[LJN] Otras 60 Cosas Sobre Mi

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CAPÍTULO 13

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Resultó que Luhan no bromeaba cuando dijo que la gente de Kim ahora estaba a cargo de Oh Enterprises. Jeonghan pasó los siguientes días alternando entre leer el contrato y, cortésmente, discutir con la gente que trabaja para Kim.

Leer el contrato fue un ejercicio frustrante: estaba dividido entre admirar a Kim Mingyu por haber logrado escabullir tantas lagunas en el contrato y sentirse frustrado con los Oh por caer ante él. Si hubiera estado allí, nunca habría dejado-

Pero no había estado allí.

Nadie le dejó olvidar eso. A pesar de que ya no vivía en la mansión Oh, el fantasma de Vivian, y la isla, parecía seguirlo a todas partes. Las miradas de lástima ya eran bastante malas, pero las curiosas eran aún peores. ¿Cómo fue? ¿Sobrevivir a un accidente de avión? ¿Estar varado en una isla desierta durante tanto tiempo? ¿Fue horrible? ¿Qué hizo todo el tiempo?

Esas preguntas le dieron ganas de gritar. Había estado intentando con todas sus fuerzas no pensar en la isla, pero la gente se la recordaba una y otra vez, con una curiosidad insaciable. ¿Cómo fue? ¿Cómo estuvo? ¿Cómo fue?

Eso lo volvía loco. No ayudó que todavía luchara con estar cerca de la gente, sus miradas, su atención, sus voces haciéndole erizar la piel. Siguió esperando que la terrible desconexión desapareciera, queriendo volver a sentirse normal, pero hasta ahora no había sucedido. No se sintió mejor. De hecho, el nudo en su pecho parecía hacerse más apretado con cada día que pasaba. Se sentía nervioso y distraído, y la mitad del tiempo se sentía como si no supiera qué hacer consigo mismo, en el sentido más literal y físico.

Suficiente. Necesitaba concentrarse en el trabajo.

Jeonghan dejó su oficina, su nueva oficina temporal, y se dirigió a la anterior. Lo ocupaba el vicepresidente del Grupo Kim, quien desempeñaba las funciones de director general mientras Kim Mingyu estaba incapacitado.

Realmente no estaba ansioso por tener aquella conversación.

Para ser justos, el hombre era un ejecutivo experimentado con una reputación fantástica en los círculos empresariales, pero Jeonghan no estaba realmente de humor para ser justo. Primero había perdido la empresa de la que había trabajado como esclavo durante años a causa de Oh Sehun; ahora había perdido su puesto de director ejecutivo gracias a la falta de voluntad de Sehun de importarle una mierda dicha empresa. Jeonghan había leído el contrato; sabía que si Sehun se hubiera molestado en leerlo, habría visto las letras pequeñas. Pero claramente no le había importado un carajo, y ahora Jeonghan tenía que limpiar después de su desastre.