XII

1K 58 2
                                    

Look at the stars
Look how they shine for you
And everything you do
Yeah, they were all yellow


Narra Melissa

Esta noche he tenido muchos sentimientos encontrados, para empezar, mi primer acercamiento con Andrés; derrochamos pasión y deseo. Además de eso, también estuvo presente mi maldito trauma que no nos dejó seguir con lo que queríamos tener. Estaba muy asustada, llegué a pensar que él me iba a hacer lo mismo y no pude imaginarme otra cosa.

Como mis padres no iban a estar todo este fin de semana (mi madre se fue con mis abuelos y mi padre trabajando) podía estar fuera de casa todo el día y pasar la noche con mi Andrés. Esta noche no fue la excepción.

Seguía recostada en su pecho desnudo mientras él me acariciaba el cabello y tratando de consolarme.

- Andrés... tú nunca me harías daño ¿verdad?

- Ni siquiera lo pienses cariño, sabes cuánto te adoro y sería incapaz de dañarte. Ya deberías saberlo. - Dicho esto último, me sentía mucho más tranquila.
Me aferré a su torso y el me dio un beso en la cabeza mientras me tarareaba una canción como si fuera una niña pequeña.

A la mañana siguiente, me desperté y lo primero que hice fue irme a mi hogar, lo último que hice allí fue dejar una nota diciéndole a Andrés que me tenía que ir y me retiré de su departamento.

Tenía demasiadas cosas por hacer y tan poco tiempo, todo se me había juntado sucedió por estar dejando mis obligaciones de lado con tal de pasar más tiempo con Andrés.
Todo ese día estuve como encerrada en mi propia burbuja, no estaba haciendo otra cosa que no fuera estudiar, ya que tenía que entregar bastantes asuntos importantes que tenía pendientes y no tenía tiempo que perder.

Narra Andrés.

Cuando desperté y vi que Melissa no estaba a mi lado, tomé mi móvil decidido a llamarla pero me percaté de que tenía algunas llamadas perdidas del número de Sergio, esto no pinta nada bien. Dejé que pasaran unos cuantos minutos y le devolví la llamada... sonó una, dos, al tercer "timbrazo" respondió:

- Andrés, estoy en Coatepec

- ¿Ni siquiera me das los buenos días hermanito? ¿Qué haces aquí?

- Te dije que si no recapacitabas sobre el plan, yo personalmente vendría por ti.- Eso realmente me tomó por sorpresa, no pensé que lo dijera en serio.

- Vale, vale Sergio, no seas tan dramático hermanito que yo te quiero - Dije esto vacilándolo y escuché una especie de bufido a través del teléfono, que obviamente venía de él.

- Andrés, no estoy tiempo para juegos. Ah, por cierto, estoy con Martín. - Hubo un silencio bastante incómodo entre los dos y yo fui quien decidió romperlo.

- Vale, nos vemos mañana. Tengo que presentarles a alguien, no acepto respuestas negativas.

- ¿Qué vas a hacer Andrés? - Sin darle tiempo a responder, colgué su llamada y me tumbé sobre la cama.

La noticia de que Sergio y Martín estén aquí, me ha tomado completamente por sorpresa. No me imaginé que viniera hasta acá para tratar de convencerme y mucho menos acompañado de Martín.

Pasé el día pensando en lo que le tenía que decir a Melissa para llevarla con ellos, me estresé más de lo normal.

Narra Melissa (al día siguiente)

Era domingo por la mañana, cuando desperté lo primero en lo que pensé fue en él, sus ojos, su nariz y rostro eran todo lo que necesitaba para estar feliz. En los siguientes tres o tal vez cinco minutos mi teléfono sonaba, era Andrés, naturalmente le contesté para hablarle y quizá invitarle a salir. Menuda sorpresa me llevé cuando en un tono frío y seco me dijo:

Pienso en tu mirá [Berlín] [La casa de papel]Where stories live. Discover now