7: When we were young

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Por favor.

Para Kuroo Tetsuro la vida volvía a tener sentido, y demasiado a la velocidad de la luz, el comienzo de la universidad lo azotó en el rostro como hoja del otoño, y los entrenamientos en el equipo de la universidad exigían mucho más que los ya cargados que tenían en el Nekoma pre nacionales, pero lo que más lo sorprendía era como de la noche a la mañana Kenma era una persona totalmente nueva, todos los fines de semana luego del entrenamiento matutino llegaba al departamento con comida o lo esperaba en las puertas del colegio ansioso a ser recogido, y pasaba los dos días totalmente al lado del mayor, compartiendo hasta lo más ínfimo.

En el último mes no se había salteado ni un fin de semana, y este no era la excepción, como Kuroo no había tenido entrenamiento se encontraba viendo a sus ex compañeros entrenar, dirigidos por su ex pareja, quien terminó siendo más exigente que nadie.

-Muy buen entrenamiento chicos, Lev, quiero que para el lunes tus remates sean impecables, no me importa si te toma todo el fin de semana entrenar. -dijo Kenma, quien ya se encontraba sentándose en el suelo entre las piernas del mayor. -Hola Kuroo.

-Te ves muy bonito en mi puesto.

-Callate idiota. -gruño. -Ve por mis cosas a mi cuarto y nos vemos en la entrada. -dijo mientras le arrojaba la llave del mismo.

Kuroo sonrió cuando lo vio desaparecer junto al equipo, el Kenma abstraído de todo ya no existía, claramente este no hablaba miles de horas con todos ni los abrazaba o parecía un rayo de sol, seguía siendo el mismo chico apagado y borde, pero ya no tenía miedo a quienes lo rodeaban.

Luego de su primer cita y su primer pelea y confesiones, habían resuelto visitar formalmente al padre de Kuroo, quien era dueño de una discografia importante en la capital, y adrede, tenía conexiones muy fuertes, y el último mes se habían tomado el trabajo de informal al hijo del mismo de la ubicación del ostigador de Kenma, como también ir a amenazarlo las pocas veces que se lo vio rondando a las cercanías de la academia, y ya se podía cumplir dos semanas sin señales de este en la ciudad, algo que al menor, le quitaba un gran peso de los hombros.

Sin nombrar que haber hablado la situación en voz alta y haber comenzado en serio terapia, como también tener un brazo amigo que lo acompañará en cada pesadilla, sin importar la hora, Kuroo subía al auto e iba hasta los dormitorios, a acompañar al menor hasta que se calmara, para desaparecer en la mañana hacia sus propias responsabilidades.

Para ambos chicos todo iba con viento en popa, y no había forma que pensaran que tanta felicidad podría parar en algún momento.

-Bokuto y Akaashi se han ido a casa de sus padres, así que la sala de estar podrá ser nuestro fuerte. -dijo el mayor bajando las mochilas en la entrada. -Y he comprado tu comida favorita.

-Oh, gracias. -susurro el menor, caminando hacia las el baño del lugar. -Me ducharé y comemos algo, recuerda que ya estamos en la recta final de fruits basket. -rió, realmente era muy gracioso la aflicción del mayor por los animes shoujo, aunque el menor con gusto los viera solo para complacerlo.

Con las horas pasadas ya estaban ambos dos en el sillón, Kuroo sentado y sin poder despegar la vista del televisor, y Kenma dormido sobre sus piernas, con todo un ejército de envases y empaques vacíos sobre la mesa contraria.

Poco a poco Kuroo lo agitó lentamente, con la intención de despertarlo, pero de un segundo a otro el menor empezó a soltar quejidos, normales para esta situación, pero algo alarmó al mayor, de un momento al otro el rubio estaba hirviendo en fiebre y poco a poco la casa no paraba de oler a ese característico olor a Sakura que tanto amaba.

Lose it ▵  KuroKen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora