Capítulo 14

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Desperté y como hacía cada mañana inconscientemente cogí mi móvil, aunque esta vez no podría encontrarme notificaciones de nada. Pero mi interés no residía en eso, sino en la posible contestación de Lauren a mi mensaje de anoche, en el cual le informé sobre mi castigo y mi nula conexión a la red durante unos días. Esa contestación había llegado. 

"Es una pena, con este método no podemos hablar tan fluidamente como me gustaría. Estoy nerviosa, hoy me toca actuación en el club y el profesor nos ha puesto como prueba cantar ante el instituto, estará una parte de él, y por desgracia el grupo de Samantha está incluído. Pensaré en nosotras humillándolas aquella vez para relajarme jajaja. Buen día con los helados :)"

Mierda, me encantaría ir a verla para brindarle mi apoyo pero me sería imposible. ¡Lo tengo! Le mandé un mensaje a Dinah, que me respondió con un "OK, Kiara." Mi único problema era el tiempo, no sabía a qué hora tenía la maldita actuación, pero imaginé que probablemente sería en el recreo, y el recreo suele hacerse a mitad de jornada... ¿no?

Convencí a mi madre de comenzar los repartos nada más llegar a la tienda, es decir, a las 11:30 en vez de a la una, con la excusa de que me dolía la cabeza y quería terminar lo antes posible, ella no se negó.

Furtivamente cogí un ramo de rosas sin que se diesen cuenta, escribí un mensaje en un papel y me fui. Mi primer destino era el instituto de Lauren. Dinah me esperaba en la puerta puntualmente. 

-No digas nada. -le ordené aún bajándome de la bici. -Son para Lauren, pero ella no debe saberlo.

-¡¡TÚ ERES LA DE LAS FLORECITAS!! -gritó emocionada dando pequeños brincos.

-SHHHHHH. Sí, soy yo. -me sonrojé.

-A Lauren le alegran el día, ¿sabes?

-Por eso lo hago.

-Madre mía eres un cachito de pan quiero hornearte y untarte mantequilla. -me abrazó fuertemente.

-Dinah, me ahogo. -me quejé tratando de separarme.

-Ups. -nos separamos. -¿Por qué no quieres que lo sepa? Es un gesto precioso.

-Porque me da mucha vergüenza. Algún día... de verdad.

-Vale, le diré que alguien lo dejó en mi taquilla junto a una nota que me pedía que se lo diese.

-Perfecto, gracias, psicópata.

-La psicópata se acerca y en tus noches te observa. Por cierto, ¿te gusta Laur?

-Qué... qué dices. Sólo le he tomado mucho cariño, eso es todo.

-Todo va perfecto... -murmuró.

-¿Decías?

-Que mires que buena está esta tía. -y tras guiñarme un ojo se fue cantando algo de las Destiny Child, creo.

¿Por qué rosas? ¿Qué ponía esta vez en la nota? ¿Tiene Dinah las tetas tan grandes como el corazón? Seguramente os hagáis todas estas preguntas ahora mismo. Bien, en esta ocasión mi elección fueron las rosas, porque para mí son las flores más bonitas y perfectas que existen, están por encima de las demás, muy por encima. Por lo que es una forma de decirle, que ella está por encima de todos esos inútile que traten de hacerla sentir menos. Punto número dos, la nota decía: "Imagina que el público es como un ramo de estas hermosas rosas, que simplemente desearán que los riegues cada día, con tu voz, y nunca te juzgarán." Y por último sí, las tetas de Dinah podrían haber evitado el derribo del Muro de Berlín. ¿Contentos?

Esa noche recibí el tan ansiado mensaje de Lauren comentándome como le había ido todo: "Caaaaaaaamz, todo salió genial. Las dejé muditas. Me gustaría que hubieses estado y todo habría sido de diez... pero bueno, ya vendrán más actuaciones :) Que pases buena noche. Besitos, Lauren Aguilera."

Al día siguiente.

Algo llamó mi atención, la señora Petterson tenía un pedido para entregar hoy... ¿martes? La duda me consumía así que a pesar de que su casa no era la más cercana me dirigí allí en primer lugar.

-Hola, corazón. -sonrió tiernamente abriéndome la puerta.

-¿Todo bien, Ellen? 

-Claro, ¿por qué lo preguntas?

-Es martes.

-Y mañana miércoles, Camila. Es sólo un día. Y estaba ansiosa por recibir ésta flor, la gatuña, la última que me falta para completar mi colección de flores silvestres, ¿sabes? -se veía realmente emocionada.

-¿Quieres acompañarme a colocarla?

-Ni dudarlo.

Fuimos a la parte trasera de su jardín. La coloqué en el último lugar de la parcela que sobraba, el espacio había sido calculado a la perfección parece ser. Me situé junto a ella, observando todas las flores ya juntas y formando un espectacular trozo de naturaleza viva y floreciente.

-Años. Viernes y viernes de espera. A Thomas le habría encantado. -asentí. Ambas disfrutábamos del silencio.

Thomas era su difunto esposo. La razón de que Ellen quisiera recolectar todas las flores silvestres existentes era que el le había regalado una amapola en su primera cita, mientras paseaban por el campo; Había atravesado dos matorrales y bajado una colina rodando, literalmente, para conseguirla. 

El silencio fue interrumpido por una tos bastante ronca y preocupante que procedía de la garganta de la anciana. Tuve que traerle un vaso de agua rápidamente. Mientras ella bebía yo la observaba, ausente de todo lo que me rodeaba. Ahora lo entendía.

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Llego a casa en la madrugada y directa a subir capítulo para vosotros (admito que lo tenía guardado pero tenía que matizarlo).

A mandarle mensajes de ánimo a Lauren por lo de su abuela. Ahora es cuando se demuestra quién es un verdadero fan.

La repartidora (Camren)Where stories live. Discover now