9-

2.9K 324 161
                                    

Lena se miró en el espejo de su remolque, preguntándose si la mujer que miraba estaba preparada para lo que le esperaba en las próximas semanas. Esto tenía «desastre» escrito por todas partes. Un pequeño error, un estremecimiento inoportuno y acabaría sin película y con una francesa furiosa en sus manos.

Miró el reloj de pared. Se suponía que Kara estaría aquí en cualquier momento. Todavía tenía poco sentido para ella cuán sinceramente la chica se había arrojado a querer interpretar a Lucille, sin reservas, dudas o miedo.

Lena tenía los tres. No quería la especulación, la atención y las preguntas indiscretas. Odiaba todo eso. El papel traería una avalancha de escrutinio, probablemente requiriendo que ella intensificara sus apariciones con Jack. Y mentir. Lena suspiró. No había venido a Hollywood por esto. Para fabricar una vida tan real como la muñeca coleccionable de la Jefa Tierz que la cadena había lanzado en el apogeo del romance con el doctor Méndez.

Se estremeció ante el recordatorio, tomó un cepillo y giró el mango. Formaba parte de un juego de cepillos de madera pulida que le había dado su madre. Lena se preguntó si su amor por las cosas suaves no era más que un bálsamo para la irregularidad de su doble vida. Hetero por fuera, lesbiana por dentro.

Sus ojos verdes la miraron fijamente, sin ofrecer respuestas. Al menos ocultaron su confusión.

Kara, por otro lado, parecía intrépida. Aunque eso podría deberse a que esto era solo un desafío de actuación divertido para ella. Algo para marcar en su currículum. Seguiría adelante sin pensarlo más. Kara no se sentiría desnuda hasta los huesos y aterrorizada de que si alguien la miraba de cierta manera, lo sabría. Siempre era lo más difícil de ser actriz. ¿Cuánto de ti eliges revelar? ¿Cuánto expones por el precio de la fama? ¿Cuánto retienes y proteges?

Kara había tenido razón al decirle a Lena que proyectaba sus miedos. Estos eran sus propios problemas para separarlos. Entonces, Lena se lanzaría a Emma. Ahogaría esos miedos y se retorcería en el alma de una escritora solitaria.

Una mujer que codiciaba a las mujeres.

¿Cómo sería besar a Kara? ¿O que me bese?

Ella frunció el ceño ante el pensamiento. Era poco profesional. Este era un trabajo.

Hubo un golpe suave y Lena se giró hacia la puerta. –Adelante.

Primero apareció una mano que sostenía una taza de té. –Ofrenda de paz–. Kara entró y cerró la puerta tras ella. Iba vestida como Lauren Melnyk, con bata medica y el pelo recogido en una cola de caballo.

–Ah. Ahora así es como se hace una entrada–. Lena tomó la taza con gratitud y le indicó a Kara que se sentara, antes de tomar un largo sorbo. Cielo líquido. Ella gimió.

Al encontrarse con los ojos de Kara en el espejo, notó un pequeño rubor. ¿En serio? ¿Esta era la mujer que se suponía que la seduciría en la pantalla en menos de un mes? Parecía tan probable como que la Jefa Tierz descubriera su amor por los cachorros.

–Entonces–, la mirada de Kara vagó por el remolque mientras Lena bebía, –¿Alguna idea sobre esta cosa de 'investigar nuestras vidas'?

–Mmm sí–. Lena colocó la taza humeante sobre la mesa. –Mis amigos deben asistir el viernes por la noche a un evento semi regular. Lo llamamos «noche de fiesta» para darle un aire de respetabilidad, pero es solo una noche de juegos. Comemos un poco, bebemos mucho, y cada pocos meses, incluido este viernes, uno de los aspectos más destacados es ver a mis amigos actores tratar de superarse mutuamente con preguntas de trivia. Trivia de Shakespeare. También es un poco interactivo, según la cantidad de alcohol que se haya consumido y quién pueda recordar las líneas que intentan pronunciar.

I'ᴍ ɢᴏɪɴɢ ᴛᴏ ᴋɪss ʏᴏᴜ. I ᴍᴇᴀɴ ɪᴛ!/ SᴜᴘᴇʀCᴏʀᴘ / AUWhere stories live. Discover now