Capítulo 5

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Christopher Vélez

La boda de Joel y Fiamma fue todo un éxito, al igual que la pedida de matrimonio que Erick le hizo a Leilany.

Era todo tan perfecto...

Al menos en ellos porque en mi ya se había borrado todo tipo de perfección desde que vi a Ricky Méndez tratar de tal forma a su esposa.

—Christopher, deja de darle vueltas, seguramente tenía un par de copas encima. — murmuró Richard.

—Esa no es excusa, tú viste igual que yo la forma en la que le gritó y como...

—Si, Christopher, lo vi... Pero ¿Qué quieres hacer al respecto? — cuestionó —. Llevan ya un año casados, si ella quisiera separarse de él ya lo habría hecho.

O no.

Tal vez había algo que se lo impedía.

—Sabes que eso es muy complicado, la prensa estaría encima de ellos todo el tiempo para presionarlos. La única que saldría perdiendo sería ella, Ricky no dejaría que su imagen fuera manchada a causa de un divorcio. — dije negando con la cabeza.

—Tienes razón, él haría lo posible para meterle a ella la culpa... Además, hay un hijo de por medio.

—No es hijo suyo, no tienes que meterlo en esto.

—Ricky le ha dado su apellido, si llegan a divorciarse querrá quedarse con el niño. — murmuró obvio—. Y tiene dinero, podrá hacerlo sin ningún problema.

Que hijo de puta...

Yo no iba a permitir eso por nada del mundo. No cuando estaba casi seguro de que ese niño era hijo mío.

Aunque... Según Ricky, tenía un año recién cumplido. No me cuadraban a mi del todo las fechas.

—¿Puedes conseguirme el nombre del hotel en el que se quedan? — pregunté.

—Christopher... ¿Qué tienes en mente? — preguntó negando con la cabeza.

Mordí mi labio inferior, indeciso.

Les había contado sobre la infidelidad en Marbella nada más llegar a Estados Unidos.

Pero claro, nunca llegué a decir con quien compartí cama esa noche...

Zabdiel se acercó a nosotros con una sonrisa en los labios, pero al vernos serios cambió de expresión.

—¿Qué está pasando? — cuestionó preocupado.

—Voy a necesitar de vuestra ayuda. — pedí mirándolos—. Por favor.

—Vélez, me estoy asustando... — murmuró Zabdiel alzando sus cejas—. ¿Qué has hecho?

—Quiere saber en que hotel se está quedando Ricky Méndez y su esposa. — dijo Richard encogiéndose de hombros.

Y su esposa.

Maldita sea, su nombre es Cyara.

Zabdiel entrecierra sus ojos cuando me mira, no sé si quiero saber en lo que está penando...

—¿Por alguna razón en específico?

Dejé escapar una bocana de aire antes de asentir.

—Si, por una razón muy grande. — dije—. Sabéis que hace dos años la lié en Marbella... El alcohol hizo efecto en mi cuerpo y terminé acostándome con una mujer. Esa mujer...

—Es Cyara Ross. — completó Zabdiel asintiendo ligeramente.

Richard abrió los ojos sorprendido antes de mirarme atónito.

—Y crees que el hijo que ella tiene es tuyo. — siguió Zabdiel mientras acariciaba su mentón con sus dedos.

Me limité a dar un leve asentimiento.

—Jodida mierda, ¿cómo no pude darme cuenta antes? — preguntó Richard llevándose las manos a la cabeza.

—Deberías de pedirle una prueba de paternidad. — aconsejó Zabdiel.

—¿Crees que Ricky va a permitir que el hagan una prueba de paternidad a su hijo?— cuestionó Richard.

—No es su hijo. — espeté.

—Tal vez no de sangre, pero lo ha tomado como su hijo.

Zabdiel chasquea su lengua.

—Hazlo, o al menos inténtalo, habla con Cyara. — dijo encogiéndose de hombros.

—Cómo si eso fuera tan fácil... — me quejo frunciendo ligeramente el ceño.

—Yo me encargo de Ricky, no te preocupes. — dijo sonriente—. Richard que se encargue del hotel y la habitación.

—Bien, mañana a primera hora lo tendrás todo...

—Llamaré a Ricky para concretar una salida informal para mañana a las ocho, intentaré convencerlo para que vengan a Estados Unidos porque tengo ganas de hacer negocios con su empresa. — dijo haciendo una mueca.

—¿Y por qué el Magnate de Jesús querría hacer negocios con Ricky Méndez? — cuestioné burlón.

—En realidad desearía verlo en la miseria, pero todos tenemos que hacer sacrificios por nuestros amigos. — dijo guiñándome un ojo.

Reí negando con la cabeza.

Tan solo esperaba que todo saliera bien...

—Joel y Fiamma acaban de irse. — dijo Erick llegando a nuestro lado.

—¿Dónde has dejado a tu prometida? — cuestionó Zabdiel alzando una de sus cejas.

—Dijo que tenía que ir al baño, no creo que se pierda. — dijo sonriendo—. Ahora ya pueden contarme el chisme.

—¿Cómo sabías que...?

—Os recuerdo que nos conocemos mejor que nadie, así que ahora soltad el chisme.

Richard no tardó en empezar a contarle, la mirada del pelinegro no se despegó en ningún momento de mí.

—¿Verdaderamente crees que Zaid es tu hijo?

—Si. — dije sin siquiera dudarlo, de tan solo recordar los pequeños minutos que pude tenerlo en brazos...

—Tiene sentido, pero necesitas asegurarte de ello. — dijo —. ¿Y después qué?

—¿Después qué de qué?

—¿Qué pasará si él es tu hijo? ¿Piensas ir a juzgado para quitárselo? — preguntó negando con la cabeza—. Es obvio que si lo haces ganarás, pero también le romperás el corazón a Cyara si la alejas de su hijo.

—No quiero alejarla de Zaid.

—¿Y entonces? No hay muchas más opciones. ¿Estás dispuesto a dejar a tu esposa para luchar por la madre de tu hijo?

—¿Y por qué haría eso? — pregunté alzando una ceja.

—No lo sé, Christopher. Tienes que aclarar lo que tú quieres para después seguir por ese camino.

¿Qué quería?

Quería a mi hijo conmigo, por supuesto.

Pero también quería a Cyara lejos de su esposo. Si así la trataba en un lugar público no quería ni imaginarme en casa...

Magnate VélezWhere stories live. Discover now