Capítulo 21.

2.3K 270 10
                                    

-¡Segismundo!- Gritó Horacio mientras agitaba su mano, saludando a su amigo que estaba en aquella tienda de ropa.

-¡Horacio! ¡Gustabo!- Soltó feliz mientras corría hacia ellos y los abrazaba- Tenía tiempo sin verlos ¿Que a sido de ustedes?.

Gustabo se mantenía observando como hablaban ellos animadamente, el solo pensaba como solucionar su pequeño problema, no quería que llegará más lejos.

-¿Gustabo estás bien? Estás muy callado - Dijo Segis acercándose mientras chasqueaba los dedos, esperando obtener su atención.

- Si, si, estoy bien, solo algo distraído, perdón.

Solo asintieron, Segis se la creyó, Horacio sabía que algo andaba mal.

-¿Quieren ir a la playa?.

-¿Y si nos tiramos de un paracaídas? - Propuso mejor Gustabo, tenía ganas de hacerlo desde hace un tiempo, más no quería hacerlo solo por si pasaba cualquier accidente.

Los dos contrarios gritándome un "¡Si!" Mientras corrían hacia el vehículo estacionado delante de la tienda.

Gustabo decidió mandarle un mensaje a su pareja para avisarle que el, junto Horacio y Segis harían aquella actividad.

Más que nada avisaba por si pasaba cualquier accidente y ocuparán ayuda, ya que al tirarse de paracaídas el sabía el riesgo que existía de que no abriera o pasará cualquier cosa.

-¿Sabes dónde queda eso?- Pregunto Horacio a Gustabo que subía apenas al vehículo, esperando la respuesta de su pareja.

- Si, ¿Recuerdas donde se tiró el brujo hace unos meses? Ahí mismo es.

Emprendieron el viaje entre anécdotas, canciones y frases reflexivas de parte de Horacio.

El camino hacia allá era un tanto peligroso, un mal movimiento con el coche y ni los EMS iban a llegar tan lejos, si es que sobrevivirás ante ello.

Por lo que Gustabo tuvo extremado cuidado al subir, no quiera acabar con dos vidas por algún mal movimiento del coche.

Una vez llegaron a dónde era recibió una llama de Conway, le aviso a Horacio que ahora iba con ellos, que debía atender aquella llamada.

-¿Si?.

-¡Cómo se te ocurre hacer eso, anormal! ¿Sabes los riesgos de tirarte de eso?.

- Claro que los se, me hace ilusión tirarme, simplemente.

Escucho un suspiro del otro lado de línea.

-¿Sabes que si les pasa algo a ustedes tan lejos, es probable que mueran, no?.

- Lo se perfectamente, no hace falta que me adviertas - Veía a Horacio y Segis emocionados por aquella actividad, se les veía muy felices pagando.

- Cuando acabes lo del paracaídas me mandas ubicación, para pasar por ustedes ¿Esta bien?.

Gustabo solo hizo un "aja" colgando la llamada y llendo hacia sus amigos.

-¿Ya tienen todo listo?.

- Si, solo falta que nos pongan el paracaídas y nos digan cómo hacerlo y listo.

- Si, solo falta que nos pongan el paracaídas y nos digan cómo hacerlo y listo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ya les habían explicado el uso del paracaídas y como aterrizar correctamente.

Estaban los tres nerviosos, sentían una mezcla de adrenalina junto con miedo.

Solo faltaba que le pusieran el paracaídas a Horacio y todos estarían listos para saltar.

-¡Segismundo tu primero!- Dijo Gustabo con una sonrisa en su cara.

El nombrado solo asintió ante aquello, sabía que si no era el primero nadie lo haría.

-¿Y luego quien?- Pregunto curioso.

- Luego yo y hasta el final Horacio.

Una vez todo estuvo listo se fueron a dónde era la pista para saltar y abrir el paracaidas.

Segismundo fue el primero, empezó a correr y al final salto abriendo al instante su paracaídas, cerro los ojos debido al miedo, pero al ver qué no se estrelló y estaba volando empezó a gritar de felicidad.

-¡Eso segiiiiis!- Escucho a Gustabo a la lejanía.

Gustabo volteo a ver a Horacio que se le notaba al instante que tenía miedo, así que decidió que el sería el segundo en tirarse.

- Solo haz lo mismo que Segis, nada malo pasará, te lo aseguro.

Horacio soltó un suspiro algo tembloroso e hizo lo que le dijo Gustabo.

Cuando vio que estaba volando volteo hacia atrás, viendo a Gustabo con el pulgar arriba.

Ahora le tocaba a el.

Empezó a correr totalmente decidido, salto y abrió el paracaídas.

El aire chocando contra su cara, logrando que el pelo volará junto a el era algo mágico.

Volteo su mirada hacia el suelo, viendo el bosque que se veía hermoso, se podía ver todo los árboles con su hermosos color verde.

Pudo ver algún que otro animal corriendo, eso lo hizo sonreír.

Se sentía libre, como un pájaro volando.

Sentía que solo era el.

Pero la realidad lo golpeó cuando se dio cuenta que debía empezar a descender.

A mala gana empezó a bajar poco a poco, viendo que iba a aterrizar en el norte.

El suelo poco a poco se iba haciendo visible y empezó a estirar sus piernas para tocarlo.

Una vez sus pies hicieron contacto con el suelo, empezó a correr, esperando que parara al final el paracaídas.

Una vez paro, se soltó como pudo la mochila dejándola tirada, saco su teléfono y le mando la ubicación a Conway.

Mientras lo esperaba pensó en lo bien que se sintió aquello, se desconecto de todo unos minutos y le encantó.

Dejó atrás sus problemas.

Dejó atrás todo tipo de inseguridad o pensamiento negativo.

Solo era el y el cielo, nada más.

Escucho el pitido de una bocina frente a el, volteando hacia el frente de encontrar a Conway con uno de sus vehículos color negro.

Se subió y le contó emocionado todo lo que pasó y sintió.

Jack solo estaba feliz por qué su novio la paso bien, solo importaba eso.

Pasaron por Horacio y Segismundo, qué curiosamente aterrizaron donde mismo.

-¡Deberíamos repetirlo algún otro día!- Aseguro Segismundo mientras se reía, totalmente feliz.

Ese fue un día mágico para Gustabo, un día donde dejó de ser Gustabo unos minutos.

-----------------------------

Huevito funado, (DiMon si ves esto se te quiere 😂💕).

¡Amigos! Espero les guste este capítulo, fue inspirado en mis ganas de tirarme de un paracaídas y las emociones que siento al tirarme de tirolesas.

¿Ya se unieron al discord? ¡Pues deberían hacerlo! Es algo hermoso estar ahí.

Dicho esto, me retiro a comer.

¡Que tengan buen día!.

La michi.🐱

Mal hábito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora