XLI

3.9K 455 65
                                    

La velocidad a la que Magma corría era algo digno de admirar. El gigante rubio era el que más rocas cargaba, y aunque no lo parezca el peso pluma de Senku también era algo a tener en cuenta.

Era tal su habilidad que dejo atrás a los demás, incluso llegaron a perderle de vista. Afortunadamente pudieron ver como este se adentraba en una nueva cabaña, algo grande y bastante extraña a los ojos de Chrome que no tenía idea de que era ni de que estaba pasando en ese momento.

Una vez frete a ese enorme lugar y unos minutos antes de entrar ___ le explicó a su amigo de cabellos castaños todo lo que iba a pasar y como debía de actuar. Y menos mal que lo hizo, porque lo más seguro es que al entrar se pusiera como un histérico y estropease todo. Incluso habría sido capaz de empezar una batalla, que obviamente no podría ganar.

Al entrar pudieron ver como sentado en medio de aquel extraño lugar se encontraba Senku, con los ojos aún vendados y rodeado por todos sus amigos.

- Hola Senku. Bienvenido. - se pronuncio el mentalista con un tono algo siniestro -

- ¿Eh? ¿Y esto?

- No te molestes en buscar ayuda, Senku - empezó la rubia apodada por el mismo como leona- Todos estamos con Gen. Bueno casi todos. ___ y Chrome ahora son nuestros prisioneros. Sus ideales no son los mismos que los nuestros.

- ¿Por fin se os ocurrió? Solo tenéis que darle la ciencia y mi cabeza a Tsukasa. Así la aldea se salvará. - su tono era tranquilo, como siempre -

- No sé en qué estás pensando. - siguió el mentalista, segundos antes de que Kohaku le quitase las vendas que aún llevaba puestas-

- Un telescopio astronómico. No, un observatorio. - dijo bastante sorprendido. Sobre todo porque nunca se imaginó que fueran capaces de crear algo como eso sin contar con su ayuda -

- ¿Te gusta Saturno? - Senku le dedicó una sonrisa ladina a su pelirroja que le miraba con picardía -

- El 4 de enero. Él día de la piedra. - dijo Gen haciendo que se olvidara de ella -

- Escuché que es tú cumpleaños, Senku. - hablaba una alegre Kohaku -

- Todos te hicimos un regalo de cumpleaños. - ahora fue el turno de la pequeña sandía que daba pequeño saltitos al estar tan emocionada-

Senku parecía algo ido, pues seguía observando aquel regalo mostrando una dulce sonrisa.

- ¿Qué? ¿Estás conmovido por primera vez? Puedes llorar. Vamos, vamos sabes qué quieres. - le molestaba el rubio de ojos verdes deseando que alguna de esas cosas ocurriese-

Este les dedicó una sonrisa como respuesta para segundos después demostrar quién era.

- ¡Nada mal! Esto es muy práctico. Podemos vigilar a Tsukasa con él.

- Sí, es cierto.

- Tú opinión es tan racional como siempre.

La ojidorada dejo salir una pequeña risa, para después tomar la palabra.- Es Senku. ¿Qué esperabais?

- Nadie menciona su cumpleaños sin más. ¿Cómo lo supiste? - le preguntó al bicolor extrañado de que hubiera sido capaz de hacerlo -

- Estuve contando. - respondió el contrario sin más -

- Pero no podías saberlo sin saber cuándo reviví.

- ¿No lo recuerdas? Escribiste el día que terminó tu petrificación. Luego solo tuve que preguntarle a ___ para confirmarlo. - Ambos la miraron a lo que ella les sonrió algo avergonzada- Bueno - dejó salir un suspiro - os dejo. Seguro que tenéis mucho de qué hablar - después de eso se marchó dejando a la pareja a solas -

Mi única Excepción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora