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En las últimas cuarenta y ocho horas, Lena había hecho poco más que pensar. Su mente había sido un caos en el corto vuelo a casa desde Palm Springs. Se había distraído leyendo el nuevo guión de Choosing Hope cargado de #Meltie. Sin mencionar mientras estaba de pie frente a su refrigerador vacío, vagando junto a su anciana ama de llaves en lugar de recitar una lista de compras.

Por alguna razón, la luz del refrigerador que la miraba no había sido un consejo de vida.

Al final pidió una noche de fiesta improvisada, bueno, una tarde. Curiosamente, nadie comentó sobre la ausencia de Rhea. Mucho más incomprensible fue que Lena finalmente logró abrirse un poco.

A trompicones, explicó que Rhea ya no vendría a sus fiestas. Que la relación se había vuelto demasiado tóxica para ella, pero que el resto de ellos no debería sentir la necesidad de tomar partido. Y todos simplemente dijeron «bien» o «genial». Como si hubieran estado esperando a que esto explotara durante algún tiempo.

Y luego ... luego, se sorprendió a sí misma completamente con solo salir del closet. Lo lanzó como una posdata educada y conversacional, en la línea de: «Gracias por venir a todos. Bonita corbata, Leo. ¿He mencionado alguna vez que soy lesbiana? Solo para su información. ¿Están todos bien para las bebidas? ¿Aperitivos?» Lena luego bebió su ginebra como una mujer que se moría de sed, tratando de no hiperventilar.

Su reacción decepcionada a esa bomba fue incluso más inesperada que la noticia de Rhea. Samantha le dio una sonrisa orgullosa y un pulgar hacia arriba. Los demás solo asintieron con la cabeza. Y eso fue esencialmente todo. La conversación siguió adelante.

Media hora más tarde, Eve, Jack y Leo se retiraron afuera para patear una pelota de fútbol en la pequeña pieza de césped a un lado de la piscina, mientras Ray, gritaba críticas inútiles. Como cualquier otro día.

–Oye–, dijo Sam en voz baja, acercándose a sentarse a su lado en el sofá. Dejó caer sus calcetines en el regazo de Lena y dejó escapar un gran suspiro. –Wow. Qué día, ¿hmm?

–Algo así.

–Entonces, tus noticias, ¿mmm? Estamos muy contentos de que finalmente nos lo hayas dicho.

–Me di cuenta por las reacciones de sorpresa de todos–. Lena puso los ojos en blanco. –Todo el mundo lo sabía, ¿no?

–Sí, Lee. Todos somos excelentes para respetar tu espacio, pero nadie es ciego.

Apretando los labios, Lena miró con tristeza su bebida. –Ah–. Tuvo un pensamiento perturbador. –¿Crees que Leo hará en serio esa torta arcoíris de celebración?

–¿Conociéndolo? Probablemente. No te preocupes, estoy segura de que será de buen gusto

Lena se rió.

–Entonces ... ¿quieres hablar?– Preguntó Sam. –¿Acerca de por qué te estás abriendo con todo el mundo ahora? No es que me esté quejando. A todos nos encantaría conocerte mejor. Es solo ... esto es un poco diferente.

–No estoy de humor para una autopsia emocional.

–Si eso fuera cierto, no nos hubieran invitado.

Maldición.

–Oye, ¿recuerdas cuando te dije que Kara era un catalizador y que te haría estallar? ¿Que lo necesitabas?

–¿Es este tu «te lo dije»?

–Tal vez. Así que habla, ¿qué ha pasado ahora? Algo debe haberlo hecho.

Lena miró a su amiga. –Rhea me besó.

–¿Qué?– Sam chilló.

Lena sonrió y dio un sorbo a su bebida.

–¿Por qué haría eso?– Samantha lo intentó de nuevo. –No quiero ofender, eres muy besable.

–Tú lo sabes.

–Pero ella no es ni lo más mínimo bi. Me dijo eso una vez. Quiero decir, a menos que sea un extraño juego de poder para mantenerte a su lado…– Sus ojos se abrieron como platos. –Oh, mierda. ¿Fue eso?

–Sospecho que estaba probando cuán profundos eran mis sentimientos. Si podría ser manipulada con un beso, y luego ella cambiaría de táctica más tarde. Es una maestra en hacer que la gente haga lo que ella quiere.

El rostro de Sam se ensombreció. –No me digas que todavía la vas a defender...

–No. Pero finalmente la entiendo ahora, lo que siempre estuvo detrás de sus juegos. Sí, Rhea es una mujer que se nutre de la atención y la adoración. Pero le aterroriza estar sola. También tiene miedo de que la descarten profesionalmente. Ahora piensa que todos sus amigos la están abandonando, así que está entrando en pánico, desesperada por aguantar, de cualquier forma que pueda. Me he sentido herida, traicionada y enojada durante días. Ahora siento lástima por ella.

–Ella misma provocó esto.

–Quizás. Todavía es triste.

–Leal hasta el final–. Sam negó con la cabeza. –¿Sabes que es una locura que te llamen perra? Tienes uno de los corazones más cálidos. Ni siquiera puedes llegar a odiar a una mujer que jugó con tus sentimientos de la peor manera.

–Ella está sufriendo. Hollywood no es amable con las mujeres de cierta edad. Pero no te preocupes. Puedo terminar con ella y todavía sentirme mal por ella porque sintió que tenía que hundirse en esto.

Una mirada traviesa cruzó el rostro de Sam.

–¿Qué?– Lena la miró con recelo.

–Entonces, pasaste por alto lo más importante. Cuando ella te besó, ¿cómo fue eso? ¿Estuvo a la altura de tus sueños?

–Apenas. Se sentía como si estuviera conquistando un territorio. Me vino a la mente la batalla de Inglaterra. Fría, húmeda y feroz.

–¡Oh no!– Samantha se echó a reír. –¿Tu gloriosa Reina Rhea resultó ser una besadora inútil?

–Lo sé. Lo sé.

–¿Y qué hay de Kara?

–¿Qué con ella?

–Ella está disponible, ¿no es así? He visto la forma en que te mira. Si a esa mujer no le gustas, entonces le entrego mi tarjeta.

–Sin comentarios.

–Ah, lo sabía. Nunca he visto a nadie conseguir que bajes tanto la guardia. A su alrededor te ríes, bromeas, te frustras. Pero eres más. Creo que eso es lo que Rhea se dio cuenta: por qué veía a Kara como una amenaza. Esa chica te saca de tu caparazón.

¿Era eso cierto? Lena frunció el ceño. –No creo que seamos un buen partido. Ella es cálida, amigable y abierta. No lo soy. ¿No crees que se merece a alguien como ella?

–Excepto que parece querer a alguien como tú. Además, no la subestimes. Kara es más dura de lo que parece, tendría que serlo para sobrevivir ilesa como una estrella infantil. No la vendas como menos.

–No lo hago. Pero de todos modos es un punto discutible–. Lena hizo a un lado toda la idea. –Tengo que trabajar con ella. ¿Imagina si me arriesgara en una relación y luego estallara? Tenemos una historia importante que se avecina en Hope. Sería desastroso trabajar de cerca con ella.

–¿No se irá tu personaje en un par de meses? Entonces espera.

Lena pensó en eso. Luego pensó un poco más. Seguramente era extravagante. O algo así. Estaba segura de que debería haber alguna razón lógica para no considerar esto.

Sam se sentó y sonrió como un gato de Cheshire. –Bueno, creo que hemos agotado todos tus argumentos de «por qué no puedo salir con Kara». Tengo muchas ganas de que traigas a tu novia la noche de la fiesta. De hecho, que sea habitual.

–Oh, cállate–. Pero Lena se sintió cálida con sus palabras.

I'ᴍ ɢᴏɪɴɢ ᴛᴏ ᴋɪss ʏᴏᴜ. I ᴍᴇᴀɴ ɪᴛ!/ SᴜᴘᴇʀCᴏʀᴘ / AUWhere stories live. Discover now