Cᴀᴘíᴛᴜʟᴏ 9

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Declan me sentó a su lado a pesar de que ya no poseía almuerzo. No bajé la mirada ni un solo instante incluso habiendo un ambiente enrarecido causado por Blake, que era el único que continuaba disconforme con mi presencia en esa mesa. No me ofendí porque empezaba a pensar que este era incluso más reacio a introducir nuevas personas en su círculo que yo. No es que los estuviese incluyendo en mi lista de personas que me agradaban, simplemente había decidido pasar algo de mi tiempo con ellos.

Elevé ambas cejas cuando lo pillé analizándome por segunda vez sin reparo alguno. Negó entonces sin muy buen gesto mientras sacaba unos auriculares de su mochila. Los conectó a un pequeño mp3 muy discreto y empezó a trastear en el aparto. Sabía que si te veían con un teléfono te lo quitaban por una semana por lo que ese pequeño reproductor debía estar permitido.

—¿Nos has hecho de menos estos días, preciosa?

—Ya quisieras.

—No pienso negar lo evidente.

—Yo si te he extrañado.—ladeé la cabeza en su dirección viéndolo mirar al suelo.— Es divertido estar contigo.

—Creo que eres la primera persona que me dice eso.

—¿Por qué será?

Le solté un codazo juguetón ante la ironía de sus palabras antes de dirigirle una pequeña sonrisa al rubio aceptando su comentario. Unas breves notas musicales me llamaron entonces la atención, casi me giré temerosa en su dirección.

Fue difícil contener el jadeo al escuchar su ronca voz cantando una canción en voz baja. Mierda, esa voz iba a acabar conmigo como siguiera así. Por si fuera poco la letra tampoco era desconocida para mí.

—No pensé que después de todo podrías tener buen gusto musical.

—¿Conoces a la banda?—casi parecía sorprendido.

—No son muy reconocidos, pero me gustan sus canciones.

—Dime una canción de ellos.—entrecerró los ojos en mi dirección reacio a confiar en mi palabra.

—Esa que estás escuchando se llama Falling y es de la banda Black Moon.

—Realmente los conoces.

—Son realmente buenos, llegarán lejos en uno años.

—Si te gustan deberías venir con nosotros al Saturn. Vamos a ir en unos días a verlos tocar en ese bar.

No parecía la única sorprendida con su amable ofrecimiento porque inmediatamente el resto de chicos enmudecieron antes de clavar asombrados la mirada en él.

—¿Qué pasa?

Como este tampoco era estúpido se dio cuenta de las expresiones de sus amigos poniéndose a la defensiva.

—Me parece una buena idea.

No sabía en que demonios estaba pensando charlando con él como dos viejos amigos ni mucho menos porque correspondí su sonrisa gratamente, solo sabía que esa complicidad no podía ser normal.


🔹🔹🔹


En contadas ocasiones dudaba de mi potencial intelectual. Puede que la perspicacia no estuviera entre mis virtudes después de todo, solo eso podría explicar que me estuviera encaminando un sábado hacia ese bar del que me había hablado Blake. Parecía que no me bastaba con estar con ellos en el Lakestone, sino que también tenía que juntarme con ellos fuera de este.

La oferta de buena música era lo suficientemente tentadora como para que no dudara al cruzar la puerta. Un color apagado en las paredes junto a detalles claros en puertas y ventanas me dieron una cálida bienvenida. Se podían apreciar algunos posters decorando las paredes, al fondo del establecimiento también se podían ver un billar y un viejo futbolín.

Tengo que pedirle el número a uno de esos cuatro, razoné al percatarme de que no tenía ninguna manera de hacerles saber que ya había llegado. Decidí sentarme en uno de los taburetes altos que había frente a la barra para esperarlos con una bebida.

—Hola, bonita. ¿Qué te pongo?

No tardó en aparecer un barman vestido de negro con una resplandeciente sonrisa. Dejó sobre la barra el vaso que estaba secando antes de atenderme mientras escaneaba de manera rápida mi figura.

—Una Coca-Cola.

—¿No prefieres un ron-cola? ¿Una cerveza, tal vez?

—Tengo diecisiete.—expliqué cortante esperando que eso frenara su coqueto tono de voz mientras este servía la bebida.

—Eso explica lo bella que estás.—se inclinó sobre la barra.— Mi turno acaba en media hora.

