tanta la discusión entre Kevin y Calle que el ambiente había sido extremadamente tenso.

Ni los abogados, ni el mismo juez había logrado calmarlos.

Finalmente el juez había asegurado que lo mejor era que la niña creciera en un hogar "formal", hasta que tenga la edad suficiente para decidir donde vivir.

Por lo pronto, ninguno podía estar con la pequeña hasta que pasara un tiempo prudencial en su nuevo y oficial hogar.

Las cosas con María José tampoco estaban bien.

Ninguna se había escrito, ni tampoco llamado. Calle en el fondo esperaba que ella se presentara en el juicio, pero no había aparecido.

Eso termino de hacerle entender que su etapa con ella estaba completamente concluida.

Aunque se le rompa el corazón de solo pensarlo.

Habían sido días interminables, ni siquiera se cruzaban en la oficina.

De todas formas iba a tener que acostumbrarse.

- Así que estas son horas de llegar a trabajar, ¿Muñoz?

- Vengo del juzgado. Creí que iba a encontrarte ahí...

María José se paralizo y un frio recorrió su espalda.

Intento con todas sus fuerzas ignorar a Daniela, tanto que había olvidado que ese día era el juicio.

- ¿Q...que sucedió? – pregunto con dificultad.

- Ella lo perdió. – contesto apenado, pero con un aire de reproche.

- ¿¡La dejaron con Kevin!? – exclamó sobresaltada.

- Le dieron la tenencia a sus abuelos. Ninguna de las situaciones era buena, Kevin y su grupo no son de fiar con los negocios turbios que manejan y Calle... ella no tiene una familia ni lugar estable.

- ¡Pero ella adora a esa niña! Dios, lo olvide por completo – se lamenta acomodando su pelo nerviosamente mientras se sienta frente a él.

- No voy a tomar partido por esto, sabes que no lo hago. Pero es mi amiga de siempre y la conozco. Ella te necesita – afirmo - incluso creo suponer que también te esperaba allí. Si vas a juzgarla por lo que alguna vez hizo, hazlo, pero espero que no te arrepientas Poché porque... eso la esta lastimando mucho. Me arriesgo a decirte que siquiera es la misma de antes.

Las palabras de Juan no la hacían sentir mejor.

Se había alejado y juzgado a Calle por sus actitudes del pasado, gracias a sus celos.

Pero con Elena era distinto.

Imaginaba como debía estar Daniela, y necesitaba saber como estaba.

Sin embargo y aunque quisiera, las cosas debían seguir como estaban.

No quería sufrir ni hacer sufrir más a Calle.

Al parecer era lo mejor.

*****************

Unas horas más tarde, no podía dejar de pensar en ella.

Se regaño sentirse de esa forma cuando ella misma había forzado esa situación.

- Buenas tardes, ¿en que la puedo ayudar? – pregunto Mary atendiendo en alta voz como de costumbre.

- Buenas tardes, estoy buscando a Daniela Calle – dijo una mujer.

No bastaba con pensarla constantemente. Al parecer el destino se encargaba de recordársela.

El destino disfrazado con una voz de mujer.

Para variar.

- Lo siento, ella no se presento a trabajar el día de hoy, ¿tenía usted una cita?

- Bueno, no exactamente...

Perfecto, ¿algo mas podía suceder?

- ¡Quiero hablar con Nani! – se escucha desde un poco más lejos.

María José se puso alerta. Esa voz y ese nombre provenían de una sola persona.

Se levanto de su asiento y se acerco al escritorio de recepción.

- Puedo anotarla con una cita si así lo desea.- continuo Mary revisando al agenda.

- ¿Elena? –pregunto Poché al auricular.

- ¡Tía Poté! – se escucho inmediatamente.

- Así que tu eres Poté, lo siento, soy Emma la niñera de Elena... -

María José la acepto algo nerviosa. ¿Que hacia ella y sobre todo la niña llamando allí?

- Mary, yo me encargare. – dijo trasfiriendo la llamada a su teléfono –

- Siento molestarte, sé que no puedo. Pero la pequeña no deja de reclamar por Daniela y no pude comunicarme a su celular.

- Creí que tenía prohibido verla.

- Lo está. Pero no paraba de llorar, se encerró tras la puerta y honestamente no se que mas hacer. Solo puedo sacarla de su habitación con la promesa de que Dani hablara con ella aquí y todos sabemos cómo es Elena con esas cosas...

- Entiendo, pero deberías probar en su casa, ella no se presenta aquí hace varios días y con lo del fallo... supongo que no lo hará por algunos más.

- Disculpa, ¿tu nombre?

- Dime Poché.

- Poché, necesito encontrarla. De alguna forma la niña debe saber lo que sucede, y solo se calmara si Daniela habla con ella. ¿Podrías tan solo ayudarme? Prometo hacerme cargo de lo que sea, aunque eso implique perder mi trabajo. Pero me preocupa Elena.

No podía dejar que nada le pasara.

Estúpido Amor (Terminada)Where stories live. Discover now