11: Want You Back.

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2015.

-Hinata no llores. - suspiró Kenma, el colorado no había parado de sollozar todo el camino en auto. - Pasaras así por aduana y pensarán que te están traficando.

- ¿Y si me equivoqué?

- Dejate de idioteces Shoyo, tomaste esta decisión ya un año atrás y estabas seguro hasta hoy, ¿Qué te ha dicho el idiota de Kageyama?

Kenma escuchó atento a su amigo y sus lamentos de como su ex pareja, y algo así como hermano de la vida, le había dicho que lo extrañaría como a nadie y muchas cursilerías más, pero su mente se perdió en sus pensamientos al escuchar como Bokuto y Miya comenzaban a consolarlo.

Más de un año había pasado desde que su vida había comenzado de cero, se había despedido de quien aún cargaba en su clavícula y se había deshecho de su mayor pesadilla, un año exacto desde que llegó a un nuevo departamento, todo para él y Akaashi llegó con comida china y su pequeño hijo felino entre brazos, se había rehusado a ir a la casa de su ex amante a buscarlo. Un año desde que una aburrida y exigente vida universitaria había comenzado, también, así como largas horas de pasárselo en la computadora de juego en juego, de vivo en vivo.

No vivía mal, no era infeliz si le preguntaban, pero tampoco era feliz. Estaba ganando un dinero a parte del que venía manchado desde Australia, casi hasta podía mantenerse por si mismo, había comenzado un proyecto de trabajo rodeado de las cosas que le interesaban, pasaba tiempo con Lev y Akaashi, también así con los jóvenes del Karasuno cuando alguno podía montar un tren y encontrarse uno que otro fin de semana no tan atareado, pero también así los ataques de pánico habían empeorado, de tres a cinco por semana, el día que sería un año de su marca tuvo un brote y termino en el hospital durante siete días, ya que el día que era otro año mas de la muerte de Haru volvió a colapsar, su madre tuvo que volar hasta Tokio ya que casi asesina a un medico cuando dijo que llamaría a su contacto de emergencia, aún figuraba el nombre de Kuroo, una que otra noche sentía dolores inexplicables, no tan fuertes como los de la noche innombrable, pero el sabía muy bien que estaba haciendo su alfa, otras noches cuando su celo llegaba era lo peor, ni el mas costoso supresor lo ayudaba, terminaba cinco días en cama sin poder moverse, Keiji siempre estaba a su lado, hasta que un día se harto de sentir el aroma del departamento en él, se había mudado con ambos alfas, y le dijo que no podía verlo tan seguido.

Su vida no estaba en su punto más alto, pero sobrevivía.

Volvió en si cuando sintió unos brazos rodearlo y lagrimas chocar con su camiseta, lo hubiese apartado, pero sabía muy bien que su amigo necesita ese contacto ahora mismo.

- ¿Me prometes que me visitaras Kenma?

- Ya sabes que tengo pasajes para ir en mi receso de verano, debo supervisar que no estés haciendo el tonto con el dineral que uso para que puedas seguir jugando.

- ¡Entonces deberás acompañarme a correr en las mañanas!

- Perderás tu vuelo. - Apuntó a la gran pantalla a las espaldas del colorado, este miró asustado y se despegó comenzando a correr. - ¡Shoyo! - los ojos marrones lo miraron extrañado aun cargado de lágrimas. - Cuídate, por favor.

Se dio la espalda, no quería ver como su amigo desaparecía por la puerta, querría llorar y Shoyo era capaz de no subirse al avión por eso. Comenzó a caminar jugando con las llaves del auto entre sus dedos cuando vio a Bokuto acercársele demasiado alegre, no podía soportarlo, lo saludo con la mano mientras agilizaba su paso, le dolió ver como la sonrisa del peligris cambio por una de confusión, pero lo evitó, aún no podía verlo sin que le duela.

Lose it ▵  KuroKen.Where stories live. Discover now