Ni siquiera parpadeé cuando un billete de cinco aterrizó bajo la fuerza de una mano chocando con brusquedad contra la barra.

—Cóbrame.

Blake parecía mantener el mismo carácter molesto de siempre y por lo visto en ese momento le había tocado soportarlo al barman que recibía todo el odio de su mirada. El castaño apoyó su otra mano sobre mi hombro sin apartar la mirada del susodicho. Saludé con un asentimiento de cabeza al resto de grupo viendo como se sentaban en una mesa redonda que no estaba muy lejos del escenario.

—Quédate el cambio.

Cuando noté a través de su mano como empezaba a ponerse tenso ante la burla que contenía la mirada del barman decidí agarrar mi bebida y levantarme del taburete. No quería tener alguna movida y que nos echaran sin poder ver a la banda tocar solo porque el camarero no era capaz de pensar con otra cosa que no fuera su calentura.

—Hola, chicos.

—Sentimos la espera, Declan estaba eligiendo su camisa.

—¡Owen, tío! ¡No le digas eso!

—¿Por qué? Si es la verdad.

—No os preocupéis, acabo de llegar.—me llevé la botella a los labios antes de dirigirme a Declan.— Eres demasiado vanidoso.

Este sonrió cuadrando los hombros como si hubiese recibido el mejor de los cumplidos antes de darle un par de codazos a Tyler de manera burlona.

—¿Ves, tío? Al final ha caído por mí. Piensa que soy atractivo.

—Ahora lo entiendo.—intervine cuando vi Owen fruncía el ceño dispuesto a corregirlo— Has conseguido llegar a este curso mediante sobornos, ¿verdad?

—¿Ah?

—Vanidoso, dícese de la persona que tiene en un alto concepto sus propios méritos y un afán excesivo de ser admirado y considerado por ellos.

—Significa que eres un creído.—le tradujo el rubio cuando vio su cara de desconcierto.

—¿Yo? ¡Oye, pero bueno! ¿Por qué piensas eso?

Las risas inundaron el lugar casi haciéndome admitir mentalmente que aquello era mejor que estar en casa leyendo. A pesar de eso Blake no parecía muy concentrado en nuestra conversación, se dedicaba a dirigirle miradas de hastío a todo aquel que se cruzaba en su mirada. Algo tiró de mí provocándome una fuerte necesidad de sacarlo de ese estado de indiferencia habitual.

—No te mataría sonreír de vez en cuando, ¿sabes?

—Habló la reina de la alegría.— replicó sin dirigirme la mirada.

—Creo que nunca te hemos escuchado reír.—intervino Declan apoyando su rostro en la mano— Me refiero a risas no irónicas o maliciosas.
—Eso es verdad.

—Hemos tenido suerte.

No supe si tomarme las palabras del moreno como un simple comentario o como un insulto, a pesar de eso admito que me puse a la defensiva cuadrando los hombros y endureciendo la mirada. Este se mantenía impasible mirando hacia la barra con mala cara, lo que consiguió enfurecerme al meterse conmigo de manera tan natural y desinteresada.

—Mira, estúpido, si tienes alguna clase de problema...

—Tienes una sonrisa muy bonita.—me cortó dignándose a mirarme.— Declan prácticamente babea cada vez que la ve. Si te ríes posiblemente le causarás un infarto.

Controlé el impulso de apartarle la mirada que me invadió junto a la intensa vergüenza que me habían causado sus palabras. Esas motas oscuras de sus ojos parecían bailar dentro de aquellas gemas azules causándome una rara sensación parecida a la gratitud. Blake no siempre era tan idiota como lo parecía.

—¿De verdad he estado babeando?— le cuestionó entre susurros a Owen de manera preocupada.

—No. Probablemente ella te hubiese golpeado si lo hubieses hecho.

Ni siquiera le presté atención a sus palabras porque la banda acababa de entrar al escenario acompañada de aplausos y silbidos por parte del público. Suponía que la mayoría de personas que estaban en el establecimiento habían acudido por la buena música tal y como nosotros. Solo esperaba que no ocurriera ningún imprevisto durante nuestra estancia allí.

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¡Buenos días/tardes/noches/lo-que-sea! Espero que os esté gustando la novela. Podéis dejarme vuestros comentarios por aquí diciendo que os a parecido.

Pregunta: ¿Qué estilo de música os gusta?

Y eso es todo por ahora.

Se despide, mglm17.

Rumores Azules (Disponible en Amazon)Where stories live. Discover now