Capítulo 21

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Lo hice, al fin lo hice. Y la verdad es que me he quitado un grandísimo peso de encima confesándole mis sentimientos más profundos. 

Necesitaba evadirme de alguna forma así que aunque mis padres me aseguraron que no era necesario que fuese a la tienda ya que el turno de Dinah duraba el fin de semana completo me acerqué a echar una mano. 

-MELOCOTONCÍIIIIIIIIIN. -Dinah se lanzó hacia mí y traté de cubrirme lo más deprisa posible temiendo por mi vida. -HAS VUELTOOO. -me zarandeaba.

-Dije que iba unos días al campo, Dinah, no que me hubiera trasladado allí. ¿Y mis padres?

-¡TRONCA, TU HIJA IN DA HOUSE!

-¿Tron... tronca?

Mi madre apareció corriendo de la parte de atrás seguida por mi padre quien, a diferencia de ella, caminaba tranquilo.

-MI BEBÉEE. -otra que casi me aplasta.

-Recordadme que si alguna vez voy a la guerra nunca vuelva porque me mataríais vosotras a abrazos. Hola, papi. -me acerqué y le di un beso. Él me lo devolvió.

-¿Todo bien? -preguntó.

-Genial, han sido maravillosos conmigo. ¿Qué haces que no estás repartiendo, Dinah? Son sólo la una y cuarto.

-Había hecho una pequeña paradita para depositar agua en el manantial. Ahora debo seguir con mis obligaciones. -se llevó la mano a la frente en vertical como los soldados. -Te veo luego, rompecorazones. 

-Si supieras...

-EL QUÉ. -las voces de los tres presentes se unieron en una armonía que daba escalofríos.

-Contaré las novedades mientras comemos, ¿de acuerdo?

Mis padres se encontraban bastante cansados así que me ofrecí para cuidar de la tienda mientras ellos estaban relajados en la parte trasera. Un domingo entraría poca gente así que hice bien en traerme un libro. 

Estaba leyendo tranquilamente cuando alguien me interrumpió colocando una flor en el mostrador. La flor que le di a ella antes de marcharme...

-Disculpa, ¿tenéis esta flor? -levanté la mirada lentamente.

-La... Lauren.

-Es la única floristería cercana a tu casa. No me preguntes cómo, pero supuse que lo de la heladería era una farsa para cubrir tus regalos anónimos. Fui a tu casa primero pero no estabas, así que... aquí estoy. -alzó los brazos a ambos lados de su cuerpo dejándolos caer. 

-Pienas... mi no... nota... coche... yo...

-¿Que qué pienso sobre la nota que dejaste en el coche? -asentí nerviosa. Ella suspiró. -No creo que este sea el "momento" de contestar. -colocó una sobre la mesa una flor oculta que sacó tras su espalda. Como ya era habitual en nuestras vidas, tenía papel atado a su tallo. -Hasta luego. -salió con mi vista clavada en su nuca.

Me quedé observando la flor sobre el mostrador bastante sorprendida, era un corazón sangrante, bastante difícil de conseguir, ni siquiera la teníamos aquí. Aún no me sentía preparada para leer el mensaje, necesitaba concienciarme un poco más acerca del posible rechazo que podría sufrir, y que me sumergiría en la melancolía durante una muy larga temporada.

Durante la comida conté lo sucedido en el coche, como prometí. Todos estaban orgullosos de mi valiente paso al frente. Me ahorré el detalle de su última visita ya que no tenía ganas de seguir hablando, mi mente requería paz. Seguí sustituyendo a mis padres el resto del día; Dinah esperaba su turno de la tarde roncando. Finalmente decidí leer las palabras que la flor traía consigo. 

" Ahora mismo podría gritar de felicidad y no quedarme jamás sin aliento. No tienes ni idea de lo que tus palabras han significado para mí. No sabes la de noches que he pasado pensando que el escucharlas, leerlas en esta ocasión, sería sólo una utopía durante el resto de mi vida. Ya te contaré...

Como decías, quiero que las cosas lleguen bien y en su debido momento, por eso te estaré esperando en "White Garden" a las seis. No llegues tarde, por favor.

La chica a la que le regalabas flores anónimamente,

La pesada, 

Quien te obligó a ser su falsa novia,

La chica que también te ama,

Lauren."

El corazón se me iba a salir del pecho, miré el reloj colgado sobre la puerta y mis músculos se tensaron, las seis menos diez. Me asomé casi golpeándome con la puerta a la parte trasera.

-NECESITO QUE ME SUSTITUYÁIS, ME TENGO QUE IR YA.

-¿Por... por qué tanta prisa? Nos has asustado. -la mujer de baja estatura se levantó del sofá sobresaltada.

-LES CONTARÉ DENTRO DE UNAS HORAS PERO DEBO IRME, DE VERDAD ES IMPORTANTE.

-¿Lauren? -preguntó mi padre. Respondí con una mirada de súplica.

-Oh, Dios mío, ¿algo malo? -mi madre cruzó las manos preocupada.

-No. -sonrió. -De todo menos malo. Márchate, yo te cubro.

-GRACIAS. -los abracé a la vez. 

Y salí corriendo al que seguramente sería el momento más decisivo de mi vida, al menos eso pensaba, y nada ni nadie me haría cambiar de opinión.

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REGALITO POR HABERLES GANADO OTRA VEZ A LAS BITCHES FANS DE 5SOS (con respeto por si tenemos alguna entre nosotras con educación y saber perder, no como la mayoría de ellas).

UN BESAZO, HARMOS.

La repartidora (Camren)Where stories live. Discover now