Xanthe Swan disfrutaba sin ninguna restricción de los placeres carnales.
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• Antes de entrar les recuerdo que NO pretendo idealizar ciertas acciones de mis personajes, TODO ES FICCIÓN.
• Es de mis primeros fic...
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Xanthe estaba de un tremendo buen humor y eso lo llegaron a notar las dos chicas a su alrededor.
Para sorpresa de algunos, Rosalie Hale había levantado la voz en mitad del pasillo y había tenido una disputa con Isabella Swan, acto que provocó una extrema satisfacción en su hermana pequeña. Jessica, a pesar de estar igual de sorprendida que Ángela, no tardó en colocar una diminuta sonrisa burlona en su rostro; Tanto Edward como Emmett Cullen intentaban calmar la despampanante rubia, más el tono calmado y la baja voz de estos sólo conseguía que su enojo se disparara aún más. Rosalie terminó por abandonar el edificio y no se la volvió a ver durante el resto del día, tampoco a Emmett.
El de cabello cobrizo quería centrarse en su pareja, más las canciones que cantaba Alice en su mente le estaban haciendo sospechar que la vampiresa había visto algo y se lo estaba ocultando. Isabella, por otro lado, no entendía el porqué del enojo de la chica Hale. Alice quiso explicárselo, más Edward se lo impidió, no quería que su cumpleaños se arruinara por un simple comentario de la menor Swan.
Meneando su cuerpo como si estuviera en una pasarela, Xanthe se acercó a los Cullen y su hermana tras despedirse de sus nuevas amigas.
—Xanthe... —llamó su hermana con un tono bajo— ¿te importaría irte con Alice y Jasper? Saldré un rato con Edward.
La sonrisa de Xanthe se amplió aún más, a Jasper lo inundó una sensación de ira.
—Por supuesto que no, aunque si es mucha molestia puedo aún buscar a Jessica.
La mueca en el rostro del de cabello cobrizo se hizo presente.
—No, está bien —se apresuró a decir Alice.
Aceptando a regañadientes en su interior, la pelinegra siguió a la pareja hasta su coche, tomando lugar en el asiento trasero. A pesar de la incomodidad que el rubio sintió al principio, se relajó al sentir la docilidad en la joven que estaba sentada detrás de él.
—Xanthe, ¿verdad?
La voz de Alice provocó que apartara la vista de la carretera y la centrara en aquel cabello con corte de pixie.
—Sí.
—Yo soy Alice, él Jasper —presentó a ambos—. Ojalá nos hubieran presentado como corresponde esta mañana, creía que te nos unirías en el almuerzo pero ya veo que no fue así.
Xanthe se sorprendió un poco ante la cantidad de palabras que había comenzado a soltar la joven; Jasper miraba de reojo a su esposa, Edward les había explicado ciertas cosas de la actitud de la menor, aún así, ¿por qué intentaba crear una amistad?
—Bueno, de momento no me gustaría ser el mal tercio de nadie, además conocí a varios amigos de mi hermana —Jasper giró la cabeza hacia la ventana cuando el sentimiento de disgusto cruzó por su cuerpo—. Pero, encantada de conocerlos.
