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Esta historia está terminada, sin embargo, ahora no pueden ver todos los capítulos ya que se encuentra en edición para su próxima publicación en físico, ACTUALIZO TODOS LOS DÍAS. Para mantenerte al tanto de las novedades sígueme en instagram, estoy como: edencarstairs.

Cualquiera que conociera a Min Yoongi podría decirte que no le temía a nada y que no tenía ni la menor pizca de empatía hacia su entorno, pero la realidad era una totalmente distinta. Yoongi tenía muchos miedos, tenía horribles pesadillas por la noche y no estaba conforme con lo que era, odiaba el mundo, le parecía un lugar horrible y desde que había conocido a Jimin todo había empeorado, sus inseguridades se habían incrementado al igual que sus miedos y parecía que no podía dar un paso sin tener que pensarlo muy bien antes.

La primera vez que Yoongi vio a Jimin el chico estaba totalmente indefenso, sucio y desnudo mientras rogaba por una salvación, el menor probablemente no lo recordaba, pero Yoongi nunca podría eliminar aquella imagen de su mente, aquel día que se prometió a sí mismo hacer algo bueno y salvar a aquel ángel, y ahora que lo tenía allí mismo, junto a él (sobre él para ser más exactos) tenía miedo de lo que pudiera hacer.

El pelimorado se removió sobre su cuerpo, creando fricción entre sus cuerpos y luego besando su cuello sacándolo de su shock, Yoongi sabía lo que quería, pero no sabía si dárselo era una buena idea, Jimin era frágil, mentalmente vulnerable y él no quería lastimarlo de ninguna manera.

—Yoongi... —jadeó el menor en su oído tratando de obtener su atención. Su voz sonando ronca y demasiado agitada—. Tóqueme por favor.

Y allí estaba de nuevo esa inseguridad que no le permitía moverse y solo le hacía creer que cualquier cosa podría romper al chico. Y era desesperante que él, quien deseaba protegerlo, también era la primera amenaza para el chico.

Jimin estaba demasiado caliente, no sabía si había sido la ducha o las sales aromáticas, pero sentía su interior burbujear y el simple aroma del pelinegro lo estaba volviendo loco, su piel pálida y su cabello negro tan suave como la seda lo estaban empujando a un abismo sin fondo. Yoongi luchaba por contenerse, pero no podía evitar la necesidad que sentía de recorrer su cuerpo con sus manos, con cuidado, adorándolo como merecía y queriendo derretirse entre el toque de sus dedos.

Jimin llevó las manos a los hombros del contrario intentando quitarle la chaqueta, el pelinegro le hizo el favor sacándosela él mismo y arrojándola a algún lado sobre el sofá, Jimin temblaba, pero había parado de llorar, tratando de concentrarse únicamente en el toque de Yoongi y su aroma familiar, convenciéndose mentalmente de que solo era Yoongi, que estaba bien que él lo tocara, que él mismo lo deseaba y eso estaba bien.

Se deshizo entre sus brazos cuando este besó detrás de su oreja y metió las manos bajo su suéter acariciándole la espalda haciéndolo estremecer.

Quizá nunca podría acostumbrarse a que el toque del pelinegro lo hiciera sentirse querido, quería aprender a quererlo, luchaba contra sí mismo para poder darle un poco más, pero al mismo tiempo tenía miedo de que se metiera demasiado debajo de su piel y al final no pudiese escapar.

Temía volverse demasiado dependiente.

—Yoon-... —Su voz se cortó por un jadeo.

—Sh... Te tengo, Jiminnie. —Yoongi lo cayó poniendo su boca sobre la suya y lo besó profundamente mientras acariciaba sus muslos de arriba a abajo.

El pelimorado mordió el labio inferior del contrario haciéndole gruñir, las manos del mayor se ajustaron a sus nalgas, apretando la zona entre sus manos, amando la piel fibrosa y firme entre sus dedos. El ambiente cambiaba de a poco, y al cabo de algunos minutos de toqueteo sobre la ropa y besos húmedos Jimin se levantó y tomó la mano del pelinegro jalándolo escaleras arriba en dirección a su habitación con una idea clara en su mente.

Poker Face. | Yoonmin. | +18 [PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora