Capítulo 31

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Pierre

Volvemos al hotel.

- Empaca, nos vamos. - le digo.

- Sigo sin entender porque querias venir. - dice Amy.

- Solo quería recuperar algo perdi. - digo.

- ¿Para dónde iremos ahora? - pregunta.

- A mi pueblo, a lo de mi madre. - digo.

- Solo te aviso que no me quedaré mucho tiempo ahí, sabes muy bien que no me gustan los pueblos. - dice.

- Que ya me lo has dicho. - digo. - Luego iremos a la ciudad. Cálmate. - me siento en el borde de la cama.

- Tu novio no fue muy amable. - dice.

- No... no es mi novio. - digo.

- Bueno, ex. - dice.

Paso mis manos por mi cara. - ¿Por qué no vas a dar una vuelta? Cinque es considerado patrimonio de la humanidad.

- ¿Me vas cara de que me interesa? - dice.

- O comprate algo, hay tiendas muy bonitas.

- ¿Aquí hay Gucci? - pregunta extrañada.

- Si, tú solo ve a buscarlo. - digo.

Y piérdete en el camino si puedes.

- Bien. - dice. - Pero cuando vuelvo nos vamos. - sale de la habitación, dejándome solo.

Sin duda así no es como pense y quería que llegara a convertirse mi vida.

Lo tenía todo. Cuando oí cantar a Nic me di cuenta del efecto que tiene en mí, sentí que podría superar todo si lo tenía a él a mi lado. Pero como siempre, esa pequeña parte de mi cabeza, la que tiende a que arruine todo, comenzó a actuar. Nic tiene razón, fui un cobarde. Me asuste y huí. Y no quise llamar, porque sabía que solo hubiera bastado oír su voz para volver. Él es mi punto débil y eso es tan aterrador, como a la vez emocionante. El lado débil me dominó.

Conocí a Amy hace cuatro meses en Amsterdam, en una fiesta para ser más preciso. Esa noche tuvimos sexo y al mes me contacto diciendo que estaba embarazada. Al principio dude, es decir, pudo haber sido de cualquiera, por lo que hicimos una prueba y si... Voy a ser padre.

Era cuestión de tiempo para que algo como eso me pasara. Amy quiso tenerlo, me dijo que no tenía que hacerme cargo, pero ¿que clase de hombre sería si hiciera eso? ¿Como podría? No después del padre que he tenido. Por lo que decidí dejar de ser un egoísta y pensar en lo que es mejor para los otros. Y no en lo que yo quiero. Esté crió merece una familia, merece tener un padre... Un padre como lo fue el mio. Aunque él era único.

Nic merece algo mejor, algo que no soy yo. Aunque ahora lo perdí, todo lo que teníamos se ha ido. Teniamos conexion, buen sexo, sinceridad y amor... y la cague.

Apoyo mis codos en mi piernas y me agarro la cabeza.

¿Que mierda hice? - no puedo evitar pensar. Mis ojos se llenan de lágrimas.

Siento como me duele todo el cuerpo. Siento como si me faltara mi otra mitad.

¿Ahora que diablos haré sin él? Vi su mirada, el dolor en sus ojos y en su voz. Nunca lo había visto así. Estaba molesto, dolido, decepcionado... y no culpo. Es lo que siempre termino logrando con las personas que me rodean.

En estos siete meses el único pensamiento constante que me acompañaba era él. Como siempre, el seguia en mi corazón y siempre estaba en mi mente.

Es mi alma gemela, con quien estoy destinado a no estar.

En cambio, ¿que es lo que tengo?... Un bebé en camino que en realidad no quiero, estoy atado a una mujer de la que solo conozco su nombre y como se ve desnuda, a quien no tolero y se que ella tampoco conmigo. Todo eso porque dejé que mis demonios ganaran. Es lo que me gano por ser una mierda.

No se que esperaba que sucediera hoy cuando me presente así en el restaurante. Una parte de mi, una bastante ingenua, creía que Nic me perdonaria. Que me perdonaria y me haría más soportable este infierno que estoy viviendo. Pero, rompi su confianza y su corazón. Ese día de mi cumpleaños, de alguna forma él cantando esa canción fue como si hubiera abierto su corazón ante mi, fue como si dijera todo lo que sentia por mi haciendo eso. Y yo como respuesta me largo. Y para rematarla, le dejo esa servilleta diciendo lo que debería haberle dicho en persona.

Ojala pudiera cambiar las cosas de ese día...

Me acerco a él con mis ojos aún llorosos y con una sonrisa de idiota, que no puedo quitar.

- Bien jugada. - digo.

- Es ABBA. - dice encogiéndose de hombros.

- Gracias. - digo. Se que no tiene que haber sido fácil para él ponerse esa ropa y cantar frente a todos.

- No tienes que agradecer. - dice. - Y si quieres agradecerle a alguien, díselo a Gianni, que lo convencí de usar esos pantalones ajustados.

Rio. ¿Por qué tiene que ser tan él? Tan bueno, tan dulce, tan altruista. Estos días he sido un imbécil con él.

- ¿Me perdonas? - digo, quedando serio.

Me abraza. - No tienes nada porque disculparte. - dice. - Tu siempre adoras tú cumpleaños, por lo que quisimos darte un día especial de todos modos. - sigo su abrazo. Se siente como si uniera todas mis partes rotas con el. Me mira. - ¿Que dices si vamos todos a comer el pastel a la playa? Tim te regalo el champagne.

- Eso suena bien. - digo.

- Genial. - dice. - Les diré que bajemos las cosas y me iré a quitar ésto.

- Claro que no. - digo. - Quiero que te lo quedes.

Le queda realmente encantador, por no decir que super sexy.

Suspira. - Bueno, pero solo porque es tú cumpleaños. - dice.

No puedo evitar sonreir. Él hace todo por verme bien.

- Me pondría uno si hubiera. - digo.

Rie. - Sabía que dirías eso, así que alquilamos otro más.

- Tú siempre pensando en todo.

- Ya me conoces. - dice.

- Si, lo hago. - digo. Pongo mis manos en su rostro y uno nuestros labios en un beso, que él me sigue. Cuando nos separamos, nos quedamos mirando. - Te amo Nic.

Él me dedica una sonrisa dulce. - Y yo a ti.

- ¿Me acompañas arriba a ponerme el traje? - digo.

- Claro, pero solo a que te lo pongas. - dice.

- Aburrido.

- Tu no te imaginas lo difícil que es ponerte esto tan ajustado.

- Tu trasero resalta. - digo, mientras los dos entramos y vamos hacia mi habitación.

Pero no sucedió así. Y ahora mi mundo se desmorona, porque nada te sostiene más que los brazos de quien más amas.

Yo siempre voy a estar con él, aun sin estar. En estos siete meses me he acostado con muchas otras personas, pero al despertar yo seguía siendo suyo. Jamás podré irme del todo de él.

Siempre será mi amor. Sin importar con quién esté yo o quien esté él. Siempre lo amaré.

La Receta del AmorOnde histórias criam vida. Descubra agora