Capitulo 46- Desesperación

14.1K 1.1K 811
                                    

Una vez que despierto, intento aclarar mi mente.

Mi cabeza tiene una punzada constante en la parte de atrás. Instintivamente, intento llevar una mano a ella pero el dolor que siento en mis muñecas me lo impide. Lucho por abrir los ojos, pero se han mantenido tanto tiempo cerrados que me cuesta un poco. Cuando finalmente lo logro, parpadeo para aclarar mi vista.

Lo primero que veo son las paredes rosas con diseños de flores. Como si del cuarto de una niña se tratara. Yo estoy sobre una cama con las sábanas del mismo color, totalmente suaves y abrigadas. Me incorporo temblorosa. A mi lado, un pequeño mueble con una lámpara y un collar. Lo ignoro y me pongo de pie con el corazón en la boca.

El suelo está cubierto por toda una alfombra peluda y blanca. Mi ropa ya no es la misma. No es la que traía la última vez. Ahora llevo una camiseta de tirantes con dibujos de patos, combinando con mi short. Este pijama no es mío.

Confundida y anonadada, recorro los cuadros con mis fotografías las cuales cuelgan en la pared. Una sonriente, otra durmiendo en mi cama, otra con el disfraz que utilicé en la fiesta de halloween, otra el último día de clases encima del escenario, y otras más que ni yo sabía que existían.

Cayendo en cuenta en la situación que estoy, me empiezo a desesperar. Lo último que recuerdo fue aquel sótano donde encontramos la guarida del asesino. A mis amigos inconscientes en el suelo y al asesino frente a mi.

Mis amigos...¿Dónde están?

¿Y donde estoy?

Las lágrimas no tardan en aparecer. Lo único que puedo pensar es en cómo salir de aquí. Corro enseguida a la puerta, pero obviamente está cerrada. No hay ventanas ni nada que me muestre el exterior. La única puerta disponible es la que lleva al pequeño baño.

No lo voy a negar. Es una habitación demasiado bonita para un secuestro.

Busco y busco por cada rincón, con la esperanza de encontrar algo que me sirva. Mi teléfono no está. Abro cajones, me fijo bajo la cama, tomo una silla y reviso el techo. Irrompible. Joder, joder, joder. ¿Esto en serio estaba pasando?

Acudo a mi último método.

-¡AYUDA!- grito sin cesar pero no escucho respuesta alguna.

Golpeo las paredes y las puertas con desesperación. Mi cuerpo se empieza a debilitar de tanto esfuerzo pero no me rindo. El miedo me carcomía. Ni siquiera sé cómo llegué aquí.

Empiezo a gritar el nombre de cada uno de mis amigos. De todo corazón esperaba que ellos no estuvieran aquí, que no les haya pasado nada, o que hayan logrado escapar. Pero si no era el caso, tenía que intentar lograr que me escuchen. Tal vez estaban más cerca de lo que pensaba.

Caigo de rodillas cuando me doy cuenta de que todo ha sido inútil. Lloro desconsoladamente, agarro mi cabello con fuerza y ahogo las ganas de romper todo.

Mirando el reloj digital a la izquierda de mi cama, veo que han pasado veinte minutos...y nada. Por lo que me quedo en la cama esperando lo que sea que esté esperando.

-Toc toc.

Doy un salto cuando escucho a alguien tocar la puerta. Mis piernas tiemblan y me acurruco en una esquina. Me niego a abrir. Quiero ser valiente, ser capaz de ir hacia aquella persona y derribarla, pero mi valentía se esfumó como el viento. No tengo nada de gran utilidad para defenderme más que una lámpara, así que la tomo.

La puerta comienza a abrirse lentamente y sujeto mi arma con resistencia pegándome a la pared. Alzo el mentón y trato de lucir segura de mi misma. Finalmente la puerta se abre por completo revelando a la persona que trae una bandeja con comida y una pequeñas flores, acompañada de su impecable sonrisa.

Tenebrise (+18) I COMPLETA IWhere stories live. Discover now