Tan pesimista como siempre.

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Pov Harvey:

Lunes 28 de octubre:

Después de llevar más de diez minutos esperando al bus, apoyado contra la parada, este apareció antes de que mi paciencia se agotara, me subí y me senté colocándome los cascos y subiendo el volumen de If you want love para perderme en las letras de NF.

Los chicos habían insistido en llevarme alegando que no les importaba que estuviera casi en la otra punta de donde vivíamos, cosa que ni ellos se creían pero eran demasiado buenos, porque con el autobús tardaba demasiado, pero yo había insistido en cogerlo, no solo porque no les iba a hacer perder tanto tiempo sino también porque necesitaba estar solo y pensar en que iba a decir.

Después del cumpleaños de Jev había estado pensando mucho en lo que le dije a Verónica y en la duda que ella mostró ante la pregunta de que si quería a Daniel, si le quisiera de verdad ni habría dudado.

Por lo menos si me preguntaran y quisiera a esa persona saldría un sí de mi boca inmediatamente.

<< ¿Qué haría si me preguntaran ahora? ¿Diría la verdad o fingiría?>>

Había estado pensando en ese momento todo el finde, las dudas no me dejaban tomar una decisión, ya que si yo no estaba seguro de que hacer como pensaba que ella lo estuviera cuando consiguiera que habláramos. Todos los errores que habíamos cometido y toda la carga que tenía me provocaba inseguridades y miedo de que nos volviéramos a alejar, por ello me resultaba más fácil echarme para atrás.

Y por todo esto había decidido ir por fin a ver a mi abuela e ir a hablar con ella, con ella siempre me había sentido con suficiente seguridad para desahogarme.

Con la situación familiar, que teníamos hacía casi dos meses que no la visitaba, necesitaba alejarme de todo lo que representaba esa casa para mí y por ello la había evitado.

La había echado de menos pero tenía miedo de lo que me pudiera encontrar así que en vez de enfrentarlo decidí apartarme, como siempre.

No es que ahora fuera a hacerlo, simplemente me había asegurado de que no estuviera para poder ir tranquilo.

Aún no era tan valiente.

Ni sabía si estaba preparado para serlo.

El bus se estacionó en mi parada y yo cogí mi mochila y me bajé mirando durante unos largos instantes al mar, que estaba al otro lado de la carretera, y a mi lugar favorito, al cual solo había vuelto un par de veces desde que se lo enseñe a Verónica; antes de empezar a andar y girar hacia la hilera de casas donde estaba la de mi abuela, en la cual había crecido.

Cuando llegue observe que no había habido ningún cambio, me extrañaría si lo hubiera pero quería asegurarme de que todo seguía igual, llame a la puerta quitándome los cascos y guardándome el móvil en la mochila, ya que hasta dentro de unas horas no iba a necesitarlo.

Cuando lo hice la puerta se abrió de golpe dejándome ver la sonrisa dulce que tanto me había ayudado de pequeño a seguir creyendo, ella fue la primera persona que me dio esperanzas, porque si no hubiera sido por ella, sus palabras de aliento y el cariño que me dedicaba, y me había dedicado, me habría dado por vencido.

Hubiera dejado de creer en que podía haber una oportunidad para mí, hubiera seguido pensando que todo fue mi culpa y me habría alejado de cualquiera que quisiera recibir cariño de mi parte.

- Cariño,- sonrió de forma dulce y sentimental nada más verme.- te he echado tanto de menos.- dijo mi abuela abriendo los brazos para que la abrazara, lo cual no dudé ni un segundo en hacer. La sacaba unas dos cabezas, lo cual hacía que la tapara y a su vez resguardara con mi cuerpo. Nunca dejaría de sentirme seguro en sus brazos.

A 15 Metros [1] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora