Capítulo 2

1.3K 102 19
                                    

Solemos usar con mucha frecuencia expresiones como "que mala suerte", "que mala suerte la mía", "que sal que llevo", "que salado que soy", "debí haber reenviado esa cadena qué me mando mi tía", etc.
No las queremos decir literalmente, es decir, nadie tiene tanta mala suerte.... ¡Patrañas!, a que debo haber nacido un viernes 13.

Así es. Me tocó sentarme junto al francesito. Nunca creí que oiria a una persona hablar durante tanto tiempo sobre si mismo. No llevaba una buena semana, como para que me toque encima sentarme junto a la reencarnación de Narciso.

A veces me pregunto que diablos abre hecho en mi otra vida. A menos que haya sido Hitler, no creo merecer un castigo como esté.

Pero bueno. Punto y aparte. Se acabó.

Ja. Ya quisieras...

******

- Si, llegue bien. - digo hablando por teléfono.

- ¿Qué tal tu vuelo? - me pregunta Damiano, mi hermano, al otro lado de la línea.

- Estoy tratando de borrar esas horas de mi vida, así que, si no te molesta siguiente pregunta.

- ¿Qué sucedió? - pregunta extrañado. - ¿Ciro ronco mucho?

- No volví con Ciro.

- ¿Qué, por qué? - me pregunta confundido. Quedo callado. - Nic.

Suspiro. Acá los rumores llegan rápido, no tiene ningún caso que se lo oculte.

- Terminamos.

- ¿¡Qué!? - exclama. - ¿¡Qué sucedió!? ¿No habrás vuelto con Gabe, no?

- Gabe se casó, con otro que no soy yo.

- ¿¡Qué!?

Suspiro. - Escucha. Aún tengo cosas que hacer y no puedo llegar tarde al restaurante, ya estuve ausente por demasiadas tiempo.

- Esta bien. - dice. - Pero exijo respuestas Niccolo, y no dejaré de llamarte hasta que me las des.

- Te las daré, solo dame unos días para asimilar todo. Aún no caigo.

- Es... - comienza a decir, pero ya se lo que viene.

- Si, si, estoy bien. - digo. - Tengo que colgar, tengo un gato hambriento que se está por convertir en pantera negra.

- Tú gato es diabólico. - dice. - No hay una parte de mi cuerpo que le haya quedado sin arañar.

- Oye, no culpes a mi gato de las cosas que te hace tu novia.

- Ja ja ja, muy chistoso. - dice. - Cuídate pequeñín.

- Tú también, nos vemos. - digo y corto.

*****

Estoy en cuclillas, acariciando a Chimuelo, mientras esté come de su tazón.

- Otra vez volvemos a ser tú y yo amiguito. - digo. Él ronronea. - Ya se que no te agradaba Ciro, pero no es objetivo de tú parte, considerando que tenia que ponerte tus vacunas. Que, por cierto, tiene que seguir haciéndolo, ya que es el único veterinario cerca. A menos que quieras viajar. - se queja mirándome. - Eso me imaginé.

¿Qué demonios? Ya perdiste la cabeza Nic. Teniendo una conversación con tú gato... Y ahora teniendo una conversación contigo mismo.

Suspiro. Me paro.

Sera mejor que me vaya a trabajar, al menos así tengo mi mente ocupada.

Salgo de mi casa, cierro la puerta con llave, me subo a mi bicicleta y comienzo a pedalear.

La Receta del AmorNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