La habitación 61

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Chen subió las mangas de la camisa blanca impoluta que vestía dejándola a tres cuartos de sus brazos, abrió un poco los primeros botones para mostrar algo de piel y tomó el blaiser gris oscuro a juego con su pantalón a medida, echó una última mirada a su aspecto en el espejo de cuerpo entero que celosamente guardaba en la parte interna de una de las puertas del armario, y satisfecho con su imagen descuidada a lo formal caminó hacia la puerta y cerró su consulta al salir, no sin antes recordar a su recepcionista cancelar todas las citas del día, o lo que quedaba de él, había decidido aprovechar el viernes para salir un poco con su novio y tratar de romper la cruda rutina que a veces, pujaba por tragárselos.

Se conocían desde sus días de estudiante porque habían asistido a la misma facultad, sin embargo la diferencia de edad y por supuesto de curso impedían cualquier tipo de roce, aunque Jongdae siempre lo observó en silencio y discimuladamente, Xiumin era a simple vista un chico tierno de mejillas regordetas, pero Chen sabía que detrás de su fachada de niño dulce había puro fuego, el en aquel entonces estudiante de medicina, era uno de los más populares de su extenso grupo de amigos, último año de la carrera, apuestos y seguros de sí mismos, miraban a todos por sobre el hombro como si el resto del mundo tuviera que vivir agradecido por haberse topado con sus ojos, pero Xiumin no, Xiumin era discreto y callado, su sonrisa siempre fue amplia y se valía de pucheros y ojitos brillantes para conseguir lo que quería, Chen aún recordaba su aspecto en ese entonces y moría de ternura, quizá por eso era uno de los más queridos, pues el hecho de ser aparentemente asequible, lo hacía tan o más inalcanzable que el resto.

El aspirante a neurólogo jamás miró a nadie más de una vez, su principal objetivo siempre fueron sus estudios, algo que sólo olvidaba una vez a la semana cuando a media jornada un Audi impresionante lo recogía en las afueras de la facultad, fue así como Chen conoció a Luhan, bueno decir que lo conoció era un eufemismo, lo "vió" sería la palabra correcta, ese día Jongdae decidió que aprovecharía la soledad de la que Minseok no gozaba nunca y lo abordaría, no esperaba nada, sólo poder presentarse y hacerse notar, quizá poder entablar una lenta amistad que desembocara en algo más, así que se plantó veinte minutos antes en el lugar por donde sabía pasaría el lujoso auto, el tiempo de espera le serviría para ahuyentar los nervios y de paso pensar en que le diría.

—Hola... ¿Todo bien? Si... Vamos a la misma facultad.

Dijo todo casual en voz media con actitud de galán de telenovela, colocando su mochila de un hombro al otro mientras sonreía dramatizando el momento.

—De hecho me gustaría conocerte más... Ya sabes... Te invito a un café y tú... Discimulas no saber con qué objetivo lo hago.

Sonrió de medio lado y guiñó un ojo a la nada volteando su rostro porque no debía parecer tan desesperado, pero al hacerlo se encontró con la extraña mirada de su co-protagonista quién, de hecho se suponía en ese momento del mini monólogo debía estar al borde del enamoramiento haciéndole ojitos tímidos, no observándole como a un loco. Esa tarde Jongdae no sólo quedó como un idiota integral, sino que además perdió su oportunidad de hablarle a su crush cuando el conocido y flamante auto frenó y al abrirse la puerta el rostro claro y hermoso de un chico fue quien les saludó.

Bueno, saludar lo que se dice saludar, no fue, simplemente adelantó un poco su torso evaluando a uno y a otro y al cabo de unos segundos le sonrió a su amigo antes de hablarle.

—¿Viene contigo Umin?

"¿Umin?"

—No... Estudiamos en la misma facultad pero creo que sólo coincidimos acá.

Jongdae casi muere, ¿Xiumin lo conocía? Dijo que iban a la misma facultad eso definitivamente significaba que se había fijado en él en algún momento, quizá fue algo fugaz y momentáneo pero que lo recordara ya era... Espera...  Él lo había dicho antes en voz alta.

ElígemeWhere stories live. Discover now