Capítulo 26.

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- ¿Tienen miedo que me descontrole? - Pregunto Gustabo, quién tenía sus brazos cruzados y el ceño fruncido.

Se le hacía muy estúpido que lo deban mantener al margen, él no era un peligro para nada, solo era un chico que tenía la mala suerte de compartir "cuerpo" con un lado psicópata.

- Él no es una amenaza, Michelle, está en medicamento desde hace tiempo para evitar todo tipo de situación con el.

- Y yo te creo Jack, pero no sabemos que tengan en mente los de arriba, sabes bien que están mal de la cabeza - Intentaba explicar cómo podía, no le agradaba ver a su amigo molesto y más cuando por fin pudo encontrar otra vez la estabilidad que tanto necesitaba.

- ¿Y eso que tiene que ver con la navidad? - Pregunto Horacio de la nada, recibiendo diferentes reacciones.

Gustabo empezó a reír, consiguiendo el objetivo de Horacio, no le gustaba verlo decaído.

Volkov intento aguantar la risa y se mantuvo con el semblante serio, pero se pudo notar como los bordes de sus labios se levantaban levemente.

Michelle simplemente rodó los ojos, mientras negaba con la cabeza, se notaba que ese chico era especial.

Y Conway solo atino a regañarlo.

- ¡Joder! ¿Acaso sabes cuáles son las diferencias entre el CNI y el CNP? - Pregunto Conway a Horacio.

Este simplemente se encogió de hombros mientras respondía - ¿La última letra?.

Gustabo que todavía no se recuperaba del comentario anterior empezó a reír aún más.

Volkov lo regaño levemente diciendo que esto era serio.

Y Conway y Michelle negaron con la cabeza.

- ¿Qué tenemos que ver nosotros en esto, señorita? - Pregunto Volkov mientras cruzaba su pierna y ponía una de sus manos sobre el muslo de Horacio.

- Quieren que cuiden a Gustabo, no quieren que haga un desastre por la ciudad.

- Como dije antes, eso no será un problema, está medicado y no necesita que lo vigilen.

Gustabo está perdido en sus pensamientos mientras veía a los demás pelear.

¿Acaso debía decir aquello que lo lleva mortificando por días?.

No Gustabo, sabes que no es necesario que se enteren ellos que estoy aquí.

Escucho aquella voz en su cabeza como un eco.

Si bien estaba en "medicamentos" estos no les servían mucho ya que al no recordar tomarlos no surtían el efecto que debían tener.

Y hablar con una profesional sobre sus problemas no era de sus actividades favoritas en el mundo.

Si creen que eres un peligro estando "medicado", ¿Cómo crees que será si no lo estás?, Gustabo no quiero que te pase nada malo y lo sabes, yo soy el único en el que puedes confiar no tienes a nadie.

Llevaba días diciéndole aquello, que no podía, no más bien que no debía confiar en nadie, que él era lo único que lo acompañaría en lo bueno y en lo malo, que ni Horacio, ni Conway o cualquier otro estaría ahí.

Gustabo dudaba de aquellas palabras, ellos le querían, no le creía capaz de hacerle daño solo por qué sí.

Debes saber que el amor no es todo en esta vida, Gustabo, el amor nunca perdura.

Tras decir esas palabras la voz desapareció tan rápido como apareció.

- ¿...tabo? ¿...ustabo? ¡Gustabo! - Lo último logro sacarlo del todo de sus pensamientos, volteo hacia el frente encontrándose con cuatro pares de ojos viéndolo fijamente, como pidiendo su opinión.

Mal hábito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora