primera parte

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Un ojimorado se encontraba en su descanso preparando una taza de café en las afueras de su despacho, hasta que un golpe leve fue proporcionado en su hombro.

- Eh, Alex compañero, ¿Qué tal? - saludó a Alejandro, extendiendo su mano hacia la taza recién hecha y bebió su café con cuidado de no quemarse.

- Como que, "¿Qué tal?" - respondió el más pequeño, cruzando sus brazos. - No pensabas contarme de tu Caso especial, eh gilipollas

Entonces Samuel ladeo la cabeza al no entender una palabra de lo que decía su compañero de trabajo, por lo que sólo se limitó a mirarlo.

- Eres tonto, macho - se queja, el ojimorado le dedica una mirada sería. - Que te dieron uno de los mejores casos, ¡Felicidades, Samuel!

- Uno de los mejores casos, - murmura para sí mismo. - pero vamos a ver, ¿de qué estas hablando, tontito? - inquiere antes de tomar otro sorbo de su café.

- ¿Como que... ¡Coño, no te lo habían dicho! - soltó, el ojimorado se sobresalto como respuesta al repentino grito.

Vegetta lo mira, confundido teniendo un lío en su cabeza tratando de poner sus pensamientos en orden, y toda la información.

- Ya... supongo que tendré que ir con nuestro jefe - asegura. - Pero después de terminar mi café.

Entonces Alejandro asintió y preparo su propio café antes de retirarse, dejando a un pensativo Samuel.

[...]

- Supongo que ya sabes porque estas aquí, ¿no? - inquiere el jefe de policías detrás del escritorio, el ojimorado asiente. - Bien, Samuel necesito que se haga cargo de un caso... - toma una pausa antes de proseguir. - algo especial

Entonces Samuel lo mira con algo de sorpresa. El jefe desvía la mirada buscando un par de carpetas, toma una de ellas y se la extiende al ojimorado.

- allí se encuentran los antecedentes, es uno de los criminales más buscados. - explica. - Usted tomará este caso puesto que hemos visto últimamente su desempeñó, y no habría nadie mejor a quien otorgarselo - halaga, el ojimorado revisa quedadamente las hojas y entonces asiente.

- Muy bien, - responde. - me encargaré de esto, gracias por la oportunidad

El jefe mira como Samuel abandona el pequeño cuarto con una pequeña sonrisa ladina.

Y se da cuenta que no falló al querer que el ojimorado tomará el puesto de uno de los casos más complicados, tenía fe en el.

The criminal - Rubegetta AUWhere stories live. Discover now