Capítulo 13

10.7K 720 45
                                    

Creo que nunca una conversación nocturna dio para tanto. Simplemente os diré que terminé sabiendo que número de pie usaba Lauren. Le conté mi historia, el como llegué a los Estados Unidos, cambiando claro la floristería por una heladería, aún me avergonzaba que descubriese que era yo la autora de sus regalos sorpresa. También hablamos de Ellen, esa ancianita que me había enseñado tantas cosas sin ni siquiera proponérselo.

Por su parte ella me habló principalmente sobre sus ambiciones en el futuro, su sueño de hacer un dúo con Christina Aguilera, aunque la humillase públicamente. "Con tu voz no podría", le contesté yo.

La música no es algo a lo que puedes aferrarte firmemente como trabajo, en cierta parte la suerte debe estar de tu lado, así que estudiaría turismo el año que viene para al menos tener una base económica segura, pero ni muchos menos era algo que le apasionara. Por suerte sólo sería un año más las prácticas.

Yo quería tener una librería, me da igual que esté en la esquina más recóndita del mundo, me da igual si entran dos clientes al día, me da igual si ni siquiera tengo una silla para sentarme. Quiero compartir mi mayor pasión con el mundo.

No recuerdo cuando nos quedamos dormidas, pero sí cuando me desperté y gire mi cabeza para encontrarme de lleno con la imagen perfecta. Ella dormía plácidamente y tenía su cabeza levemente apoyada en mi hombro. Casi parecía no respirar, sólo el movimiento de su pecho lo confirmaba. 

Miré el reloj de mi móvil, eran las once. Idiota de mí, se me había olvidado poner el móvil con sonido para que mis padres pudiesen llamarme al llegar a casa y no encontrarme allí. ¿El resultado? Treinta llamadas perdidas de "Mami". Sentí un escalofrío recorrer mi espalda de arriba a abajo, parándose en cada vértebra de mi columna. Tragué en seco. 

Traté de incorporarme sin despertar a Lauren y milagrosamente lo conseguí. En reflejo ella estiró su mano por las sábanas, como si notara mi ausencia, así que coloqué entre sus brazos una almohada a la que se agarró felizmente. Sonreí ante su acción. "Te veo pronto, hermosa." Me despedí besando su sien muy cuidadosamente.

Corrí a la tienda como si mi vida dependiese de ello, algo no muy lejos de la realidad, no conocéis bien aún a Sinuhé Estrabao... Al llegar se cruzó de brazos mientras mi padre me hacía gestos a su espalda, gestos tales como llevarse la mano al cuello y fingir un estrangulamiento.

-Hola, mam...

-¿HOLA, MAMÁ? ¿HOLA, MAMÁ? ¿ES ESO LO MEJOR QUE SE TE OCURRE?

-¿Qué... tal tu amigo? -sonreí falsamente, el terror podía reconocerse fácilmente en mi rostro.

-Oh, muy bien sólo fue un susto grac... NO, NO ME CAMBIES EL TEMA. DÓNDE ESTABAS.

-Tranquila, cariño. -Papá al rescate.

-Se nos hizo tarde en casa de Dinah así que dormí allí, era más seguro que volver andando a esas horas. -me daba vergüenza admitir mi ataque de terror nocturno y mi estancia en la cama de Lauren.

-¿Y cómo viste la nota sobre el hospital? -mi padre levantó una ceja sugerentemente.

-ESO.

-La he visto ahora, antes de venir aquí he ido a casa a darme un pequeño aseo. -contesté creyéndome mi propia mentira.

-Móvil o televisión. -dijo de la nada mi madre.

-¿Cómo?

-Te estoy dando la opción de estar sin una de las dos cosas durante esta semana que vas a estar castigada sin libertad a excepción de los repartos.

-¿Una sema... -mi queja quedó a medio camino al ver como mi madre levantaba la famosa ya "ceja submarina", llamada así en honor al tiburón submarino, un depredador letal. -Televisión. -contesté suspirando.

Y así, es como se empieza un domingo de relax. Para colmo mis padres me anunciaron que este mes no podríamos contratar internet en mi móvil, así que tendría que buscar wifi como una fumadora busca colillas. Genial, básicamente significa que no tendría en una semana, ya que mi único tiempo fuera de casa sería para trabajar. Y seguimos para bingo.

El día pasó volando, mi cama me acogió cálidamente, suspiré disfrutando al fin de tranquilidad. Ya una vez en pijama estaba a punto de salir por la puerta de mi habitación cuando mi móvil vibró, me acerqué curiosa, era un mensaje de texto de Lauren: "He visto que mis mensajes de WA no te llegaban, así que he vuelto a la Prehistoria para mandarte uno de estos jajajaja. Estuve ocupada todo el día practicando una canción, lo siento. Sólo quería que supieras que me encantó nuestra "noche de confidencias", y que debería repetirse más a menudo. Estoy deseando conocer más esa mente sensiblona tuya, eres chachi. Un GRAN beso, Shakespeare." Reí ante el "chachi", era tan dulce. Quizás mi domingo no había sido tan malo al final.

----------------------------------------------

Lo siento de verdad por subir tan poco últimamente.

Y REFLECTION ES PERFECTO EN SERIO VOY A GASTAR LAS CANCIONES ESTA MISMA MAÑANA HE IDO A COMPRARLO YA QUE SALIÓ HOY EN MI PAÍS (EN APENAS UNA HORA Nº1). LO VOY A CUIDAR COMO A UN HIJO E INCLUSO MÁS.

La repartidora (Camren)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant