Cᴀᴘíᴛᴜʟᴏ 10

4.5K 265 13
                                    

La intensidad de las luces menguó cuando los primeros acordes empezaron a sonar dando así inicio a una tarde de una música increíble y alguna que otra broma entre canción y canción. Sorprendentemente me encontraba cómoda en esa estancia, casi sentí que las horas corrieran tan deprisa pues para mí eran insuficientes.

Tras la última canción todos nos pusimos de pie estallando en una avalancha de aplausos dando así por finalizado la especie de concierto privado que habían hecho para nosotros. Nos acercamos todos entonces a la barra para pagar nuestras consumiciones y para el alivio de mi paciencia el camarero molesto había desaparecido horas atrás al finalizar su turno.

—Voy al baño, ahora vuelvo. Al no ser que quieras acompañarme, preciosa.—sugirió poniendo una mueca seductora.

—Te esperamos fuera mejor.

Caminando hacía la puerta notando como la luz del sol había disminuido dejando una acera iluminada únicamente por la luz de las pocas farolas que había. Ni siquiera era la hora de cenar todavía, pero en otoño los días empezaban a acortarse de manera considerable.

—¿Dónde te espera tu chófer?

—No tengo chófer.—expliqué recordando que el castaño no estaba cuando lo comenté la primera vez.

—¿Dónde aparcaste el coche entonces?

—No tengo carnet de conducir, he venido andando.

Su expresión no varió ni un milímetro pero yo supe ver en sus ojos que mis palabras le habían sorprendido. Entendía que no era muy común que alguien no dispusiera de un coche propio, más teniendo en cuenta el instituto en el que estudiábamos.

—Vendrán tus hermanos a buscarte al menos.

—No tengo hermanos, soy hija única.

Hizo un sonido aceptando mis palabras con un asentimiento de cabeza. Se notaba el descenso de temperatura debido a la ausencia de luz, pero el escalofrío que me recorrió se sintió más como parte de la forma en la que me estaba mirando que por el frío en sí.

Tuve que detenerme para no dejarlo atrás cuando se paró abruptamente empezando a palpar los bolsillos de sus vaqueros insistentemente. Esperé a que explicara a que se debía la mueca de disconformidad que acababa de poner intentando no parecer muy curiosa.

—Me he olvidado la cartera dentro, ahora vuelvo.

—Está bien.

Caminé unos metros para reunirme con Tyler y Owen que parecían enfrascados en una conversación surrealista en el que el rubio insistía por alguna razón en que la gallina nació antes que el huevo mientras el otro le explicaba de manera cansina que esa pregunta estaba fuera de lugar porque se trataba de un proceso evolutivo.

—¿Y Blake?—curioseó Tyler al no verlo a mi lado.

—Se dejó la cartera dentro.

Este hizo un gesto conforme con mi respuesta antes de girarse de nuevo hacia su amigo dispuesto a rebatir su teoría con argumentos que dejaban bastante que desear. Resistí el impulso de llevarme las manos a los brazos para darles calor moviendo con el pie una piedra que se encontraba sobre la acera. A penas tendría que caminar quince o veinte minutos hasta llegar a mi casa pero sabía que el viaje no iba a ser precisamente agradable si los grados continuaban descendiendo.

Para mi fortuna Blake y Declan no tardaron mucho más en aparecer por la puerta pues en tan solo unos minutos ya nos habíamos reunido todos. Muy bien Hailey, despídete de ellos y camina rápido a casa antes de morirte de frío. En momentos como esos mi independencia cambiaba a una decisión de la que estaba orgullosa a algo que debería regular para ciertas ocasiones.

—¿La encontraste?

—¿Cómo?

—La cartera.

—Ah, sí. Estaba en la mesa.

Decidí pasar por alto la manera en la que Declan elevó las cejas disconforme con sus palabras a pesar de que sus bolsillos seguían igual de llenos que cuando volvió a entrar en el bar.

—Preciosa, te llevo a casa.

—No hace falta gracias.

—Insisto. Llegarás más rápido si te llevo en coche. Además, me pilla de camino.

—¿De verdad? Que curioso porque no recuerdo haberte dicho donde vivo.—respondí burlonamente situando una mano en mi cadera.

—Está bien.—elevó los brazos a modo de rendición— Me has pillado. Pero nos quedaríamos más tranquilos si me dejaras llevarte a casa.

Sopesé las posibilidades durante unos segundos. Por una parte si iba andando me moriría de frío pero no tendría que aguantar un viaje con Declan lleno de comentarios burlones y este sabría donde vivía, cosa que no me daba mucha tranquilidad tratándose de él. Por la otra el viaje en coche apenas duraría cinco minutos y esperaba que no fuera tiempo suficiente como para provocarme ganas de arrojarme de él en marcha.

—Está bien.

—Perfecto. Nos vemos mañana, tíos.—se despidió elevando el mentón en su dirección.

—Adiós, chicos.

—Si se pone muy pesado espera a que pare el coche para golpearlo.—aconsejó el rubio sacudiendo la mano en despedida.

—Conduce con cuidado.

Su voz estaba cubierta con algo parecido a la advertencia y tras una mirada en su dirección que no pude entender Blake empezó a caminar en dirección contraria sin despedirse siquiera. Nosotros dos decidimos imitar su acción y nos encaminamos también hacia su coche el cual no debía de estar muy lejos por lo que había comentado minutos antes Declan.

—Bienvenida a tu carruaje, preciosa.

Podría haberme sorprendido por el lujoso deportivo negro que tenía si su familia no fuera jodidamente rica. No recordaba el modelo exacto pero sí recordaba haberlo visto en alguna parte como anuncio del vehículo más novedoso. Las puertas se abrieron solas tras pulsar un botón y entré en el coche observando detenidamente la tapicería y los detalles más mínimos intentando comprender por qué costaba más que una casa con jardín.

—¿Qué te parece mi bebé?

—Te pega mucho.

—Sí, la verdad es que es un coche genial.

—Yo no he dicho eso.

Me abroché el cinturón bastante segura de que no iba a respetar los límites de velocidad mientras lo veía de reojo mirarme curioso sin entender mis palabras. Me negué a explicárselo por lo que le señalé en que calle podía dejarme.

Los primeros minutos nos limitamos a permanecer en mutismo, él tarareando una de las canciones que sonaban por la radio mientras acompañaba los acordes con golpecitos al volante y yo disfrutando de las rápidas vistas que me ofrecía la ventana mientras me cuestionaba porque motivo había estado sintiendo todo el tiempo que pasar tiempo con ellos era algo tan natural como parpadear.

—Me ha quedado claro que tienes un deportivo, no hace falta que corras tanto.— le amonesté viendo como íbamos dejando los edificios atrás cada vez con más velocidad.

—Es uno de los más rápidos del mercado.

—Y uno de los más caros también. ¿A quién se lo robaste?

—Soy Declan Brown, puedo permitirme un coche así.

Descubrir su apellido arrojó algo más de luz sobre la perspectiva que me estaba formando de él y es que a pesar de no ser un secreto hasta ese día nunca me había molestado en preguntárselo. Por supuesto que podían permitirse ese deportivo y tres más si les daba la gana. Al fin y al cabo su familia era dueña de la cadena televisiva más importante del país. A decir verdad, mi favorita también. Sus series tenían los mejores guionistas y las tramas no solo eran novedosas sino que también intrigantes. Sus películas tampoco estaban mal, pero sin duda prefería sus rodajes en las series.

—Ya, vete con esa película a otra persona. ¿Por qué te lo compraron realmente?

—Fue un regalo de un productor.—admitió esbozando una pequeña sonrisa— En realidad es de mi padre pero tiene tantos que ni siquiera nota cuando lo uso yo.

—Eso tiene más sentido.

—Se te da bien leer a las personas, ¿sabes? Soy amigo de Blake, Tyler y Owen desde que tengo diez años y ninguno se ha dado cuenta.

—No me compares con ellos, por favor.—le dije medio en serio medio en broma— Lleváis siendo amigos más de lo que me esperaba.

—Nuestros padres se movían por el mismo entorno, como coincidíamos mucho no tardamos en juntarnos. Aunque tengo que admitir que todos hemos cambiado mucho desde entonces. Owen no era una enciclopedia andante, Tyler era bastante tímido y Blake era la persona más risueña que podrías encontrar.

—Me estás metiendo una trola.

—¡Te lo prometo!

—Podría habérmelo creído con Tyler y si me presionas un poco incluso con Owen. ¿Pero Blake sin su cara de chupar limones? Lo siento pero por muy pequeño que fuera no puedo creerme eso.

Entendía que las personas variaban su comportamiento en base a las experiencias vividas pero aunque solo llevaba unas semanas conociendo al castaño mi cerebro era incapaz de formar una imagen suya sonriendo genuinamente a cualquiera que pasara por su lado. Siempre que pensaba en él no podía evitar visualizarlo como alguien distante al que no podías hablarle si querías conservar tu salud mental. A pesar de eso en ciertas ocasiones se podía ver algo distinto, un brillo desafiante que cambiaba su expresión de desinterés que únicamente salía a la luz cuando nos enfrentábamos.

—Tener dinero no significa tener una vida fácil.

Comprendía lo que decía porque yo misma podía afirmar que era cierto, pero no entendía por qué lo mencionaba o cuál era su relación con la conversación anterior. De cualquier manera a Declan parecieron esfumarse las ganas de charlar porque se mantuvo en silencio durante los próximos minutos sin molestarse siquiera en continuar tarareando las canciones que reproducía la radio.

Cuando vislumbré unos arbustos elevándose sobre aquel familiar muro blanco le indiqué donde podía dejarme. Declan tenía bastante más dinero que mi familia y por eso ni se inmutó ante aquella pequeña mansión que hubiese hecho quedar sin aire a cualquier persona corriente. No me ofendí ni me sentí inferior por ese hecho, yo incluso llegaba a pensar de vez en cuando que sobraba alguna que otra habitación en mi casa.

—Nos vemos mañana.

—Adiós, preciosa.

Salí del deportivo teniendo cuidado a la hora de cerrar la puerta antes de encaminarme hacia mi casa mientras me planteaba proponerles algún plan parecido otro día. Por mucho que me pesara me había divertido.

~•~•~•~•~•~•~•~
¡Buenos días/tardes/noches/lo-que-sea! Espero que os esté gustando la novela y que los personajes empiecen a llegaros al corazón poco a poco.

Podéis dejarme por aquí vuestra opinión del capítulo.

Pregunta: ¿Cuál es vuestro color favorito?

Y eso es todo por ahora.

Se despide, mglm17.

Rumores Azules (Disponible en Amazon)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu