Cᴀᴘíᴛᴜʟᴏ 15

4.2K 231 23
                                    


Blake extendió una sonrisa satisfecha antes de asentir un par de veces. Intercambiamos unas cortas despedidas prometiéndonos ver al día siguiente en el instituto antes de dirigirnos hacia la salida. Abrí la puerta notando como la intensidad de la luz empezaba a disminuir a pesar de no ser muy tarde, los días se estaban acortando cuando más se acercaba el invierno.

Posó su mano sobre la parte baja de mi espalda empujándome hacia la izquierda cuando me encaminé hacia la derecha al salir del restaurante.

—Es por aquí.—explicó sin dirigirme la mirada.

La calidez que emitía su palma se mantuvo unos segundos más en contacto conmigo antes de que la retirara de forma pausada.

Apenas tuvimos que andar unos metros para encontrar su, como no, deportivo. A pesar de que debía de costar unos miles menos que el de Declan debido a que no era tan novedoso, se ganó el puesto de mi favorito sin esfuerzo alguno. Desprendía poder con ese tono negro y el brillar de las llantas.

Las luces parpadearon un par de veces indicando que el coche ya estaba desbloqueado, por lo que giré hacia la carretera para poder entrar en el asiento del copiloto. Me abroché el cinturón mientras Blake toqueteaba algunos botones para modificar la radio que salía de la radio. Reconocí la canción como una del nuevo disco del grupo que fuimos a ver unos días atrás.

—¿Dónde vives?

—Te voy indicando. Toma la primera salida cuando lleguemos al final de la salida.

Volvimos a guardar silencia después de eso disfrutando de la tranquilidad que trasmitía la melodía que sonaba por el estéreo. Era un poco irónico si teníamos en cuenta el acelerado ritmo de la canción.

Un mensaje hizo vibrar mi teléfono un par de veces ya pesar de no estar muy apegada a ese aparato le eché un vistazo para mantenerme entretenida. Una mueca se situó sobre mis labios al leer el nombre de "Mamá" justo encima de un mensaje que avisaba que tenía que irse un par de días a otro estado para firmar un contrato y que hablara con mi padre si necesitaba algo.

—¿Malas noticias?

—¿Eh?

—Has puesto una cara rara después de leer el mensaje.

—Oye, —protesté entrecerrando los ojos en su dirección— se supone que tienes que estar atento a la carretera.

—Buen intento, pero no vas a conseguir desviar el tema.

Dejé caer mi cabeza sobre el asiento resoplando. No era un secreto de estado que Blake no era mi primera opción para hablar de mis problemas, de hecho no creía que pudiese apuntar a ninguna persona en esa lista, por lo que decidí que restarle importancia era lo mejor.

—Solo era mi madre. Se va de viaje unos días por trabajo.

—¿La ves a menudo?

—Todas las semanas, aunque no tanto como me gustaría.

Vale, ahora es momento de hacer silencio.

—Y estás molesta por eso.

No contestes.

—No es que esté enfadada.—me recoloqué mejor sobre el asiento dirigiéndole la mirada— Ya debería estar acostumbrada. Antes no era así, ¿sabes?

¡¿Por qué demonios sigues hablando?!

—Siempre llega un punto donde anteponen los negocios al tiempo en familia. Aunque no vaya a hacerte sentir mejor, nos ha pasado a todos.

—¿De verdad?

—No recuerdo ningún día en familia ni siquiera cuando era pequeño. Mi vida familiar se ha limitado a reuniones importantes y galas a las que estaba obligado a ir.

—Lo siento.

—No tienes porque, siempre ha sido así asíque no puedo extrañar pasar tiempo en familia.

Escuchaba la seguridad de sus palabras y veía la expresión confiada de su rostro pero no consiguió convencerme de que decía la verdad. Sabía perfectamente que no era necesario tener algo primero para anhelarlo.

—Al menos puedes contar con los chicos.

El vehículo se detuvo cuando el semáforo se tornó rojizo y Blake aprovechó para apoyar su brazo izquierdo sobre el volante para girarse en mi dirección, la seriedad adueñándose de cada pequeña expresión de su rostro.

—Tú también. Ni siquiera nos soportas la mayoría del tiempo y nos encarta molestarte, pero estaremos aquí para ti cuando nos necesites. Yo el primero.

Volvió a agarrar el volante con ambas manos arrancando después de que una luz se chocara contra su mejilla anunciando que ya podíamos continuar. Me abrumó tanto la intensidad de sus palabras que ni siquiera pude levantar la mirada de mis manos entrelazadas sobre mi regazo en el resto del camino.

Los edificios empezaron a agrandarse a medida que avanzábamos haciéndose la zona más y más lujosa hasta que estos se volvieron pent-houses independientes. No pasó ni un minuto cuando ya estábamos detenidos frente al jardín de mi casa.

—Te daría las gracias por traerme pero prácticamente me has obligado.

—Me quedaré solo con la cuarta palabra.

Dibujé una sonrisa en mis labios para acompañar a la suya mientras agitaba la mano en forma de despedida. Luego entré en casa notando como sus ojos no se despegaban de mi nuca a pesar de estar de espaldas y no fue hasta que cerré la puerta cuando escuché como encendía su motor y se marchaba.

Me pasé una mano entre las hebras de mi cabello. No había sido buena idea aceptar a que me trajera.



                                                                           🔹🔹🔹

Odiaba los jueves. Podía aceptar que algunas personas se decantaran por el lunes o incluso por el miércoles pero eso era porque no tenían mi horario de clase. No sabía que había conseguido sobrevivir el jueves anterior con tantas materias pesadas. Si no hubiese estado ya en el instituto me hubiese planteado muy seriamente fingir que me encontraba enferma. Aunque la verdad es que no me hacía falta pretenderlo porque no tenía que justificarme ante mis padres.

Me acerco a Blake cuando lo veo de lejos intercambiando algunos libros en su taquilla sin pararme mucho a pensar en porque no estaba yendo en dirección contraria.

—Te diría buenos días si lo fueran.—le saludé apoyándome sobre la taquilla que tenía a su derecha.

Al cerrar esta pude ver una expresión hosca en su rostro que me alertó al instante.

—Mira, en eso estamos de acuerdo.

—¿Qué ha pasado?

Sus ojos escanean cada milímetro de mi cara analizando vete tú a saber deteniéndose unos segundos más de lo necesario en mis gemas verdes. No le aparté la mirada en ningún momento de su escrutinio a pesar de que me estaba empezando a incomodar la intensidad que desprendía.

—Estoy cansado, Hailey. Cansado de esto.

Mantuve mis labios sellados porque no tenía una respuesta que darle. No entendía de lo que estaba hablando y la seriedad de sus palabras me avisaban de que ignorarlo cambiando de tema o soltar alguna broma no era una buena opción.

—Ven conmigo.

Sujetó mi muñeca antes de encaminarse por el pasillo causando que tuviera que acelerar mis pasos para no caer. Me situé a su lado cuando conseguí pillarle el ritmo pero en vez de liberarme aumentó la velocidad de sus pasos hasta que prácticamente tuve que correr para estar a su altura. Le costaba menos avanzar más rápido porque un paso suyo era como tres míos.

Entendí lo que estaba pasando cuando nos detuvimos frente a una pared con un tablón de anuncios de bordes blancos. ¿Por qué tenía que pasar eso otra vez?

~•~•~•~•~•~•~•~
¡Buenos días/tardes/noches/lo-que-sea! Espero que os esté gustando la novela y os hayáis enganchado. ¿Hoy es jueves? No. ¿Queréis matarme? Sí, pero portavoz esperar a que acabe con mis exámenes. :)

Podéis dejarme por aquí vuestra opinión del capítulo.

Pregunta: ¿Cuál es vuestra película favorita?

Y eso es todo por ahora.

Se despide, mglm17.

Rumores Azules (Disponible en Amazon)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon