Capítulo 26

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Me acerco a la mesa con los platos y los apoyo. Ellos aplauden.

- Te diría que te venimos a ver a ti, pero en realidad venimos por tu pasta. - dice. Río.

- ¡Robert! - lo regaña Cece.

- Él sabe que lo adoro. - dice Robert.

Me siento en la silla que está enfrente.

- Pues a mi me alegra mucho verlos. - digo mientras sirvo vino en las tres copas.

- Me ha gustado mucho las remodelaciones que hiciste. - dice Cece.

- Sigo las ordenes de mi decorador de interiores. - digo. - No quiero ver la cuenta cuando me llegue de París.

Ambos ríen. - ¿Cuando se van a ver? - pregunta su madre.

- Eh... Seguro que para su cumpleaños. - digo. - Para él es el evento del año, no creo que me perdone si no voy. Así que tendré que escaparme de aquí y dejar a cargo al subgerente.

- Gianni hace un buen trabajo cada vez que te vas. - dice Cece.

- Él es el responsable. - dice Robert.

- ¡Claro que no! - digo.

- ¡Claro que si! - dice Gianni desde la cocina.

Los dos ríen.

- A mi me interesa saber otra cosa. - dice Robert.

- Lo siento, no doy recetas. - digo.

Robert queda serio. Ese semblante que es tan característico de él y que da tanto escalofrío.

- Quiero saber cuando vas a estar con mi hijo. - dice.

- Robert... - dice Cece por lo bajo.

- ¿Qué? - dice esté. - Todos lo sabemos... incluso hasta ellos, me atrevería a decir.

Quedó callado unos segundos.

- Pierre es lo mejor que me ha pasado... - digo. - Y es lo mejor que tengo en mi vida... Las relaciones amorosas son muy complicadas, las amistades son más fácil de llevar. Y no estoy dispuesto a sacrificar su amistad por algo que no se si funcionara.

- ¿Por qué no habría de funcionar? - pregunta Robert.

- Solo se que a él no le gustan las relaciones y a mi me van mal en ellas.

- Porque no han estado con la persona correcta. - dice. - Cuando estás con la persona que es para ti, todo simplemente se da y funciona.

- Robert, deja de presionarlo. - dice Cece.

- No lo presiono, simplemente quiero que él que es el inteligente, abra los ojos. - dice Robert. - Porque nosotros evidentemente criamos a un idiota.

Río. - Estoy seguro que Pierre va discernir con eso.

- Es bastante frustrante, sabes.... - dice Robert. - Es como estar mirando esa telenovela, en la que los protagonistas son unos idiotas y unos vuelteros, y uno tiene que estar pegado a la pantalla en cada temporada, esperando a que dejen la idiotez de lado y queden juntos al fin. - no puedo evitar reír. - No se si me queda mucho tiempo a esperar que termine.

Pongo mi mano sobre la de él. - Pero qué dices, si tú nos va a enterrar a todos. - digo. Rober me dedicó una sonrisa dulce.

- No pongas al limite mi paciencia, niño. - dice.

La Receta del AmorWo Geschichten leben. Entdecke jetzt