Parte 4: Preludio 4. Chill y La princesa de las nieves

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Un par de años atrás....

Se escucha el ruido de algún que otro búho resonar por la ventanas de la formidable mansión, los muros de la estructura eran de ladrillos hechos de hielo y sus bordes estaban rellenos de nieve blancuzca, los techos del mismo tenían forma trianguladas y eran de mármol blancuzco, el cual no se notaba porque estaba cubierto de nieve.

Las aves invernales, se posaban en las ramas de los gigantescos pinos, estos residían en los jardines frente al palacio, se encontraban a los lados de un camino de piedras grisáceas: cuyos bordes estaban adornados por rocas más pequeñas, deslumbrados por el suave sol en el cielo, se podía ver la nieve recién caída a sus laterales.

Una mujer joven de ojos verdosos y lujoso vestido blancuzco, dando algunos pasos abrió las enormes puertas del castillo: las mismas estaban hechas de madera de pino y sus manijas eran de hielo sólido. Ambas se cerraron detrás de ella al entrar al jardín, las telas del suéter azulado que completaba su conjuntó; fueron movidas conforme avanzaba, las zapatillas de cristal que poseían sus pies: hicieron ruido al llegar a una fuente, la misma se encontraba frente a la morada; dejando escapar una suave sonrisa, se detuvo al denotar a una lechuza, la misma poseía un pico amarillo y manchas negras en sus plumas blancas.

El ave curiosa inclinó el pico, haciendo que la joven con corona de cristales azules en la cabeza, hiciera lo mismo con una expresión intrigada, después se escuchó como el búho hacia—: Huuu...

—Buenos días a ti también, al ver tu sonrisa, parece que todo va bien en las islas heladas, eso me alegra mi querido amigo emplumado —comentó la chica de ojos esmeraldas, dando unos pasos para sentarse en el pequeño banco frente a la fuente: el mismo era mármol y poseía un contorno donde estaban gravadas unas ondulaciones.

El pozo de agua estaba en el centro de una redoma, cuyo suelo era el mismo tipo de loza que el senderó; detrás de la fuente había otro que conducía al portón, cuyos barrotes eran de hielo sólido: de hecho este formaba parte del muro de piedras que rodeaba la mansión. La chica de pelo blanco palpo con los dedos el respaldo de la banca, luego extendió la mano para indicarle al ave, que se posara sobre la misma; esta al observar eso con sus ojos naranjas sin pensarlo, extendió las alas dejando ver el plumaje blanco en ellas. Dando unos aleteos se colocó sobre su hombro, mascullando—: Huuu... Huuu...

De repente. Desde las enormes las puertas del palacio, apareció un guardia con armadura de hielo: la cual poseía unos grabados sobre la misma, los ornamentos en su casco eran un par de alas; forjadas de hielo, emprendiendo la marcha apresurada, dejó deslumbrar su cara de ojos azules intensó, se acercó a la joven de pelo blanco trenzado, la misma levanto la mirada para observarla algo sorprendida—. Princesa de las nieves Yuana, recuerde que no puede salir del castillo sin un guardia, ordenes de su madre la reina del hielo.

—Entiendo guardia Chill, pero mi madre siempre me sobre protege de todo, sé que alguien enveneno el agua de unos de los Mabus mayordomos —aclaró la misma con una expresión enfurecida, inclinando se hacia adelante y entre cerrando los dedos—. Arg.... Me enoja no saber, quien del personal lo hizo.

—Entiendo cómo se siente, pero princesa debe recordar que la jara iba dirigida a su madre y a usted en la cena, entonces una de las dos puedo ser envenenada esa noche —contó la escolta con una expresión helada, poniéndose a la izquierda de la banca donde permanecía sentada la princesa de las nieves, esta levanto la mirada haciendo mover tanto las telas blancas del vestido largo como las del suéter azulado que cargaba.

—Sabes... ¿aún no das con el villano que hizo eso? —Yuana miró el senderó de loza un poco insegura, a la vez una ráfaga de viento hizo mover las hojas de los pinos que estaban a los lados del mismo.

Skylanders: Una promesa para conocernos. Acto 1حيث تعيش القصص. اكتشف الآن