Capitulo 5

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LALI


Me cuesta abrir los ojos. Siento los párpados pesados como el resto de mi cuerpo. Lo raro es que siento que estoy sobre una superficie acolchada, suave y cómoda. Con todas las fuerzas del mundo abro los ojos, encontrándome con todo mi alrededor oscuro. Ya no estoy en la plaza, eso me lleva a pensar que estoy en mi cuarto. Me arrastro en la cama queriendo salir de esta, en eso me doy cuenta de que esta cama es muy grande para ser la mía. Asustada saltó de la cama queriendo caer de pie en el suelo, pero en vez de eso ni caigo de pie ni caigo sobre el suelo, mas bien dicho caí de culo en lo que creo que es una mesita de noche y en eso caí al suelo quejándose y lloriqueando por mi ahora roto culo.

- Por lo visto despertaste - Una voz grave y ronca resuena en las paredes de este cuarto. Ante eso las luces se encienden cegandome por unos pocos segundos.

Busco con la mirada el dueño de la voz, pero no la veo. Bajo mi mirada a mi cuerpo al sentir el frío, en eso me doy cuenta que solo visto el pijama con el que me obligaron a ir a esa estúpida plaza, que se basa solo en un short rosa y un top del mismo color. 

Me levanto del suelo observando el cuarto. Es grande, mucho hasta exagerado. En este cuarto perfectamente cabrían cuatro camas king size mas, pero solo había una que es donde desperté. Todo, absolutamente todo está pintado de colores oscuros. La cama es negra con las sábanas grises, la alfombra es negra, las mesitas de noche son grises, las paredes son entre gris y negro, ¿Y a que no me adivinan de qué color son las puertas que puedo ver? ¿No? Pues una es negra y la otra gris. 

Desesperada camino hacia la puerta gris y la abrió, encontrándome el baño más grande que e visto y veré en toda mi vida. Al adentrarme me miro al espejo, las heridas que me dejó mi padre parecen ya haber desaparecido, pero el puñetazo del bicho ese no. Ese moretón morado sigue en mi mejilla. Mi pelo está despeinado y con miles de enredos. Mi piel si antes era pálida pues ahora no me diferencian de una pared completamente blanca. Bufó al ver con detalle mi reflejo y salgo del baño.

Emito un grito del susto al encontrarme a un hombre de espaldas a mí mirando hacia la ventana que me acabo de dar cuenta que está ahí. Ese hombre al oír mi grito se gira observándome. Es un señor con canas bastante visibles, patas de gallo en su cara, unos ojos

marrones oscuros, tez trigueña y un poco rechoncho a mi vista.

Luna ,despertó - Comentó emocionado.

¿Luna?

-Lali: Me llamo Mariana, te has equivocado - Susurré caminando a un rincón del cuarto en donde estar completamente alejada de él.

Sí, perdone - Hizo una reverencia.

Le miré raro por el gesto tan estúpido que acaba de hacer.

-¿Tiene el gusto de acompañarme? El alfa la quiere ver- Me informa tendiendome la mano.

¿Alfa?

-Lali: ¿Te refieres a la bestia? - Pregunté horrorizada al pensar que ese me quiere ver.

- Mm... - Pareció pensarlo - Va a ser que sí- Afirmó

Negaba con la cabeza frenéticamente. Tenía miedo, estoy asustada. Mis manos sudan y siento que pierdo la cabeza.

- Luna, tranquilícese por favor- Me pidió - Él no le hará daño. Se lo prometo.

Traté de regular mi respiración pero no podía. Mis ojos se aguaban a cada paso que daba con desconfianza hacia ese tipo.

TE ENCONTRÉ (En Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora