[LJN] Otras 60 Cosas Sobre Mi

🌩️II🌩️

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CAPÍTULO 2

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Joshua gimió, levantándose. Su visión era borrosa, su cuerpo le dolía por todas partes. Se obligó a concentrarse.

Lo primero que vio fue el cuerpo de Tom.

Joshua no necesitó comprobar el pulso de Tom para saber que estaba muerto. Había una herida abierta en la cabeza de Tom. Los ojos azules de Tom estaban sin vida, todavía abiertos por el miedo.

La bilis subió a su garganta. Conocía a Tom desde hacía unos pocos días, pero aún era increíblemente inquietante ver muerto al chico al que había estado besando unas horas antes. Dios, Tom aún no tenía ni veinticinco años.

Apartando la mirada, Joshua miró a su alrededor. No estaban perdiendo altitud; eso era obvio. Entonces aterrizaron. Se estrelló. Había suficiente luz para ver, lo que significaba que todavía era de día, dondequiera que hubieran aterrizado. Trató de calcular exactamente dónde habían bajado, basándose en el tiempo de vuelo, pero se quedó en blanco. Bueno; no importa.

Su mirada finalmente cayó sobre el chico al otro lado del pasillo. El tipo, Jeonghan, si Joshua recordaba correctamente, estaba llorando, sacudiendo a su esposa y rogándole que se despertara.

Joshua lo miró fijamente, vagamente asombrado por la transformación. Atrás quedó el hombre altivo y perfecto que se burlaba de él con desprecio. Este chico apenas se parecía a él, e color del cabello era lo único que tenían en común.

Sacudiéndose para salir de su estupor, ¿se había golpeado la cabeza? Joshua se obligó a moverse. Se desabrochó el cinturón de seguridad y se puso de pie, ignorando el dolor en sus costillas.

El avión estaba en silencio. Muy silencioso. Había esperado que hubiera pánico y gritos de la gente, pero no hubo nada. Cuando Joshua separó la partición que separaba la cabina de primera clase de la clase económica, descubrió por qué: parte del avión había desaparecido.

Joshua miró al cielo nublado y luego a la playa cercana. Parecía que el avión, lo que quedaba de él, se había estrellado en las aguas poco profundas de alguna isla, lo suficientemente lejos de la tormenta en la que había sido atrapado el avión. O tal vez habían pasado horas. ¿Cuánto tiempo había estado inconsciente?

No hay lugareños. No hay casas a la vista. No hay señales de que haya nadie más que ellos en la isla. Probablemente deshabitado, entonces. Dondequiera que estuviera la otra mitad del avión, no podía verlo. Era posible que ya se lo hubiera tragado el océano. Hablando del océano, parecía que la marea estaba subiendo pronto.