👑Capítulo VI👑

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Desde que Malek se disculpó por su actitud, había comenzado a pasar demasiado tiempo junto a mí para tratar de ganarse mi confianza. Sin embargo, sus constantes intentos no habían resultado como él lo deseaba, pues su amabilidad seguía siendo una constante alerta para mí.

En ocasiones, cuando se percataba de que no estaba logrando que dejara de verlo como una amenaza, se iba estando visiblemente molesto y no regresaba hasta horas más tarde, cuando se había calmado y tenía un nuevo intento.

Para ser un rey temido por todos, no se comportaba como uno.

Malek era muy extremista, cuando no estaba actuando de forma grosera o cruel, era demasiado amable e intentaba agradar a toda costa.

— ¿Le apetece ir al pueblo? — Preguntó e inmediatamente las alertas en mi cabeza se encendieron.

Salir del castillo era algo que había estado deseando, pero ir con él... No sabía si esa invitación iba de la mano con una sentencia de muerte. Tal vez le ordenaría a los pueblerinos que me quitaran la vida en medio del pueblo.

— No es lo que cree. — Aclaró. — He pensado que no conoce el pueblo y que salir del castillo le haría bien. Britmongh es un lugar hermoso, le agradará.

— ¿Britmongh? — Pregunté por lo bajo. — ¿Qué es eso?

— Eso, es el reino en donde ha estado desde su llegada. — Sonrió ladeadamente. — Mis tierras.

Que nombre tan extraño, jamás había leído algo sobre un tal Britmongh, lo recordaría.

— De acuerdo... — Acepté aunque no estaba muy convencida.

No había aceptado porque confiara en él o sus planes, lo había hecho porque desde mi llegada a sus tierras no había salido más allá de los límites del castillo. Me pareció una buena idea salir, tomar aire y de paso, podía visualizar posibles salidas en caso de que sucediera algo.

Antes de partir fui a cambiarme de ropa y de paso a buscar algo que pudiera ayudarme a cubrir mi cabello. Cuando volví a reunirme con Malek a él no pareció agradarle que llevara una especie de velo, pero no dijo nada.

Comenzamos el pequeño viaje hacia el centro del lugar de forma silenciosa y pude ver lo hermosas que eran aquellas tierras. El brillante azul del cielo, el verdor de las hojas y los colores vibrantes de las flores, hacían ver a ese reino como un escenario creado para el rodaje de una película.

A medida que íbamos avanzando por el mercado los pueblerinos se giraban al notar nuestra presencia, situación que me resultaba incómoda. No me gustaba ser el centro de atención y ellos no dejaban de vernos ni siquiera cuando pagaban sus compras.

— Deje de actuar como si fuera a matarla. — Susurró cerca de mi oreja.

Rápidamente di un paso hacia atrás para mantener una distancia prudente entre nosotros dos. Aquel repentino acercamiento por su parte había llamado la atención de más pueblerinos y los susurros y murmullos no se habían hecho esperar.

Su actitud había hecho que mi nerviosismo creciera porque ya no se trataban de simples miradas o leves murmuros, comenzaba a escuchar con claridad cualquier tipo de chisme sin fundamento en donde los protagonistas éramos nosotros dos, su rey y la espía.

— Por favor, ¿podría mantener una distancia prudente? — Su ceño se frunció. — Me gustaría seguir siendo una persona más en este mercado.

— ¿A qué se refiere? — Fue mi turno de fruncir el ceño.

¿Acaso no se percataba de las miradas que estaban sobre él?

— Me refiero a que no quiero llamar la atención, me gustaría caminar sin tener varios pares ojos fijos en mi nuca. — Él sonrió ladeadamente y negó con la cabeza.

Destino Medieval© EE #1 [En Edición]Where stories live. Discover now