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Agosto, 2005

Annie se sentó en la cama y colocó su cabeza sobre sus manos, esperando a que el mareo y el revoltijo en su estómago pasara. Pudo ver que Harry no estaba en la habitación, así que seguramente estaba en la de James. Inspiró hondo pero tuvo que detenerse cuando las náuseas aumentaron.

-¿Mamá?

Annie se giró hacia Edward, quien la veía preocupado desde la puerta.

-¿Estás bien?

-Sólo un mareo -dijo restándole importancia. Edward frunció más el ceño.

-¿Llamo a papá?

-No, estoy bien -aseguró Annie. Edward asintió no concencido.

-Papá dice que el desayuno está listo.

-Iré enseguida.

Edward le sonrió y salió de su vista. Annie intentó serenar su estómago y decidió bajar las escaleras, después de echar un vistazo a la habitación de James y comprobar que no estaba ahí. El olor a desayuno la hizo fruncir la nariz. Cuando llegó, observó a James en la sillita alta comiendo lo que parecía ser trozos de plátano, a Harry haciendo el desayuno y a Issa en la mesa del comedor, con papeles regados a su alrededor.

-Buenos días.

-Ma-má.

Annie sonrió y se acercó hasta James, besando su cabeza.

-¿Dormiste bien, eh? Por fin nos dejaste descansar más de 5 horas seguidas.

Se sentó en la barra de la cocina, recargando su frente en su mano y masajeando.

-¿Amor?

-Hmm.

-¿Te sientes mal?

Annie levantó la vista hacia Harry, quien lo miraba preocupado.

-Sólo.. -Annie hizo una mueca- náuseas, y dolor de cabeza.

Issa, que estaba muy atenta a la conversación, alzó la mirada y la miró escéptica.

-Usaron protección, ¿no?

Edward tosió y salió disparado de ahí, en lo que Annie y Harry se habían quedado en blanco. James balbuceaba cada que tomaba un trozo de plátano.

-¿Lo hicimos? -inquirió Annie con voz aguda a Harry. Este miraba a un punto en el vacío, pasmado-. ¡Harry!

-Eh..

-Oh mierda.. -exclamó Annie pasándose una mano por su frente.

-¡No digas groserías frente a James!

-¡No me grites!

Issa ahogó una risa. Ambos se giraron a mirarla, tan sincronizadamente que, fue un poco escalofriante.

-¿Qué?

-Estaba pensando en cuántas pruebas de embarazo tendré que ir a comprarte -canturreó Issa feliz mientras se levantaba de su lugar y salía de la habitación.

Annie se había quedado en blanco. Si bien obviamente había pensado en tener más hijos, no penso que tan pronto, de nuevo. Oh, cielos, oh cielos.

-¿Ann?

Annie se giró a ver a Harry, mordiéndose el labio. Quería saber qué era lo que pensaba, pero a la vez no. ¿Y si decía que era muy pronto? James solamente tenía un año y Annie había pensando en que cumpliera por lo menos unos tres o cuatro, antes de tener uno más.

Annie's extras: Bright yearsWhere stories live. Discover now