sexta parte

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- Samuel De Luque... tienes el mejor apellido de la historia, tío  - halaga el peliblanco, el oficial enarca una ceja en su dirección. - Ojalá tener un apellido así, eh - insiste, Samuel quiso reír; no lo hizo.

- Hombre, si podrías. - responde. - pero para eso tendríamos que concretar matrimonio - insinúa, mientras se acerca peligrosamente al peliblanco.

- Bueno cuando quieras, guapo - responde, su voz no es más que un susurro, entonces queda embelezado con los ojos morados del mayor.

Pero Samuel aprovechó esa distracción y quita el arma de las manos del contrario. Rubén no espero eso.

- Me la debías, tontito - se excusa, sonriendo triunfante, pero el peliblanco ya estaba riendo, y la sonrisa se terminó de esfumar de sus labios.

- Eres un cabron, - terminar por responder el menor. - que me puse nerviosito y todo, macho - se queja, ambos brazos cruzados entre sí, y cuando termina de reír. - Entonces... ¿Me mandará a prisión, oficial?

- Tu que crees, cabezón - dice, obviando sus palabras, se asegura de sacar el seguro del arma y asentó el arma en dirección al peliblanco, quien sólo ladeo su cabeza.

- Me gusta que me pongan las cosas difíciles... - murmura, Samuel se limita a sonreír.

Cambió de dirección y disparó a algún sitio cerca del peliblanco, la sonrisa del criminal se extiende.

- Fue un gusto verte de nuevo, De Luque - suelta, Samuel pensó que se entregaría y pagará todos los crímenes que había come~

Pero el peliblanco toma algo de su bolsa, y después de encenderlo, antes de que la chispa llegue a su destino, lo tira a un lado del ojimorado.

De pronto Samuel mira como la figura del peliblanco se va haciendo más y más borrosa, hasta que sólo... desaparece con el humo que el petardo había soltado, el olor fue fuerte y el ojimorado se vio obligado a toser un par de veces.

Fue cuando se desvaneció la mezcla de gases, que el ojimorado cayó en cuenta que el criminal lo había hecho de nuevo, nuevamente escapó.

Una parte de el sabía que no sería la última vez que se iban a encontrar, y eso... eso lo tranquilizó.

Llegó a su auto y después de haber encontrado las llaves en su bolsillo, se reclina hacia el volante, había pasado por mucho ese día, sólo quería llegar a  casa y recostarse mientras acaricia el lomo de su gata, así que encendió el auto y se aleja de la comisaría.

El criminal no iba abandonar su mente esa noche...

[...]

Rubén camina en la vacía acera, en dirección a lo que consideraba un hogar; era una pequeña taberna, nadie iba allí puesto que sólo estaba hecha para miembros de la hermandad. El dueño del lugar era Merlon, que junto a sus dos hermanos oscuros lo podían considerar como su mejor amigo de toda la vida.

Ahora tendría que explicarle el porque había desperdiciado un petardo... a decir verdad le extrañaba que el ojimorado no se haya rendido, su caso no era nuevo, habían otros oficiales -aparte de Samuel- que lo buscaban, pero el se había encargado de que lo dejen de hacer.

Pero también sabía que este oficial sería diferente, sabía que no se rendiriá tan fácil, el era... especial.

Llegó a la taberna oscura, Merlon estaba limpiando la encimera de una mesa, tuvo que garraspear su garganta, para que el hombre mayor lo mire.

- Rubius... - saluda, el peliblanco toma asiento en una de las mesas y deja una bolsa de algunas chuches encima de esta. - ¿Si trajiste lo que te pedí?

- Ci, - responde. - Fue muy peligroso traerlo, el tío este de los dulces casi se queda sin aire - comenta, y Merlon se sienta también, tomando un chocolate blanco, siempre que iba a la taberna el peliblanco le traía de esos chocolates, eran de sus favoritos.

- Y... ¿Está bien? - inquiere, Rubén asiente riendo, antes de tomar un chocolate y comerlo. - ¿Y como te va con el nuevo oficial que está dirigiendo tu caso?

- Como sabes... Willy es un bocas - se queja, el contrario ríe, contagiando al de ojos mieles. - Para que estés tranquilo, lo estoy controlando. - habla, y Merlon arquea una ceja.

- Willy dijo que ese oficial era peligroso, ¿No? - Rubén tararea, ya lo había escuchado y la verdad poco le importaba si ese oficial sea el mejor en todo el mundo.

- Yo siempre ganó ¿Recuerdas? - pregunta, Merlon lo mira divertido.

- Claro, - responde con sencillez, antes de levantarse de su puesto. - ¿Algo de tomar? - inquiere, el peliblanco asiente, entonces la pantalla de su celular brilla sobre la mesa, con su típico tono de llamada, contesta. - ¿Hola?

- Rubius... - llama. - ¿Dónde estás? - inquiere Willy, el contrario frunce el ceño.

- Con Merlon, - responde, se escucha unos cuantos susurros dentro de la llamada.

- ¿te gusta ir a joder al oficial este, no?

- Si hablas de joderlo, en plan meterlo a mi cama, las ganas no me faltan - responde, el albino susurro un "Rata asquerosa..." y Rubén carcajeo. - pero si te refieres a molestarle, pues ci.

- Bien. - dice, dejando más confundido al peliblanco. - ¿Recuerdas que Auron volvió de su descanso? - inquiere, Rubén solto un "Mhm". - Eso nos perjudicó. Auron ha trabajo de traficante más tiempo que nosotros y se está llevando a todos los clientes, y se nos ocurrió algo. - explica con cautela.

- ¿Cómo que?

- Le pedimos a Auron que nos diera mercadería en un lugar específico, va ir sólo, y ahí es donde tú entras, como vosotros sois como culo y caca no desconfiaria de ti - habla, toma una pausa antes de seguir. - Pero no irás sólo. Resulta que para sacar a Auron del negocio, tendría que ir a la cárcel, entonces tendrás que persuadir al "oficial mamadisimo" en que te ayude. Auron es un plato gordo, seguramente acepta. - finaliza, a Rubén le mosqueaba algo de todo esto.

- ¿Y porque vosotros no os encargais de esto, mal ratas? - inquiere fastidiado, Merlon lo mira con curiosidad.

- Nosotros no conocemos a el oficial este, - responde. - además sería un riesgo que saliesemos y nos descubran. Entonces... ¿Aceptas?

Okay, había hecho trabajos más difíciles, sí, pero aún así le parecía un poco injusto, entonces aún sabiendo que podría salir mal, aún sabiendo que probablemente lo estarían utilizando, aún sabiendo que trabajará con aquel oficial... -  Ci. - terminar por responder.

The criminal - Rubegetta AUKde žijí příběhy. Začni objevovat