Now or Never |ᴹᴱᵂᴳᵁᴸᶠ

03

ᴰᴵˢᶜᵁᴸᴾᴱᴺ ᴸᴼˢ ᴱᴿᴿᴼᴿᴱˢ

—¿Me dirás que te pasa?—Krist estaba sentado en su sillón de siempre con Mew frente a él, de pie.

—A ver, en pocas palabras First me robó, Lhong y Bright estaban a cargo de sacarle información sobre quien lo había enviado, no quería matarlo, tenía la ley del silencio conmigo, así que no abrirá la boca, lamentablemente escapó y no estoy dispuesto a que sea una amenaza, debo asesinarlo de igual forma—Mew tomo todo el Whiskey que tenía en su vaso de un solo trago.

—Te expresas como la mierda, First te robo, no abrirá la boca por la ley del silencio pero lo asesinaras sin importar nada porque escapó y es una amenaza, ¿no?

—Sí, al parecer no me explico tan como la mierda—Mew permanecía con las manos en su cadera mientras miraba a Krist.

—Aún no entiendo porque lo quieres asesinar de igual forma, si lo atrapas de nuevo puedes saber de que mierda iba su plan de escapar de ti, es ridículo, lo encontraras igualmente, si cumple la ley del silencio no tienes porque asesinarlo.

—Soy Mew Suppasit, líder de la jodida Mafia, ¿quieres que deje vivo a alguien que me robo?, no me respetará ni mi perro, Krist.

—Si le perdonas la vida, te deberá todo lo que le queda de esta vida y la siguiente.

—Tienes razón, pero ¿de que mierda sirve un traidor?

—Haz que se gane tu confianza—Krist se encogió de hombros y tomó un sorbo más de Whiskey.

—Lo tengo, gracias Krist.

—Para eso estoy, soy tu mejor amigo después de todo.

—Lo eres.

Mew comenzaba a cargar la mercancía en la camioneta, las nuevas armas eran una joya, ni el mismísimo Díos se atrevería a mirarlo directamente.

Camino a su gran casa logró pensar en lo tan deseado, lo único que First tenía en su vida era a su padre, si quería seguir vivo debía jurarle lealtad, debería matar a su padre y llevarle la cabeza a Mew.

Solo así tendría la vida perdonada y le serviría aún así a Mew, el mejor puto plan de la vida, Krist merecía una estatua en su jodido honor.

—¡Mew, llegaste!—una mujer notoriamente elegante y fina caminaba escaleras abajo en busca del recién llegado.

—Hola, ¿cómo estás?

—Bien... ¿como va todo el negocio?—hablaba entusiasmada mientras tomaba asiento en una de las sillas cercanas a ella.

—El negocio más que bien...—Mew tomó el tabique de su nariz por milésima vez en el día mientras intentaba calmar sus pensamientos.

—¿Pero?—la mujer cambió su expresión a una más preocupada.

—Nada de lo que debas preocuparte—Mew alzó el rostro y le mostró una sonrisa en busca de calmarla, aunque sabía que no serviría mucho.

—Mew... cuéntame—su expresión era seria, definitivamente no estaba para juegos.

Mew la quedó mirando un tiempo, era hermosa, su rostro era lo suficientemente delicado pero rudo a la vez, lograba expresar con facilidad todas sus emociones con sólo una mirada, la amaba demasiado, no quería preocuparla, pero lo conocía demasiado para saber cuando pasaba algo y no podía mentirle en ningún caso.